El señor Fox, de Joyce Carol Oates
♫♫♫ Human - Rag'n'Bone Man ♫♫♫
“Qué lujo sentir que existe cierto propósito en ampliar tu conocimiento, tu conciencia. Sentir la pequeña emoción de la aventura, ponerse cómodo en la casa silenciosa para una tarde de lectura.
Pues, ¿qué es la lectura sino la disolución de lo meramente personal en lo impersonal, un triunfo de la concentración mental?”
Después de no sé cuantas obras leídas de la señora Oates, todavía me sigue maravillando cómo consigue sorprenderme, porque en lo que en cualquier otro autor podría resultar previsible en ella nunca lo es, y el secreto está en cómo se camufla bajo un aparente thriller o novela de “misterio” para escarbar casi siempre en lo más oscuro de la condición humana. Del mismo modo que hace dos años Babysitter me entusiasmó y me pareció de sus mejores novelas, la siguiente y del 2024, Carnicero, no me gustó demasiado e incluso confesé en su momento que llegó a aburrirme soberanamente. Pero siempre estoy en guardia con JCO, siempre espero sus últimas novelas ansiosamente porque sé de lo que es capaz; en Fox ha vuelto a entusiasmarme por cómo riza el rizo de la experimentación llegando a introducir varios niveles autorrefenciales en el sentido de que en su esencia y para mí (puede que solo para mí), es una novela que ante todo habla sobre la escritura, sobre la enorme capacidad que tenemos todos de contar historias, algunos mejor que otros, y de cómo podremos manipular a través de este talento. En este caso, JCO está demostrando casi continuamente durante las 700 y pico páginas que aquí no solo se está contando la historia de Francis Fox sino que está cuestionando continuamente quién la cuenta, como se puede construir un relato de la nada y a través de esta creación manipular, controlar, distorsionar, ejerciendo un poder absoluto, y no solo está hablando del protagonista a la hora de construir un relato, sino que convierte a, prácticamente cada una de las voces corales, en narradores no confiables. En un momento dado se produce un eclipse metaficcional que la hace explotar y la muta de novela de misterio con su correspondiente carga psicológica a texto que juega a experimentar sobre el acto de la escritura. Sabemos que metaficción es el resultado de una obra hablando de sí misma como ficción, o el autor queriendo que el lector sea consciente de que todo es ficción en un continuo proceso creativo, y realmente he terminado la novela con la impresión de que toda ella no deja de ser pura experimentación por parte de la Oates para escarbar en este proceso de la construcción de historias porque además nos está recordando que toda historia dependerá de quién la cuente, de esta forma el lector se encontrará sumergido en una especie de montaña rusa cambiante de perspectivas en la que que tendrá que participar activamente, pero todo esto bajo un misterio: un misterio que además llegado un punto se diluirá en pos de sus personajes y sus historias: Eunice Pfenning, Demetrius, Eunice Pfenning o su madre, Mary Ann Healy, Zwegler, Imogen..., conmovedores porque la Oates es una autora que sentirá una profunda ternura por sus personajes.
“Les dice, les asegura,que aprenderán a escribir en su clase. Aprenderán a pensar con claridad y fuerza. Aprenderán a observar. Aprenderán a dudar y a cuestionar. Aparenderán a ampliar su vocabulario al tiempo que adqieren la habilidad de escribir oraciones usando la menor cantidad de palabras posible y de la forma más efectiva. “
Escribirán ensayos, elegirán proyectos, llevarán un diario personal para entregarlo al final del semestre:
-Todo ello obra original vuestra. Único y vuestro.
Francis Fox es un pedófilo depredador que se dedica a la docencia para tener un completo acceso a sus víctimas. Realmente es un encantador de serpientes, que va cambiando de piel a medida que va cambiando de escenario, osea, los diferentes institutos para los que trabajará, y de los que tendrá que salir por patas una vez que levante sospechas. "Francis sabe que es una debilidad humana que personas perfectamente inteligentes y razonables sucumban a la adulación si está se administra con destreza." A medida que va experimentando va refinando su técnica de camuflaje como los depredadores, así que la gran mayor parte de la novela se desarrollará en la elitista Academía Langhorne, que será un instituto privado “histórico” de niños ricos. Gran parte de esto ya se descubre en los tres primeros capítulos de la novela en los que además se habrán presentado la mayoría de sus personajes.
"Tan solo la sensación de que algo no estaba bien."
