El Mar, El Mar, de Iris Murdoch

 



 

 "Establecer relaciones. No se puede así, sin más, elegir a la gente, no se consigue con el pensamiento y la voluntad.
(...)
La mayor parte de las relaciones reales son involuntarias."

A la hora de escribir una reseña de esta novela de Iris Murdoch, confieso que no sé ni por donde empezar. Primero porque a la hora de enfrentarme a esta novela, la Murdoch ha desbaratado todas las ideas preconcebidas y/o prejuicios que podía haber tenido de lo que podrían ser sus libros, así que he aprendido una lección leyendo a Iris Murdoch: por mucho bagaje literario que tengamos y por mucho que hayamos leído y tengamos unos gustos establecidos, siempre hay que estar preparado para lo imprevisto y para que un autor te sorprenda, puedes llevarte una sorpresa mayúscula y encontrarte con una maestra como Iris Murdoch. Y segundo, porque es una novela tan densa y tan compleja y funciona en tantos niveles, que realmente hubo momentos que no sabía si era comedia, una novela de terror, una novela psicológica o una novela que se adentra en el terreno más filósofico de la vida. Lo que si tengo claro es que Iris Murdoch es una autora inmensa, una de las grandes y que El Mar, El Mar, al igual que las grandes novelas de la literatura, se va a beneficiar siempre de las relecturas, es más, imagino que es una novela que con cada relectura va a ganar más capas y se puede convertir en una novela diferente.

Tú no entiendes el.matrimonio, Charles. Son aguas profundas en las que nunca has navegado. A tí te parece que una disputa significa un naufragio, que es el fin, y no es así." 

(...)

"Desde luego un matrimonio es un lugar secreto."

Es complicado explicar el argumento de esta novela entre otras cosas porque no tiene un argumento definido y creo que sobre todo es una novela que habla de las relaciones humanas, quizás por eso haya elegido esta cita para empezar la reseña. Hubo un momento leyéndola que pensé que el gran tema de esta historia es el matrimonio pero realmente al final llegué a la conclusión de que Iris Murdoch narra como nadie los diferentes estadios de las relaciones humanas: la amistad, las relaciones de pareja, las familiares y sobre todo, la relación que tiene uno consigo mismo, que no es moco de pavo.

En general se podría decir que el gran protagonista de la novela es Charles Arrowby un prestigioso director teatral y actor, que decide jubilarse anticipadamente y retirarse a Shruff End, una casa alejada del mundanal ruido en la costa más salvaje con el mar como protagonista de fondo y los acantilados como frontera entre la casa y el mar. Iris Murdoch ha creado un personaje magistral en Charles Arrowby porque está lleno de matices, y sobre todo porque la historia está contada por él como narrador en forma de diario o de novela autobiográfica. Charles es un personaje ambiguo, tóxico en su relación con las mujeres, egocéntrico y egoísta (es dificil encontrar algún pasaje dónde trate bien a alguien y cuando lo hace es para manipularlo) y aunque al principio cuando conozcamos la historia y nos sintamos impresionados por la maestria y los recovecos de su vida, poco a poco iremos descubriendo que Charles se irá camuflando y desenmascarando paulatinamente frente al lector. Iris Murdoch lleva al lector muy inteligentemene para que vaya detectando poco a poco qué puede ser real y qué no en todo lo que nos va contando Charles. Creo que una de las grandes maravillas de esta novela es precisamente eso, ir detectando el gran manipulador que es Charles, no solo con respecto al lector, sino con los personajes de su vida.

"Pregúntate a ti mismo qué fue lo que sucedió en realidad, y entre quiénes, hace todos estos años. Tú has convertido eso en un cuento, y los cuentos son falsos."

Shruff End es una casa bizarra, húmeda, oscura, casi un personaje más en la historia y cuando la novela comienza, solo tenemos a Charles en esa casa, en completa soledad, pero a medida que la novela va avanzando y conocemos la gran obsesión en la vida de Charles, su amor de adolescencia, Hartley, ya el lector va comprendiendo mucho mejor quién es Charles. El recuerdo que Charles tiene de Hartley es totalmente idealizado porque se separaron mucho antes de tener una relación de verdad, y durante toda su vida, Charles ha construido un recuerdo fantasmal de ella. Cuando al comienzo de la novela, Hartley en una casualidad totalmente irreal vuelve a aparecer en su vida, Charles convierte en un objetivo totalmente obsesivo, poseerla en todos los sentidos. Ya digo que es difícil y casi imposible contar de qué va realmente la novela, pero la obsesión de Charles por la imagen que se ha hecho de Hartley, es una de las esencias de esta novela.

"Yo no digo que ella sea un fantasma. Es real, como lo son las criaturas humanas, pero la realidad que tiene está en otra parte. No coincide con la imagen de tu sueño. Tú no fuiste capaz de transformarla. Debes admitir que lo intentaste y fracasaste."

Aunque el estilo de la novela no es nada teatral, Iris Murdoch si que construye esta novela como una gran obra de teatro con la casa de Charles como escenario central, donde el telón se levanta y cae continuamente, con la irrupción de un personaje tras otro como si aquello fuera un vodeville, e incluso hay momentos en que se juntan tantos personajes en ese único escenario que no sé como lo consigue la Murdoch, pero crea una atmósfera entre comedia y suspense, porque el lector enganchado, avanza y avanza casi sin darse cuenta.

Me ha fascinado sobre todo la atmósfera que Iris Murdoch crea en torno a la casa cuando Charles se encuentra solo en ella, con esas habitaciones oscuras, sin electricidad, con el ulular del viento como sonido de fondo, es como si la casa representara el estado mental de Charles. Es una casa que pasa por diferentes estadios al igual que el estado mental de Charles, sobre todo en el momento en que el personaje de Hartley aparece en ese escenario, la cosa desvaría ya en momentos casi tragicómicos. Charles es un personaje en momentos ridículo, en otros muy tóxico pero es sobre todo un hombre incapaz de empatizar con los demás, que usa y abusa de las personas de su entorno, y sin embargo, la capacidad de Iris Murdoch para dejar al lector la libertad de ir analizándole, es quizás lo que convierte esta novela en una maravilla.

"El tiempo puede divorciarnos de la realidad de la gente, puede separarnos de las personas y convertirlas en fantasmas. O más bien somos nosotros quienes las convertimos en fantasmas o en demonios."

 

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