Morituri (Trilogía de Argel #1), de Yasmina Khadra





"Alguien me susurra:
-Dios es grande.
-También lo es el infierno- replico
".

Lo que empieza como una novela de detectives, del comisario Llop investigando la desaparición de la hija de uno de los peces gordos de Argel, va evolucionando en algo diferente en una especie de retrato roto, caótico de la sociedad argelina.

Ha sido una lectura en mi caso también algo caótica, porque aunque la novela es muy corta, hubo un momento en que creía que me perdía de tanto personaje que entra y sale de la trama durante la investigación, pero lo que como he dicho antes, empieza siendo la investigación de una muchacha desaparecida (una especie de macguffin), no es más que una excusa por parte de Yasmina Khadra para hacernos un retrato de una sociedad totalmente podrida, corrompida donde el integrismo islámico campa a sus anchas. La novela tiene un trasfondo politico esencial, y no deja de ser una especie de grito de socorro por parte de Khadra desvelando lo que ocurre en la Argelia de los 90: actos terroristas diarios, policias que cada mañana antes de subirse al coche tienen que reconocer si hay alguna bomba a punto de estallar y por supuesto esa visión de que todo se está desintegrando frente a tus ojos, asi que Llop es un personaje desesesperanzado pero con una vena de idealismo todavía en su interior, en este aspecto me ha recordado a Raymond Chandler.

Es una buena novela, aunque no me entusiasmó, no tanto como La deshonra de Sarah Ikker; en Morituri hay momentos en que me perdía de tanto nombre y tanto diálogo áspero y con un doble sentido con el que no terminaba de conectar. Pero como he dicho, el retrato social que hace Khadra de su país me parece fundamental y totalmente reaccionario. Entiendo perfectamente que este autor escriba bajo seudónimo y que tuviera que buscar exilio en Francia.

"Sigue sin enterarse de que en su querido pais todo el mundo se las apaña para construir un palacio para sus retoños y nadie se molesta en construir una patria".


⭐⭐⭐

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