Relatos II, de John Cheever (1ª Parte)



⭐⭐⭐⭐⭐


Si tuviera que citar corrientes en los que han influido las historias de John Cheever, yo diría que una de las más claras es la serie Mad Men porque leyendo ahora los cuentos no paro de acordarme de Don Draper y su esposa Betty, esa ama de casa continuamente insatisfecha y aburrida y que encarna a la perfección el ideal del sueño americano de la perfecta ama de casa pero llegado a un punto también expresa un malestar y un vacio interior, que también la empareja con Betty Friedan y su Mistica de la Feminidad. Y por otra parte, Don Draper es el perfecto personaje cheeveriano, eternamente insatisfecho; todo ese perfecto ideal del sueño americano (que se basa en las apariencias y en un consumismo exagerado, no por menos Don Draper es un ejecutivo de publicidad) tanto en Mad Men como en los relatos de John Cheever no son más que la búsqueda de algo que no saben que es y que por supuesto no van a encontrar en esas urbanizaciones barnizadas de irrealidad. A continuación, mis reflexiones en torno a los relatos:


1. El Camión de Mudanzas Escarlata

Martha y Charlie viven felices y contentos con sus niños en su bonita casa y en su espléndida urbanización, el perfil típico de familia a quién John Cheever le encanta desenmascarar mostrándonos que la vida real no es así y que algo se cuece bajo las apariencias. Cuando empieza el relato conocen a sus nuevos vecinos, Peaches y Gee Gee, aparentemente un matrimonio adorable pero ¡¡ohhh sacrilegio!!, pronto descubren que Gee Gee es un bocazas y bebe como un cosaco.

Este es uno de esos ejemplos de cuento de por qué me gusta tanto este autor, sus mejores cuentos son aquellos que se desenvuelven en este tipo de familias del perfecto sueño americano, cuando Cheever se aleja de estos ambientes, ya no me interesa tanto, pero aquí lo vuelve a bordar. Cuando Cheever los desenmascara nos está diciendo que la vida que llevan no es tan perfecta como esas apariencias, y pronto descubrimos dónde está la brecha y buceando ya sobresale la infelicidad y un vacio existencial. En el caso concreto de este cuento, la llegada de los nuevos vecinos le sirve a Charlie Folkstone para darse cuenta de que no está contento con su vida y de ahí el cambio. La mayoría de los personajes de Cheever se sienten alienados y medio vacios y el humor negro y la ironia que usa Cheever para narrarlo, puede ser cruel y desesperanzador, pero me encanta.

"La vida era del todo cómoda y tranquila. B... estaba exclusivamente reservado a los dichosos. Las amas de casa besaban con ternura a sus maridos por la mañana y con pasión al anochecer. En casi todos los hogares había amor, benevolencia y abundante esperanza. Las escuelas eran excelentes, las carreteras lisas, perfecto el alcantarillado e impecables los demás servicios públicos".



2. Simplemente Dime Quién Eres


La verdad es que me ha impresionado la historia de este pobre hombre, Will Pym, un hombre hecho a si mismo que después de tenerlo todo y ya entradito en años se consigue una esposa más joven que le lleva por la calle de la amargura. Will es un tanto empalagoso y cada vez que llama mami a su mujer es como si quisiera ponerla a su nivel en cuanto a años y aburrimiento, pero Maria parece que no es la Maria que Will cree que es. O también puede ser que él esté tan obsesionado con que ella se ajuste al perfil que espera de ella, que no la ve como realmente es. Y un buen día el bueno de Will abre los ojos...

Fiestas, cócteles, viajes en tren a Nueva York en escapadas de trabajo o de otra cosa, esta es la vida en Shady Hill, parodias de gente aparentando y llevando vidas vacias . Hay un momento en que al final del relato Will parece que se rebela, pero poco después sigue su vida de zombie buscando a mami. Un cuento genial. 


