Persecución, de Joyce Carol Oates
⭐⭐⭐⭐
En esta novela corta de Joyce Carol Oates, vuelven sus temas de siempre en forma de thriller o novela de terror. Por una parte tenemos su estudio sobre dualidades: una misma persona puede ser dos al mismo tiempo, transformándose de una a otra dependiendo de los traumas de su pasado que van resurgiendo. Y no hablamos solo del personaje protagonista, Abby, que realmente se llama Miriam pero siendo Miriam,le recuerda a ese pasado que no quiere reconocer. Y Abby no es el único personaje dual, aunque no voy a destriparlo aquí.
"De jovencita, aprendes a no ofender a los extraños con tu rechazo. En particular a los hombres. A los extraños, pero tampoco a los jefes. Ni a los profesores, en sus tiempos de estudiante. Siempre sonriente y cordial, porque eras una chica guapa, sí, pero si dices lo que no toca o no sonríes con la vivacidad que se espera, un hombre puede volverse muy desagradable rápidamente."
Otro tema que surge una y otra vez en sus novelas es la violencia contra la mujer, una violencia que muchas mujeres sufren desde niñas por el solo hecho de haber nacido mujeres. En novelas más extensas, esta autora monta todo un ensayo psicológico en torno a este tema disfrazado de thriller, solo hay que leer sus novelas usando su pseudónimo como Rosamond Smith. Sus reflexiones en torno a los tópicos femeninos de la mujer como víctima (exageradamente narrados para incidir en que la mujer no es solo victima, también verdugo) siempre están perfectamente documentados y es evidente que esta autora domina la psicología forense en torno a ciertos perfiles, y Abby encaja perfectamente en este perfil en el límite entre la cordura y locura, entre fantasia y realidad; muchas veces no sabes realmente si es cierto lo que le está pasando o solo el resultado de su mente atormentada.
Otro tema que surge una y otra vez en sus novelas es la violencia contra la mujer, una violencia que muchas mujeres sufren desde niñas por el solo hecho de haber nacido mujeres. En novelas más extensas, esta autora monta todo un ensayo psicológico en torno a este tema disfrazado de thriller, solo hay que leer sus novelas usando su pseudónimo como Rosamond Smith. Sus reflexiones en torno a los tópicos femeninos de la mujer como víctima (exageradamente narrados para incidir en que la mujer no es solo victima, también verdugo) siempre están perfectamente documentados y es evidente que esta autora domina la psicología forense en torno a ciertos perfiles, y Abby encaja perfectamente en este perfil en el límite entre la cordura y locura, entre fantasia y realidad; muchas veces no sabes realmente si es cierto lo que le está pasando o solo el resultado de su mente atormentada.
"¿Qué había visto Abby en el abismo del sueño? La había invadido una especie de parálisis convulsiva. Willem se sentía como si luchara contra algo, contra otro ser, una criatura, algo que tenía presa a su mujer y se negaba a soltarla."
Y otro tema que le interesa mucho a esta autora y que ha surgido en muchas de sus novelas, sobre todo en los últimos años es el del soldado que vuelve de la guerra, concretamente de la de Irak, y a su vuelta a casa, ve que no encaja, que no es aceptado y cuya mente en muchos momentos no es capaz de reconocer la realidad que había dejado antes de marcharse y al mismo tiempo trae a cuestas toda una mochila repleta de situaciones aterradoras vividas, que derivan en un trastorno de estrés postraumático.
Uno de los talentos de esta autora y uno de los motivos por los que me gusta tanto, es que tiene una habilidad especial de hablar de cosas que normalmente no se cuentan, ese tabú ancestral escondido del que nos aterra hablar. Es capaz de de verbalizar eso tan difícil como es el tormento de la mente cuando está en la cuerda floja, y como he comentado antes, Abby es el personaje "oatiano" perfecto en este sentido, porque ella que tiene una pesadilla recurrente crónica en la cual vaga por un campo de esqueletos y huesos, y que apenas la dejan dormir, cree que puede encontrar la paz casada con el chico americano perfecto. Y aquí la Oates vuelve a ironizar sobre las bondades del matrimonio y sobre las apariencias en las que se escudan las perfectas familias americanas. Y en el camino nos está hablando de un cierto talibanismo religioso, de racismo y de la América profunda a la hora de exiliar a los que son de fuera. Y al mismo tiempo nos habla de las pesadillas de Abby relacionadas con un pasado que se va desenterrando poco a poco y en un plis plas, nos ha contado un cuento de terror al más puro estilo gótico.
"Con tiempo de sobra para darle vueltas y más vueltas a sus pensamientos, como quien revuelve la tierra con una pala.
La mujer y la niña... son suyas.
¿Por qué debería un hombre renunciar a sus posesiones? No debería hacerlo y no lo hará".
La mujer y la niña... son suyas.
¿Por qué debería un hombre renunciar a sus posesiones? No debería hacerlo y no lo hará".
Me encanta la Oates aunque también es cierto que en esta última etapa, siento que le falta algo a sus personajes, que no están terminados de desarrollar, parece que a sus personajes les falta un último trazo para estar terminados de profundizar en ellos, pero esos son pequeños defectos, nímios si lo comparamos con la facilidad que tiene para construirnos toda una historia que al final no deja de ser otra cosa que un cuento sobre lo terriblemente compleja que es la mente humana.
"Echa a correr. Trata de liberarte. Inténtalo."
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