La Broma Infiníta, de David Foster Wallace

 


⭐⭐⭐⭐⭐

 "Todos estamos en la misma cadena alimenticia. Todos nosotros. Es un deporte individual. Bienvenidos al significado de la palabra -individual-. Aquí todos estamos profundamente solos. Es lo que tenemos en común, la soledad."

No sé si los lectores somos seres solitarios, lo que si está claro es que la lectura es una experiencia muy solitaria porque nos encontramos solos frente a una historia creada por otro ser humano (a veces hasta tienes la sensación de que la ha creado solo para ti) y mientras andamos sumergidos en ella, es casi imposible conectar fuera de esta experiencia, a menos que luego compartas tu experiencia con otra gente. En mi caso concreto, la lectura de La Broma Infinita ha sido una experiencia mucho menos solitaria porque la he leído en lectura conjunta, compartiendo comentarios semanales a medida que iba avanzando y no puedo estar más contenta por haber vivido esta experiencia comunitaria lectora. La Broma Infinita no es un libro difícil, o especialmente inaccesible, no, pero si es una novela muy absorbente, de muchas capas donde DFW exige mucho al lector y lo sumerge en una especie de historia/puzzle de más de mil páginas donde hay cientos de piezas que hay que ir encajando. Estas piezas están formadas por personajes que el autor se va sacando como de una chistera y a su vez vienen acompañados de sus propias historias que van conformando un ecosistema alrededor de las lineas argumentales principales. Quizá sola me hubiera supuesto una experiencia mucho más árida a la hora de disfrutarla, pero la lectura conjunta ha sido un disfrute total porque sabías que no estabas completamente sola frente a una obra tan inmensa y categórica. Y sí, David Foster Wallace fue un genio.

"La película poseía una cierta cualidad, según informes oficiales y secretos, por la cual el espectador no quería ver nada más en la vida que volver a verla una y otra vez..."

Es casi imposible hablar del argumento de esta novela, y mucho menos de lo emocionantes (conmovedores dentro de su desolación) que son sus personajes, todos y cada uno de ellos con su propia melancolía a cuestas, con su propia tristeza, algunos a los que les resulta muy difícil gestionar el mundo que nos ha tocado vivir, porque aunque es una novela noventera, es una historia de estos tiempos y en muchos de los hechos que cuenta DFW, se adelantó a lo que se nos venía encima viviendo en un mundo extremadamente superficial, materialista, donde el placer y el entretenimiento vienen a ser el centro del universo.

"...al parecer la cosa empieza con una toma fascinante y de alta calidad cinematográfica de una mujer velada que pasa por las puertas giratorias de una gran edificio y echa una mirada a alguien en dichas puertas, alguien cuya visión hace que su velo se hinche..."

En general, La Broma Infinita sigue dos lineas argumentales principales:

- por una parte tenemos la historia de Hal Incandenza, un adolescente de diecisiete años que estudia en una prestigiosa academia de tenis, fundada por su padre, que a su vez es un tenista de talento. Esta linea argumental explora no solo el personaje de Hal, sino el de sus hermanos, y de alguna forma también el de James O. Incandenza, su padre, auténtico centro de la novela, porque aunque está fallecido, durante estas más de mil páginas es quizás el personaje más presente, más esencial en torno al cual gira todo. El padre de Hal fue un destacado cineasta experimental, director de una obra titulada La Broma Infinita. Una película que a su vez ejerce un poder hechizante sobre sus espectadores porque les causa tanto placer su visión que se sumergen en un estado catatónico.

"...conocen de primera mano que hay más de un tipo de la llamada -depresión-. Uno es de grado inferior y a veces se denomina anhedonia o melancolía simple. Es una especie de sopor espiritual por el cual se pierde la capaciad de sentir placer o cariño por cosas que antaño eran importantes."

- la otra linea argumental, con sus respectivas historias colaterales es la que se refiere a Don Gately, un paciente de un centro de rehabilitación para drogodependientes, y exceptuando su problema con las drogas y con el alcohol (Don empezó a beber a los doce años en un intento de que su madre dejara a su vez de beber, un pasado que le obsesiona) Don es un tipo muy generoso y sensible en su relación con los demás. Su historia aunque está paralelamente separada a la de Hal Incandenza, va confluyendo a través de más personajes y más historias, y a medida que la novela avanza, se van acercando.

"-Eres mucho más inteligente de lo que crees, Gately, aunque dudo mucho que nada ni nadie pueda entrar en ese lugar escabroso donde temes ser torpe y aburrido."

Se puede decir que La Broma Infinita es una distopia sobre una Norteamérica en pleno descenso a los infiernos y en la que los años se cuentan por el mejor postor. Los años han sido comprados por marcas publicitarias y cada uno lleva el nombre del patrocinador que más ha pagado; la mayor parte de la trama de esta novela transcurre en el “Año De La Ropa Interior Para Adultos Depend”. En esta Norteamérica unificada pero fragmentada donde Hal Incandenza y Don Gately se las ven y las desean para conservar una cierta paz mental sobre todo debido al consumo de drogas y a una infelicidad latente, los temas principales que aborda David Foster Wallace con una visíon del mundo totalmente única tienen que ver sobre todo con la competividad extrema, los lazos familiares (donde la influencia de los padres marcará de por vida a sus hijos), la adicción no solo a las drogas sino  al placer, al entretenimiento en un mundo bombardeado por la publicidad y por el cine comercial. Es una novela que a lo largo de sus cientos de páginas DFW consigue que te preocupes por sus personajes, que te encariñes con ellos, que te conmuevan… imposible describir hasta que punto dejan un vacio estos personajes una vez esta novela está acabada.

"Que si se abandona la mierda del machismo, el llanto masculino en público no solo es muy masculino, sino que también sienta bien (dicen)."

Aunque esta novela es todo un desafío, por lo menos para mí lo ha sido, también tengo que decir que después de terminarla y una vez buceas en la vida de su autor, sabes que él se ha dejado la piel en ella y que ha dejado parte de sí mismo, imposible no captarlo, y la estructura circular y/o abierta de la novela casi que te hace reconocer que La Broma Infinita es la vida misma  matizada de pequeñas historias, son muchos libros dentro de uno. Una novela que define a la perfección los tiempos que vivimos y después de dos décadas, sigue estando más actual que nunca. Grande David Foster Wallace.

Nota: Después de terminarla me enganché a las “Conversaciones con David Foster Wallace” (Editorial Pálido Fuego) y es la guinda perfecta para terminar de redondear la experiencia que ha supuesto La Broma Infinita.

"Entramos en una pubertad espiritual en la que descubrimos el hecho de que el gran horror trascendental es la soledad, el enjaulamiento en el propio ser. Una vez alcanzamos esa edad, damos o recibimos lo que sea y usamos cualquier máscara para encajar, para no Estar Solos, nosotros, los jóvenes."


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