En este comienzo de novela se detalla el hallazgo de un cádaver en una charca de una reserva natural inundada, camino de senderistas y no lejos de esta Academia Langhorne. JCO no se anda con chiquitas y presenta el hallazgo del cádaver ya en este inicio, sobre todo para poder centrarse en lo que de verdad le interesa, en las historias que irán surgiendo a medida que se investigará si este cadáver pertenece o no al encantador y carismático profesor de literatura inglesa Francis Fox. A través de múltiples puntos de vistas, voces, incluidas las de Fox, en las que la Oates le hará protagonista de su punto de vista, le iremos conociendo en su habitat natural, pero es tan envolvente su relato, que llegaremos a olvidarnos por algún momento que Fox es un tipo acostumbrado a camelar, a encantar, a manipular: “Así pues, ha aprendido a ser cauteloso. En este nuevo entorno, en esta nueva vida (New Jersey), que es una tierra de nadie, un lugar de exilio que aprenderá a llamar su hogar.·
“Condicionar a los demás para que piensen bien de nosotros, para que no quieran hacernos daño, para que, de algún modo, confundan ayudarnos a nosotros con ayudarse a sí mismos: Francis Fox ha cultivado esa estratagema durante años. Una sonrisa cálida, un apretón de manos, una expresión de ternura, escuchar con atención, o dar esa impresión. Todo es valioso."
Condicionar a los demás para gustarles: ese es el desafío de cualquier encuentro humano.
Condicionar a los demás para gustarles y así bloquear cualquier inclinación que tengan a encontrarte desagradable, a desconfiar de tí: ese es el desafío.”
Son tantos los temas que toca Oates que me da vértigo poder condensarlo así que no lo voy a hacer sino que lo que de verdad me interesa es salirme un poco de este argumento y centrarme sobre todo en lo que me interesa de esta novela prodigiosa, y es la literatura misma. Joyce Carol Oates convierte a su depredador en un profesor de literatura inglesa, así que iremos viendo el proceso de cómo se enseña, de cómo se usa y como esta docencia puede servir tanto para revelar la luz como para manipular. "Fox te halaga al fingir que es tu igual> ¡Qué caballeroso!" El uso que hace Fox de la literatura no busca despertar pensamiento critico sino manipular, controlar, seducir y sobre todo dominar. Fox es un intelectual encantador y carismático que no tiene enemigos, todos le adorarán y realmente funciona como un espejo de nuestra sociedad, porque a través de él, la Oates desenmascara el silencio de la comunidad cómplice que prefiere pasar de puntillas antes de arriesgar sus vidas confortables asentadas en poltronas con orejeras.
"Nuevos residentes adinerados compran propiedades históricas y las renuevan, a veces cambiándolas por completo, conservando solo los cimientos de piedra del s XVIII. Los precios de la vivienda suben en Longport, Avalon, Beach Haven, Wieland. A buen seguro los hijos de estos nuevos residentes no asistirán a colegios públicos locales, sino a la Academia Langhorne.
Pues él, H. Zwender proviene de ese entorno, del sur de New Jersey; antiguas familias que no han prosperado en el siglo XXI, dejadas atrás por la economía informática y tecnológica.
Cualquier cosa relacionada con ejecutivos de nuevas tecnologías y de farmacéuticas como los que trabajan para Bristol Myers Squibb, provoca calumnias y una especie de rabia ahogada por parte e los residentes."
Fox es una novela con uno de los comienzos más potentes escritos por la Oates, en apenas tres o cuatro capítulos durante las varias perspectivas del hallazgo del cádaver,, ha expuesto no solo a sus personajes centrales, sino el sistema de clases: la zona más rural y desestructurada víctima de los ejecutivos farmacéuticos y tecnológicos que han venido a invadir la zona subiendo el nivel de vida, sino además que convierte en protagonistas a algunos de estos ejecutivos y sus hijos, con lo que la novela acaba resultando una radiografía bestial de los más ricos exiliando de su habitat a los más pobres, y entremedias, tendremos esa clase social, la académica, que servirá punto de unión entre ambos mundos. En esta autora no hay absolutamente nada gratuito sino que usa este entorno de burguesía progresista para explorar la inseguridad y la falsedad de esta sociedad del bienestar que se va a pique ante el más mínimo problema en su entorno. No hay solo abuso por parte de un depredador sexual sino que precisamente la Oates sostiene que este abuso viene a simbolizar lo que es la falsedad de un progreso que hace aguas, el bienestar no es tal, bajo la fachada de estas mansiones restauradas, se esconden núcleos familiares frágiles y fácilmente manipulables.
