El Declive, de Osamu Dazai
⭐⭐⭐⭐⭐
Osamu
Dazai es un escritor al que hacía tiempo que quería leer, es de
esos autores cuya vida privada casi que es más llamativa que sus
obras y quizás por eso siempre lo había ido relegando. Dazai acabo
suicidándose (lo había intentado cuatro veces antes) a los 39 años
lanzándose por un puente junto a su amante después de toda una vida
de alcohol, drogas y pobreza y el hecho de hacerlo en 1948 cuando
Japón estaba en plena destrucción tras la guerra, creo que retrata
a la perfección su perfil y después de leer una novela como "El
Declive", que debía estar compuesta por retazos
autobiográficos, entiendes mucho mejor los elementos
autodestructivos de un hombre como Osamu Dazai.
“Bebo
para morir, pues vivir me resulta demasiado triste. La soledad, la
melancolía, las estrecheces… la tristeza me abruma. Cuando oyes
lúgubres sollozos procedentes de las cuatro paredes es que para tí
no existe la felicidad. ¿Y cómo quieres que me sienta cuando me he
dado cuenta de que no conoceré la felicidad ni la gloria mientras
viva?“.
El Declive transcurre en una Japón de
postguerra, un país en ruinas no solo físicamente sino en todos los
aspectos más íntimamente ligados con el individuo y sus valores. El
sistema tal como se había conocido se tambaleaba y la aristocracia
tal como se la conocía ya andaba dando sus últimos coletazos. La
protagonista de la novela es Kazuo, la hija de veintinueve años y
divorciada de una familia aristocrática que lo ha perdido todo y se
enfrenta a la pobreza más absoluta. Kazuo y su madre se ven forzadas
a vender la casa familiar y a trasladarse al campo a una casa más
humilde en espera de que su hermano vuelva de la guerra.
“Cuando
subimos al tren, creí que me iba a morir. Al llegar aquí me animé
un poco, pero cuando anocheció noté que el pecho me ardía de
añoranza y me sentí desfallecer. Es como si Dios me hubiera matado
y no me hubiera devuelto la vida hasta después de haberme convertido
en una persona diferente”.
Contada en primera
persona por Kazuo, a través de sus reflexiones y de sus
"flashbacks", somos testigos de las nuevas ideas que se van
imponiendo en el clima social, unas ideas que ponen en cuestión toda
una forma de vida, personas que antes ni se lo planteaban ahora
tienen que luchar por sobrevivir, aunque trabajar es una especie de
tabú que incluso en sus horas más bajas ni se planteaban. La
tranquila vida que Kazuo y su madre llevan en el campo, se ve
desestabilizada cuando su hermano Naoji vuelve de la guerra; su
hermano que es una especie de alter ego del propio Osamu Dazai,
adicto al opio y al alcohol, desestabiliza de alguna forma la
tranquila vida familiar que llevaban las dos mujeres hasta ahora, y
llegado un punto Kazuo se rebela, una rebelión que dice mucho además
de este clima social inestable desolador que se vivía en
Japón.
Esta novela de Dazai desde la primera página me
envolvió (el simbolismo de la serpiente es de una belleza
desoladora) y entiendo perfectamente el porqué Osamu Dazai está
considerado uno de los grandes de la literatura universal. Toda la
novela transpira un profundo pesimismo y una melancolía que casi se
puede tocar. El personaje de Kazuo es además un personaje lleno de
claroscuros porque por una parte te puede parecer superficial y
egoísta pero a medida que la novela avanza entiendes sus razones, se
tiene que ajustar a una nueva forma de vida que la va haciendo más
fuerte y mucho menos pendiente de si misma. Kazuo es un personaje que
refleja perfectamente a Japón en si mismo, un personaje/pais en
plena transición entre el pasado y el incierto presente.
“Tengo
miedo porque veo claramente que mi propia vida acabará pudriéndose
mientras yo permanezco impasible, inmersa en esta rutina diaria como
una hoja de musácea que se pudre en el árbol sin caer al suelo.
Esto es lo que no puedo soportar y es por eso que necesito huir de mi
vida actual, aunque esto suponga desviarme del código femenino de
buenas maneras”.
Y ya digo que Osamu Dazai escribe
como los dioses, parece que hace sencillo lo más difícil. Esa
generación casi “perdida” que se tiene que levantar tras una
guerra, aquí está perfectamente reflejada en los personajes de
Kazuo y de su hermano Naoji. Todos esos conflictos morales que estaba
viviendo Japón en aquella época están aquí reflejados en ellos
dos. Es una novela para saborear y disfrutar sin prisas. Una
joya.
"Lejos de avergonzarme, me pareció que el
mundo real era un organismo extraño, completamente distinto a mi
propio mundo imaginario. Me asaltó una terrible sensación de
abandono que jamás había experimentado y me encontré sola,
gritando y gritando sin obtener respuesta en un páramo desierto bajo
la luz del ocaso".
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