Después de leer Indigno de Ser Humano de Osamu Dazai, no podía dejar de pasar la oportunidad de leerme, la adaptación que hizo Junji Ito a novela gráfica, o en este caso concreto, manga. Junji Ito, un autor que me fascina retoma los elementos esenciales de la novela, y la reconvierte en una obra muy de su estilo. Pensándolo bien, Indigno de Ser Humano es una historia muy del estilo de Junji Ito: ese terror existencial por huir del mundo de Dazai parece el campo donde mejor se pueda desenvolver un autor como él.

Junji Ito lleva a su terreno la obra de Osamu Dazai, le da forma, la desarrolla e incluso añade elementos nuevos, como puede ser usar al mismo Osamu Dazai como un personaje más. El mundo de pesadilla que normalmente desarrolla Junji Ito en sus ilustraciones a través del estado mental de sus personajes, está aquí perfectamente reflejado y de alguna forma y aunque sea una adaptación libre, está muy cerca a la obra de Dazai.

El estilo inquietante y turbador de las ilustraciones de Junji Ito, aunque aquí parece algo más controlado y realista, es en el fondo el de siempre; convierte al protagonista de la novela de Dazai, Yozo Oba, en un artista manga, y de alguna forma Junji Ito se implica de la misma forma en que lo hizo Dazai en su novela: obras semiautobiográficas donde los autores se retratan sí mismos y se desnudan emocionalmente como experiencia catártica.

Pesadilla existencial donde el descenso a los infiernos de un autor, está directamente contrapuesto con la propia ansiedad de tener que vivir el día a día cuando realmente apenas se es capaz de luchar contra la oscuridad que envuelve su vida, ambas obras se complementan a la perfección. Junji Ito capta como nadie la esencia de Osamu Dazai.