"Se obligó entonces a hablar despacio y con calma. Tratando de no dar a entender que estaba demasiado preparada, que era ambiciosa. No estridente.
No femenina. Más claramente, aunque no de forma inquietante, feminista.
"Está
decidida, con la tácita aprobación del consejo directivo de la
Academia, a contratar a una mujer para el puesto, preferiblemente una
joven de color o de minoría étnica subrepresentada en el
profesorado Langhorne, que es un 100% "blanco.
(Tiene
predilección por señalar "blanco", de esta manera, entre
comillas como si se tratara de una curiosidad lingüistica o
biológica)."
Hoy en día es muy habitual ver retratada la maternidad hasta el infinito y sin embargo, la paternidad es más bien obviada, pero Oates, como siempre nada contracorriente y se atreve con temas políticamente incorrectos o que no están muy de moda. En esta novela hace un retrato de una paternidad fragmentada y completamente desubicada que me han conmovido de verdad, Martin Pfenning, un ejecutivo en pleno proceso de separación, bloqueado ante una vida que creía tener segura y que se está derrumbando a pasos agigantados solo porque se ve incapaz de gestionar la soledad. No solo me ha conmovido el retrato que Joyce Carol Oates hace de este hombre, sino de otros hombres y mujeres que aparecen en la novela, en los que profundizará destacando sus luces y sus sombras.
“La esposa
separada ha invitado al marido a cenar.
Siente un atisbo de
esperanza. Pero Pfenning se avergüenza de esa esperanza. Para
alguien que ha perdido a su familia se trata de un premio de
consolación."
"¡Cuánto ha ocurrido!..., y en tan poco tiempo. Fue hace un momento cuando silenció la televisión. Hace una hora, dos horas. Pero la vida de Martín Pfenning, tan preciosa para él, tan rica y complicada, se ha convertido en una simple página arrancada de un cuaderno, arrugada en un puño, arrojada a un lado como basura."
No puedo extenderme más en una novela que me ha parecido inabarcable en los temas que retrata pero aquí volveremos a sus temas recurrentes de siempre: la fragilidad de la adolescencia y la mirada masculina “Siempre esa mirada peculiar en los rostros masculinos, como si no la vieran a ella, sino algo dentro de ella que ella misma desconocía y que no podía disimular”, el vacío moral en el que vivimos, el silencio que omite y que será de una violencia a veces más brutal que la violencia física, pero sobre todo la Oates explora aquí como pocas veces el mal y la psicología del poder. Para mí esta es una novela en la que esta autora experimenta sobre el arte de escribir, continuamente presente, continuamente haciendo hincapié en que debemos ser conscientes de esta ficción que puede metamorfosearse en autoficción a través de las autorrefencias. El secreto de esta novela está en lo bien estructurada que estará la tensión y como a través de esta estructura se van descubriendo capas y más capas hasta llegar a reflexionar sobre como los textos pueden moldear y transformar la realidad en la que vivimos. Una novela inmensa, envolvente, incómoda, cuyo final la hace mucho más grande.
Tengo que añadir que cuando leí Lolita hace un par de años pensé que hoy en día no se podría volver a publicar una novela con esa temática, con un depredador pedófilo que narrara tan abiertamente lo que se cocía dentro de su mente. Joyce Carol Oates lo ha hecho, la han publicado y además ha abierto la perspectiva a sus víctimas y entorno. Turbadora y oscurísima Oates. “Fabulación. Una palabra mucho mejor que mentira."
La traducción es de Ismael Belda Sanchís.
“En el diario puedes escribir sobre cualquier cosa, Eunice: cosas personales, privadas, domésticas, pensamientos sobre el mundo, libros que has leído, secreto de tu casa, material censurado, de todo. En tu caso, te recomendaría explorar el mundo exterior: árboles, rios, pájaros. Das la impresión de estar prisionera, atrapada dentro de tu pequeño y duro cráneo. Tienes que salir al aire libre.
El señor Fox me dijo: Piérdete en la naturaleza, no te pueden encontrar a menos que estés perdida."