3. Brimmer


Cuento de tono satírico donde el narrador nos narra las aventuras (promiscuas) de su amigo y/o conocido Brimmer durante un crucero que les llevaría a Italia. El tono un tanto moralista del narrador es una parodia de la remilgada hipocresia del que se cree por encima de Brimmer. Es un relato divertido por lo irónico del retrato que hace de Brimmer cuando realmente y en mi opinión quién se está desenmascarando es el narrador

"Me fijé en él principalmente a causa de su actitud en el bar. Sus pupilas eran incoloras y alargadas como las de un macho cabrío. Ojos risueños, se hubiera dicho, aunquem a veces, vidriosos. En cuanto a las flautas no tocaba ningún instrumento musical, que yo sepa; lo de las uvas es otro cantar, porque casi siempre tenía un vaso en la mano".


4. La Edad de Oro

Este cuento forma parte de la tanda de cuentos que transcurren en Italia, el extranjero que no termina de sentirse incluido, siempre sintiéndose una especie de bicho raro en un pais al que admira, normalmente siempre viendo el pais extranjero con ojos de turista, sin tratar de profundizar más y sin poner de su parte para integrarse, porque no decirlo también. Seldon se avergüenza de alguna forma de sus guiones para una serie de tv e intuimos de que quizás añora haber sido otro tipo de escritor... no sé, puede que solo sea una impresión mia. Lo que está claro es que Seldon es otro de esos personajes infelices e insatisfechos con su vida


5. La Cómoda

Este es otro cuento sobre hermanos, y Cheever tiene bastantes. Aquí tenemos el tipico conflicto entre hermanos y se intuye que este conflicto viene desde la infancia, la excusa, el catalizador, es una cómoda que heredan y que ambos desean tener: quizás la cómoda no era tan importante y si lo era el hecho de que ambos la desearan. Este cuento te está hablando una vez más de la familia y de como nos agarramos ciertos objetos materiales para eternizar estas tradiciones y costumbres familiares. Me encanta la descripción de su hermano por parte del narrador y por supuesto la rebelión final.

"¡Oh!, odio a los hombres bajitos y no volveré a escribir sobre ellos, pero de paso me gustaría decir que mi hermano es precisamente eso; un hombre bajito. Tiene las manos pequeñas, los pies pequeños, a cintura pequña, los hijos y la mujer pequeños, y cuando asiste a nuestras fiestas se sienta en una silla pequeña. Si coges un libro suyo, encuentras en la guarda su nombre -Richard Norton-, escrito con su letra diminuta. En mi opinión, emana una aura repulsiva de pequeñez."


6. La Profesora de Música

Aqui en este cuento, el personaje que me parece más interesante es el de la mujer del narrador, Jessica. No es la primera vez que Cheever retrata con tanta agudeza el personaje del ama de casa deprimida y alienada, y aunque aquí no se detenga mucho en ella, yo creo que es el personaje motor del cuento, porque Seton quiere que su vida siga siendo tan comfortable y cómoda como siempre, pero en su egoismo, llegar a casa todos los días y encontrarse una esposa deprimida, se lo hace más dificil. Casi que Jessica parece salida de las páginas de la La mística de la feminidad.

"Que el asado se quemara no era una excepción, sino el pan nuestro de cada día. Jessica quemaba las chuletas, quemaba las hamburguesas, quemaba incluso el pavo del Día de Acción de Gracias, y parecía quemar la comida deliberadamente, como si eso fuera una manera de expresar su resentimiento contra Seton. No era una rebelión que tuviera su origen en el cansancio. Las asistentas y los electrodomésticos -reducirle el trabajo- no daban ningún resultado. Seton creía incluso que no se trataba de resentimiento. Era algo así como una profunda transformación subterránea, una oscura reivindicación sexual o el inicio de una revolución -que ella quizá ignoraba- por debajo de la reluciente y habitual apariencia de las cosas".

El caso es que la imagen que Cheever da del matrimonio tampoco es que sea muy esperanzadora y en este cuento concretamente se nota más que nunca esa imposibilidad de vivir en pareja a menos que uno de los dos claudique y se deje llevar. Es muy irónico que Cheever use a la profesora de música para conseguir esta rendición de Jessica, ya que la profesora no daba el perfil de señora manejable. Seton, por otra parte, es el perfecto protagonista cheeveriano, perdido, sin norte.

"La oscuridad de la noche y la sensación de haber perdido contacto con la realidad lo hicieron detenerse a la puerta de su casa pensando que el mundo cambia más de prisa de lo que uno advierte -muere y se renueva a si mismo- y que él se movía a través de los acontecimientos de su vida como si caminara rodeado por una niebla muy espesa".


