La Cadena Fácil, de Evan Dara

 


⭐⭐⭐⭐⭐

"Hubo rumores de que un cometa había llegado a Chicago el pasado octubre. Al Observatorio Yerkes le pasó desapercibido. Pero, en cuestión de semanas, la bola de fuego conocida como Lincoln Selwyn sacudiría, transformaría y acabaría prendiendo la antaño decrépita esfera social de la ciudad, insuflando nueva vida en varias empresas y proyectos importantes dejando una estela llameante a su paso."

No sé si empezar diciendo que Evan Dara es como una explosión, y lo digo porque es lo primero que leo suyo y no sé si el resto de su obra será tan explosivo, pero realmente este libro ha funcionado como una bomba de energia imparable, inagotable, que es imposible leer dándote el atracón porque es tan brillante en tantos momentos, que hay que apartarlo de vez en cuando, ir hacia atrás, releer algunos pasajes, carcajeantes, divertidísimos, demoledores… para avanzar de nuevo. No hay capítulos, aunque si hay secciones estilísticamente separadas que suponen un cambio de registro, un cambio de personalidad y de ritmo, de estado de ánimo, porque es un Libro que tiene vida propia, está continuamente en movimiento… y relacionado con ese estado de ánimo a través de sus páginas, casi que hay momentos en que tenía la impresión de que el mismo Libro, físico, estuviera hablándote, como un ente propio.

"-O sea, él... como que hace que te sientas a gusto.El...
-Es un gran oyente, escuchar se le da...
-Siempre te deja que aportes algo...
-O sea, no le encuentro especialmente divertido, ni extraordinarmente inteligente, pero el caso es que está como presente, como...
-Te parece, o sea, cuando hablas con él eres la única persona de la habitación, la única persona del continente.
-Es como...como si buscara tu sonrisa."

El conductor de esta novela es Lincoln Selwyn, un británico que procedente de Bélgica llega a la universidad de Chicago, un chico mágico, un aparente prodigio, que desde una primera y breve etapa en la universidad pasa directamente a abanderar la escena social de Chicago. Lincoln es carismático y seductor, y durante esta primera parte del libro lo vemos pasearse por un Chicago de altísimo nivel, siempre impresionando y siendo adorado por la multitud. La gracia está en que Lincoln no tiene voz propia en el sentido de que esta primera parte es una continuidad de voces imparables que nos transmiten sus impresiones sobre Lincoln, todos hablan sobre él, todos le han creado una imagen pero ¿quién es realmente Lincoln??? Quizá en un principio el lector a través de la verborrea brillantísima de Evan Dara, de la agílidad y del ritmo se deje llevar y crea conocer a Lincoln, pero llegado un punto piensas ¿dónde está la voz de Lincoln?? Evan Dara construye toda esta amalgama de voces interrumpidas y ansiosas soberbiamente, en el sentido de que lo vemos todo desde el punto de vista de estas voces, idiotizadas por el humo de una sociedad de apariencias… ¿qué hubiera pasado si la perspectiva hubiera sido la de Lincoln?? En este sentido me parece brillante esta construcción de narradores continuos. Quizá la gracia esté no tanto en la historia de Lincoln “como hacer dinero sin dar un palo al agua”, sino en todas esas voces/historias que son las que realmente te están contando la hecatombe que supone este capitalismo “hipermegaevolucionado”.

"Sigo buscándole a diario en los periódicos." 

(...) 

"¿Estuvo siquiera aquí? ¿Existió en realidad?""

De la misma forma que Lincoln aparece en la escena social de Chicago, de repente se produce un colapso, y desaparece totalmente, siguiendo una serie de páginas en blanco, sí, páginas en blanco (increible que estos riesgos se publiquen), unas páginas en blanco que ya te están contando que al interrumpirse y desaparecer las voces y los cotilleos que lo ensalzaban, también desaparece Lincoln…, ya digo que ¡¡soberbia construcción!

Tras estas páginas en blanco, todo se pone en marcha de nuevo pero ya la luminosidad ha explosionado y la historia de Lincoln entra en otra etapa quizá más densa que la primera parte, pero tal como cuenta el editor en el prólogo, no inaccesible. Hay que tener paciencia, perseverar, y dejarse llevar por los diferentes cambios estilísticos, narrativos, porque las variaciones en la estructura del texto, y en la ortografía es lo que hace que el texto tenga vida propia, pero siempre hay pistas que van conduciendo al lector. No es inaccesible del todo porque hay una trama, y es una trama que se va enlazando camuflada entre la multitud de historias, de monólogos, de chismes que van iluminado la lectura.

"Bien, dijo Auran. Hablemos de números, Recuerda: llama a 22 personas al día. Aunque no tengas nada que decir. Esa es la cifra mágica para una ciudad con la población de Chicago. Así que encuentra el tiempo. Tírales los tejos, métetelos en el bolsillo. Luego quítate de enmedio..."

La Cadena Fácil funciona como una sátira o parodia perfecta de la sociedad que nos hemos construido y que sigue encaminada a la imbecilidad a la velocidad de la luz, y Evan Dara la describe incluso con unos vocablos que se merecerían un diccionario “evandariano” aparte porque, palabras como filfa o promosexual (y aquí la labor de traducción tiene que ser remarcada especialmente), con todo lo que eso implica a la hora de que se defina la sociedad de postureo en la que vivimos, hacen de este libro una experiencia nueva en todos los sentidos, aunque es cierto que Gaddis también lo ha abordado, pero aquí todo se hace más cercano. Empecé esta reseña hablando de que este libro me recordaba a una explosión continua, y quizá lo digo porque me ha recordado mucho al momento crucial en una película, Zabriskie Point, (cosas mías porque a veces visualizo un texto comparándolo a una película, y aquí me ha vuelto a pasar). En definitiva, es también una novela muy divertida y brutal en su desenmascaramiento de nosotros como zombies, y aunque densa en algún momento, también es perfectamente accesible y cálida en muchos momentos. Soberbia experiencia como lectora, que cómo viene siendo habitual, tengo que volver a agradecer a Pálido Fuego el que ponga estos libros a nuestro alcance. La traducción es de José Luís Amores.

...por tanto decidí, vale, modificar las cosas un poco, ¡contentar a Todo el Mundo!- ya sabes, darles sólo lo que Quieren- facilitárselo y dulcificárselo ¡decirles tan sólo lo que quieren Oir!- o sea ¿no es eso lo que hace funcionar el Cotarro?- Todos en TODAS partes, dar al cliente lo que Quiere, una cultura entera basada en la prostitución...”


 

Comentarios

  1. Tu magnífica y entregada reseña han hecho que se ponga la primera de la pila. Ayer la comencé y de momento me está encantando.
    Como me enseñaron a no ir a casa ajena de vacío... Te recomiendo Leica Format. Mi último y espectacular libro leído. Un saludo

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    Respuestas
    1. Pfff si que es durísimo. Pero por otro lado si te fijas disfrutarás de la evolución de algunos personajes. Y como algunos que ves de refilón en otros relatos cobrarán protagonismo. Y todo desde luego bien relacionado

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    2. sí, espero terminar los cuentos de Pollock antes de que acabe este mes. Ya te iré contando :-)

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  2. Graciass, ya me agencié Leica Format, en cuanto pueda me pongo con ella, pero primero Knockemstiff, del que ya me leí algún cuento, impacta, eh??? Ojalá disfrutes a Evan Dara tanto como yo, es una ida de olla, pero maravillosa y muy lúcida

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