No he terminado de leer tu crónica porque parece que nuestra querida amiga Oates ha vuelto a hacer uno de esos libros que me gustan, en los que envuelve "sus temas" en otras tramas e ideas que hacen que nunca tengas claro por donde saldrá, ¿verdad? Pues nada, va para la pila de lectura ;)
ResponderEliminarSí, nuestra querida amiga, experimenta y se enrolla y se va por los cerros y se atreve con temas políticamente incorrectos,
Eliminar¿y que más le da?, escribe lo que quiere y cómo quiere. Algunos dicen que se repite, pero yo diría que con sus 87 años está más lúcida que nunca :)
Estoy ahora con la novela, me he acordado de tu entrada y aquí estoy :) Lo primero, qué bien se le da a esta buena mujer el ser desagradable en las descripciones sin usar ninguna palabra fuera de tono, ¿verdad? Todas las descripciones del señor Fox y sus gatitas me ha revuelto el estómago.
ResponderEliminarLo segundo, bueno, sí, es un poco repetitiva por el patrón de mujer intelectualmente superior a los hombres, de clase media que es ninguneada por ser mujer.. Entiendo que es un poco el contexto en el que ella se habrá movido, pero reconozco que a veces me da un poco de pereza...
Por suerte esas partes son pocas, el resto es una novela que mantiene la tensión de forma magistral y que, como dices, habla de lo que tu quieras que hable. La paternidad, lo perdido que andan los hombres, sobre todo los hombres, cuando les mueven poco la brújula moral. La literatura, la adolescencia, ya sabes que me gustan mucho esas novelas...
No le he terminado aún, pero entiendo que te haya gustado mucho... ¿qué opina luna de las gatitas? ella nunca se habría dejado engañar por un zorro astuto, ¿verdad?
Me alegro que te acordaras de esta entrada.y así tener la excusa de poner en común el universo oatiano :). Pero no te olvides, querido Beau, que nuestra amiga tiene ya 80 y muchos e imagínate de dónde viene, habrá vivido rodeada de condescendencia masculina hasta la saturación, años 40, 50, 60 y de ahí.palante. Entiendo que le siga dando vueltas a lo mismo, sobre todo porque en muchos aspectos, no hemos avanzado demasiado. De todas formas algún personaje femenino como el de la bibliotecaria o el de la amiguísima de Fox, están un tanto hiper exagerados, no? Pero luego te vas a la vida real, y es así, en cuanto aparece un Fox mucha gente se deja embaucar pero eso está diciendo casi más de ellos que Fox...
EliminarNo sé cómo lo verás tú, pero creo que se le da genial describir la indefensión, la vulnerabilidad, la soledad cuando tu entorno no te ayuda, sobre todo el familiar.
Y es cierto.lo que dices, de cómo cuenta ciertas cosas de esa forma que parece imposible, sin decir nada malsonante pero la gracia está en cómo consigue que imaginemos las situaciones.
A mí de esta novela me fascinan algunos personajes secundarios, y como en breves pinceladas te describe toda una vida. Los padres y madres de las dos niñas, por ejemplo,, sobre todo la madre de Mary Ann Healy, que tiene una página en la q la Oates se detiene en ella, casi al final, que me pareció colosal.
Sobre Luna, no es precisamente una gatita así que el zorro no tendría nada q hacer con ella 😂. Ella creo que odiaria el término en el sentido que le da Fox, de controlable, manipulable, moldeable... El señor Fox no tenía ni idea de lo que es un gato al usar ese término 🙃
Pensaba lo mismo al leer algunos párrafos: si el señor Fox se acerca a mis gatitas con esas intenciones no sabe donde se mete :)
ResponderEliminarHay mucha soledad en la novela, ¿verdad? No hay una sólo personaje que no sea una isla de indefensión, de miedos, de ganas de pertenecer a algo, o a alguien. Cuando eso ocurre te aferras a lo primero que ves, aunque sea un tipo de brillante sonrisa bajo la cual no hay absolutamente nada...
Según tu etapa vital, hay un personaje que te marcará... Sí, Healy, los dos hermanos... bufff
No la he terminado, ya te contaré ;)
Sí, cuéntame, mantenme informada, me encanta compartir impresiones.
EliminarYo diría que a través del personaje de Fox, la Oates está desenmascarando una sociedad llena de carencias, enquistada en la debilidad y la falta de autoestima, medio podrida, si no fuera así, tendría herramientas para combatir a este depredador, somos presa fácil de la adulación y a los halagos, nos cegamos. Es una sociedad de postureo.
¡Qué bien habla está mujer de su tiempo, es que date cuenta de todos los temas que toca! Gracias por tus impresiones :)