7. Una mujer Sin País

El desarraigo y el exilio de tu pais, en este caso, un autoexilio impuesto por la protagonista por culpa una vez más de la hipócrita, puritana y condenatoria sociedad en la que vive. Es raro que en un cuento de Cheever la mujer sea la protagonista absoluta y aquí lo es. Vuelve a hablar del tema del extranjero en tierra extraña, la nostalgia y la melancolía de tu pais, el nunca sentirse integrado...Es sobre todo un cuento sobre la soledad, aunque pensándolo bien, todos sus cuentos giran en torno a ella. 


8. La Muerte de Justina

Si no fuera por lo tremendo de lo que cuenta, este cuento derivaria en lo cómico. Cheever vuelve a hacer una crítica feroz de la clase media americana, viviendo en urbanizaciones megaguays pero que sin embargo no están preparadas para el contratiempo más básico a menos que te ahogues en una burocracia lenta y surrealista para gestionar cualquiera de estos contratiempos. Cheever como siempre con una visión pesimista de todo pero ese tono ácido a la hora de hacer critica social es lo que le convierte en un maestro. 


9. Clementina 

Me ha gustado mucho este cuento de una chica que sale de su pueblo para trabajar como criada en la gran ciudad, y acaba trabajando para una pareja norteamericana típica cheeveriana. Con el tiempo se va con ellos a Estados Unidos y es muy interesane su punto de vista sobre Estados Unidos, en este caso concreto, lo contrario que se había producido en otros cuentos de Cheever: el americano en Italia. Es gracioso también comprobar la poca importancia que ella le da a ciertas prioridades enquistadas en la clase media americana. Siempre que leo los cuentos de John Cheever me acuerdo de Mad Men, esa serie con personajes continuamente infelices y vacios, bebedores empedernidos y amas de casa insatisfechas.

10. Un Muchacho De Roma

En este cuento Cheever le da voz a un adolescente americano que vive con su madre en Roma, y a veces parece que es el mismo Cheever el que habla a través de su personaje, porque no es tanto un cuento en torno a un argumento, sino en torno a un estado de ánimo continuo de un personaje que no parece que pertenezca a ningún sitio concreto. Además creo que en todos sus cuentos que transcurren en Italia, Cheever esté como obsesionado con la visión que se tiene de este pais, un pais al que él como escritor debía adorar (no tengo sus datos biográficos) y esta obsesión le lleva una y otra vez a cuestionar la visión que el turista tiene de Italia, especialmente el americano medio. Uno de esos cuentos que ganan con nuevas lecturas.

"Algunos norteamericanos viven en Roma para eludir los impuestos, y otros viven allí porque están divorciados o son excesivamente concupiscentes o poéticos o tienen alguna razón para creer que podrían ser perseguidos en la patria, y hay algunos que viven en Roma porque los huesos de mi padre yacen en el cementerio protestante".


11. Miscelánea De Personajes Que No Aparecerán

Otro cuento sin argumento especifico, sino que Cheever lo construye a modo de estudio de personajes, personajes que quizás en su momento no encontrarían hueco en otros huecos pero que sin embargo aquí encajan a la perfección. Veo este cuento más como un ensayo sobre estilo, sobre hasta donde llegar en su descripción de personajes.


12. La Casa Junto Al Mar:

Creo que este cuento se ha convertido en uno de mis favoritos de este autor. Es maravillosa la vena nostálgica, meláncolica que logra transmitir Cheever con las casas de verano ocupadas por extraños y cuando el inquilino llega, cualquier pequeño detalle, transmite las vivencias de los que allí han vivido creando una atmósfera incluso fantasmal. Lo mejor es que a medida que Ogden deambula por esa casa junto a la playa de los Greenwod enseguida reacciona a las pistas que ha dejado su dueño antes de irse, y quizás esas pistas le recuerdan a sí mismo: puede que incluso sean demasiado parecidos. Y lo digo porque Ogden lee sus libros, bebe sus licores y acaba hasta teniendo un sueño donde se metamorfosea en Greenwood e incluso pensando en el final, me parece antológico por lo mucho que su vida se acaba pareciendo a Greenwood. Es cuento muy fantasmal, atmosférico, que me ha fascinado.

