Bedelia, de Vera Caspary







Noir y/o suspense doméstico, como se le viene a llamar ahora aunque la novela es de 1945 y transcurre en 1913, es ante todo una novela pulp escrita por una mujer en los 40, en una época en que eran los hombres los que escribian sobre todo ese tipo de novelas negras y ásperas.

Cuando empieza la novela, Charlie Horst es el hombre más feliz del mundo porque acaba de casarse con la mujer perfecta, una especie de geisha americana, ultrafemenina, amita de casa, dulce, cuyo único objetivo en la vida es la completa felicidad de su hombre . Y el planteamiento inicial de Vera Caspary es genial en el sentido de que comienza la novela con una fiesta de navidad donde Charlie presenta a su perfecta esposa a sus amigos. Hermosa, dócil y perfecta anfitriona, todos parecen impresionados ante ella, ya que a través de ella, era el orgullo masculino de Charlie el que se reafirmaba. Sin embargo hay notas discordantes: dos amigas de Charlie, chicas independientes y solteras, que no entienden mucho, incluso en esa época (lo que nos reafirma ese toque feminista de Vera Caspary), que una mujer se pueda contentar con ese papel de satélite del hombre:

- Bedelia existe solo por su hombre y toda su vida está enroscada alrededor de él; no podrá vivir sin uno al lado.
-¿Y nosotras, en cambio si podemos?
-Tu y yo cariño, estamos demasiado lejos del harén.Tú te ganas la vida y la disfrutas. Yo tengo una renta y vivo adecuadamente sola. Los hombres no son nuestros señores, ni amos, y se sienten ofendidos por ello
.

Hay otro momento, dónde Vera Caspary vuelve a dar su visión de los hombres de la época:

Pero a los hombres no les gusta que que una muchacha sea demasiado independiente ¿verdad? Creen que no es realmente mujer la que no necesita un hombre para protegerla y cuidarla: Abbie y yo, cuando ella estuvo aqui hablamos mucho de eso. El secreto encanto de Bedelia es...

Y la actitud misma de Bedelia nos puede chocar hoy en día, porque tanta dedicación a su marido, resulta un tanto antinatural, en ese sentido comparte la visión que tenia Ira Levin de las mujeres zombies en sus Stepford Wives:

Le apartó las manos con suavidad y Bedelia le dejó hacer, humildemente, sometida, reconociéndolo como su superior, su señor y dueño. Èl era hombre y fuerte; ella, mujer y frágil. La fuerza de Charlie le hacía responsable de ella; su vida estaba en sus manos.

Esta es la actitud de Bedelia, y Charlie está encantado, sin embargo, a medida que avanza la novela, alguien siembra la duda en la mente de Charlie y su mente empieza a divagar y a dudar de Bedelia y cúanto más duda, menos sometida y dócil la va viendo. La tensión va creciendo y esta tensión tiene una fuerza muy poderosa, ante todo porque casi el único espacio donde se desenvuelven los personajes es en la casa, y la mente de Charlie es casi un escenario en si mismo. En ese sentido me ha impresionado mucho esta novela porque creo que a medida que va avanzando y la mente de Charlie entra en juego, se vuelve mejor, transfiriéndole esta tensión al lector.

A veces Charlie pensaba que nada sabía de la vida de Bedelia, pues todo lo que ella le había contado de su infancia y de su primer matrimonio parecía tan irreal como una novela.

En definitiva, una novela estupenda. Quizás Vera Caspary no sea Edith Wharton a la hora de escribir, pero si es una escritora con fuerza, efectiva y con una gran carga psicológica que bucea entre lineas, y en cuanto empiezas la novela, te introduces en ese mundo de gente guay en la superficie pero que en cuanto escarbas un poco, hay capas no tan guays y ciertamente oscuras e inquietantes, porque en un tris tras Vera Caspary tira por la borda cualquier visión romántica que pudiéramos tener del perfecto "american way of life". Quizás lo que menos me ha gustado es ese final un poco apresurado, pero lo que de verdad importa es que esta autora es una antisistema y cuestiona el papel de la mujer de la época. Magnífica Vera Caspary, otra Crime Lady para mi santuario.

⭐⭐⭐⭐

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