Delatora, de Joyce Carol Oates

 


 ⭐⭐⭐⭐

"No parecía existir equivalente masculino para -montar un número, para exhibirse-.
Como tampoco (algo que descubriría más tarde) existe equivalente masculino para zorra, para furcia"

A estas alturas no es ningún secreto que Joyce Carol Oates es una de mis autoras favoritas, y por mucho que haya leído de su obra, y por mucho que siga publicando, siempre me maravilla la capacidad que tiene de sorprenderme. Si es cierto que los temas que aborda en Delatora no son nuevos, misoginia, la búsqueda de tu propia identidad, el racismo y la violencia sobre la mujer, sin embargo, en esta novela da un paso más y Joyce Carol Oates analiza lo que supone para una niña enfrentarse desde los 12 hasta su plena juventud a una toxicidad masculina que por culpa de las vivencias familiares no es capaz de desterrar de su vida.

Delatora, cuyo titulo original es My Life As A Rat, sigue los pasos de Violet Rue Kerrigan, la séptima e hija menor de Jerome y Lula Kerrigan, católicos, irlandeses y leales a su clan que a consecuencia de un episodio que ocurre en su familia cuando ella tiene doce años, es expulsada de su familia para vivir con una tia en otra ciudad. Durante su infancia Violet había sido testigo en primera persona de lo que significaba ser la hija adorada de Jerome Kerrigan, dominante y muy masculino, y de Lula, una mujer que había enseñado a sus hijas a callarse y a no rebelarse ante este patriarcado tan cerrado y tóxico. A simple vista su madre era una abnegada esposa y madre, pero Violet es testigo de varios episodios durante su infancia durante los cuales percibe una honda amargura en su madre  que la hace intuir, en su percepción todavía de niña, que la vida que lleva no es quizás la que hubiera querido llevar:

"Tuvo que dejar de estudiar a los dieciséis años porque su familia necesitaba el dinero (...) Cinco años. Había trabajado seis días por semana durante cinco años hasta que conoció a mi padre, se casaron, empezó a tener hijos y a ocuparse de su casa, siete días a la semana. Su voz subía y bajaba en una furiosa cantinela...
dejar de estudiar, dieciséis, casaron, empezó a tener hijos. Siete días a la semana."

(...)

"Tan ocupada con la casa y con los niños que Lula no conseguía dedicarle al jardín el tiempo que hacia falta. Llena de esperanza al inicio del verano, plantaba simientes en metódicas hileras, colocando plantas procedentes del vivero, y luego en unas pocas semanas las malas hierbas estaban asfixiándolo todo (...) Todos los malditos veranos de su vida, siempre lo mismo. Lloraba, maldecía. ¡Siete hijos!... y el marido."

Durante el primer tercio de la novela, JCO nos hace una descripción fascinante de lo que supone este clima familiar que Violet respira hasta los doce años. Bajo la sombra de un padre tan dominante, es casi imposible rebelarse, y Violet no es capaz de cuestionar nada: los hombres de su familia son los dominantes, y la condescendencia paternalista hacia las mujeres es lo normal.

Delatora me ha recordado a Qué fue de los Mulvaney, por lo que supone el tema de la orfandad y de que te expulsen de tu propia familia, un tema interesantísimo y muy doloroso, que JCO exploraba en los Mulvaney con maestria pero haciendo un dibujo más general de la familia; en Delatora se centra más en un personaje, el de una niña que es desterrada por su propia familia, y la autora aborda con enorme destreza lo que supone para una niña que hasta ahora había pertenecido al férreo clan de los Kerrigan verse una huérfana emocional: de la noche a la mañana se ve sola, combatiendo sus propios fantasmas.

"No me puedo creer que de verdad yo no le importe a nadie. Como suele decirse, no nos podemos imaginar el mundo sin nosotros".

Como dije antes, para mi el tema principal de esta novela es quizás el shock que pueda suponer para una mujer todavía en plena búsqueda de sí misma, vulnerable y frágil, encontrarse con un perfil de hombres dominantes, y de cómo esta toxicidad se puede camuflar bajo una falsa máscara de “romanticismo” mal entendido por parte de ellas. JCO es una diosa a la hora de retratar la adolescencia, la confusión de sentimientos, y esa inseguridad emocional que hace a la adolescente ser como un árbol mecido por el viento, pero si llega el huracán, quizás te pueda destrozar de por vida. Esta autora siempre ha demostrado una gran destreza a la hora de adentrarse en la psicología humana, pero en esta novela también demuestra que sabe mucho de la psicologia de las relaciones tóxicas, de la dependencia emocional a alguien más fuerte.

El otro punto fuerte de JCO es el retrato que hace de la familia, americana en su caso, pero imagino que también universal; es un ente aparentemente compacto frente a la galeria, pero escarbando como ella lo hace, aparecen puntos oscuros, terrores que creíamos que solo podían estar en la mente, pero al leerla, sabemos que es real. JCO pone el dedo en la llaga y hace aflorar temas que podían ser tabú, y en Delatora maneja con enorme habilidad el hecho de que la familia también puede ser una esclavitud emocional y de la que llegado un punto, hay que saber liberarse.

En definitiva, otra novela estupenda de esta autora, grande, y de la que es una suerte poder seguir disfrutando de una o dos de sus obras al año. Sigue siendo más que nunca la retratista de la América contemporánea.

Nota: En su antología "I Am No One You Know", aparece nuestro primer acercamiento a esta novela y es en forma de cuento "Curly Red", es la misma historia pero en Delatora, Joyce Carol Oates la desarrolla. Lo menciono por si a alguien le interesa leerse el cuento.

"Solo corro para seguir viva."

 La traducción del inglés es de José Luís López Muñoz.

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