"Sentía que se había quedado solo. Era tarde; todos los trenes expresos habían salido ya, y los demás iban apareciendo: me refiero a los demás fantasmas. Sólo Dios sabe de dónde viene y adonde va ese ejército de parásitos de aspecto próspero y correctamente vestido que, a pesar de la atmósfera fraternal que llegan a crear, nunca soñarían con hablar entre sí. Todos tienen una botella escondida detrás de los volúmenes de un círculo de lectores y otra en el taburete del piano".


13. La Quimera


Un hombre infeliz en su matrimonio se construye una mujer alternativa en su mente, la llama Olga y la moldea a su conveniencia. Es un cuento muy deprimente, muy triste de un hombre que acaba hablando solo en su casa en conversaciones imaginarias con Olga


14. El Angel Del Puente

Esta es una historia sobre miedos y soledad, ese terror existencial al día a día, lo reconvierte aqui Cheever en miedo a volar o a los ascensores, y en el caso del protagonista del cuento, el miedo a cruzar por puentes porque siente la tierra hundirse y él con ella. Claro que Cheever imbuye el cuento de un argumento más o menos sólido, pero realmente lo que al final cuenta es que quiere hablar de sus miedos y de su debilidad a la hora de enfrentar la existencia del día a día, y que ese miedo le hace de alguna forma cambiar su percepción del mundo en el que vive. En cuánto descubre su fobia, ya es incapaz de verlo todo igual.

"Podía llamar a mi mujer y decirle que se las ingeniara para venir a recogerme, pero nuestras relaciones están tan basadas en el amor propio y en las apariencias que admitir abiertamente una cosa tan extraña quizá dañara gravemente nuestra felicidad conyugal".


15. El Brigadier Y La Viuda del Golf

Uno de esos cuentos antológicos que transcurren en Shady Hill, esa urbanización cheeveriana ficticia donde las amas de casas cocina, cotillean y lloran por los rincones y ellos, ejecutivos bebedores soñando con una doble vida en medio de un consumismo exacerbado que en ningún momento satisface sus vidas. El protagonista de esta novela construyó un refugio antiatómico en el jardin de su casa, y este refugio es una especie de simbolo de prosperidad que todos desean o de fracaso, también podriamos decir una vez que la historia se va desenmascarando. Charlie Pastern el protagonista, es otro de esos hombres patéticos, pura apariencia y pura pompa de jabón vacia. Una maravilla de historia.

"Pero ¿quién era ella? ¿Quién se creia que era para hacerle una cosa así? No era más que una ama de casa con su soledad a cuestas, ni más ni menos"


16. Una Visión Del Mundo

Es un cuento que me ha parecido algo disperso, dónde el personaje se evade en sueños de una vida idealizada en un intento por llenar ese vacio existencial del día a día. Hay un par de momentos que sin embargo, me han fascinado. Es lo que tienen los cuentos de Cheever, que aunque no me termine de entusiasmar algun cuento, sin embargo, todos contienen algún pasaje abrumador.

"Tengo otra vez la horrible impresión de ser un personaje en una comedia de televisión -dijo-. Quiero decir que soy una persona agradable, voy bien vestida, y mis hijos son guapos y simpáticos, pero me angustia la sensación de que sólo existo en blanco y negro, y de que cualquiera, con sólo usar el mando del televisor, puede hacerme desaparecer".

(...)

"A menudo mi mujer está triste porque su tristeza no es suficientemente intensa; se apena porque sus aflicciones no son insoportables. Se lamenta de que su pesar no sea lo bastante trágico, y cuando le digo que su pesar, por lo inadecuado de su pesar, puede significar un nuevo matiz en el espectro de las penas humanas, no se siente consolada. Si, es cierto que a veces pienso en dejarla. Podría prescindir de ella y de los niños sin demasiadas dificultades; podría pasar sin la compañía de mis amigos, pero no soy capaz de separarme de mi césped y de mi jardín, no puedo dejar las contraventanas del porche que yo mismo he reparado y pintado; no puedo renunciar al zigzagueante sendero de adoquines que yo mismo he construido entre la puerta lateral y la rosaleda; por eso, aunque mis cadenas estén hechas con grama y con pintura para interiores, me tendrán bien sujeto hasta el día de mi muerte."















Mad Men, 2007 (Serie de Tv)


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