El Libro Del Día Del Juicio Final (Historiadores de Oxford #1), de Connie Willis
"Está a setecientos años de casa, pensó Dunworthy, en un siglo que no valora a las mujeres lo suficiente para registrar sus nombres cuando morían".
Cuando empecé esta novela en un principio no tenía ni idea con lo que me iba a encontrar; no había leído antes a Connie Willis y lo que más me llamó la atención del argumento es que era una novela de ciencia ficción con viajes en el tiempo: el hecho de que quién emprendiese este viaje en el tiempo fuera una mujer era lo más inusual porque normalmente en las historias o peliculas sobre viajes en el tiempo que me había encontrado en el camino, siempre eran hombres los que cruzaban esos túneles, así que la curiosidad llamó a mi puerta y decidí con una autora nueva.
La verdad es que me he encontrado con una novela inmensa, hermosísima y muy emotiva por la forma en que he conectado con los personajes, con sus defectos, que los tiene, pero en lineas generales, el concepto en el que nos sumerge Connie Willis y la estructura general, me han impresionado mucho, porque de nuevo me he encontrado con un novelón que se me ha quedado dándome vueltas en la cabeza, y difícilmente voy a olvidar. La historia comienza en Oxford hacia la navidad de 2054. En este futuro ideado por Connie Willis los historiadores no solo desentrañan la historia estudiando el pasado, sino que pueden experimentarlo y vivirlousando “la red” que es un artefaco que los lleva físicamente a épocas pasadas, con lo cual pueden estudiar la historia “viviéndola” directamente. Kirvin Engle, una jóven historiadora fascinada por la Historia Medieval pide que se la envíe al Oxford de 1320, sin embargo es un periodo de la historia que no había sido experimentado antes porque hasta ahora no se habían atrevido a visitar el pasado más allá de los 300 años de antigüedad. El hecho de que la Edad Media fuera un periodo de la historia especialmente peligroso en cuestión de enfermedades y relacionado con la mujer, lo convertía en un proyecto prácticamente inabordable. Es una época de la historia que fascina especialmente a Kirvin, sobre todo porque casi treinta años después Europa sería azotada por la Peste Negra por lo que consigue que el proyecto se lleve a cabo a pesar de que James Dunworthy, su tutor y experimentado en otros viajes relacionados con la 2ª Guerra Mundial, esté totalmente en contra del viaje.
"Imposible, dijo él, aunque se abra Medieval no enviaría a una mujer. Una mujer sola era algo inaudito en el siglo XIV. Sólo las mujeres de las clases inferiores iban sin compañía, y eran presa fácil para cualquier hombre o bestia que se encontraran en el camino. Las mujeres de la nobleza e incluso de la emergente clase media iban constantemente en compañía de sus padres, maridos o criados, o de los tres a la vez".
El caso es que partiendo de esta premisa me encuentro con una novela que es mitad novela histórica, y mitad ciencia ficción, una dicotomía interesante por como se mantienen separadas. Mientras que por una parte hay una linea argumental que sigue a Kirvin en 1320 hay otra linea argumental con el profesor Dunworthy en Oxford en 2054, y casi sin darte cuenta Connie Willis ha conseguido mostrarte un paralelismo entre 1320 y el presente de 2054. En el momento en que Kirvin llega a la Edad Media, enferma de un extraño virus, y al mismo tiempo, el presente de 2054 se ve asolado por un virus que rápidamente se convierte en pandemia. Reconozco que no podía salir de mi asombro ante el hecho de que en muchos momentos de esta novela hubiera tanta semejanza con nuestra actualidad en torno a la pandemia que estamos viviendo con el Covid. La linea argumental en torno al profesor Dunworthy está repleta de momentos en torno a las mascarillas, distancia social, confinamiento, histeria colectiva, papel higiénico…en fin, que la novela de Connie Willis publicada en 1992 prácticamente no ha envejecido, yo diría que es más actual que nunca si la comparamos con nuestros tiempos de ahora.
"-¿Por
qué no tienes puesta la mascarilla?
- Hace que se me empañen
las gafas. ¿Por qué no llevas tû la tuya?
- Empiezan a
escasear"."
La novela avanza muy lentamente porque hay momentos en que parece estancada siempre en el mismo sitio, sin que el argumento evolucione por lo menos hasta más de la mitad, y es cierto que hubo momentos en que no entendía tanta lentitud por parte de Connie Willis (exasperantes algunos momentos en torno a Dunworthy), continuamente dándole vueltas a lo mismo pero poco a poco y sobre todo hacia el ultimo tercio, se me hizo la luz: imposible que los personajes me hubieran importado tanto, me hubieran emocionado de la forma en que lo hicieron, si la autora no se hubiera tomado toda esa primera mitad en describirlos y en recrearse en ellos. Consigue que al lector le importen y los conozca perfectamente...Agnes, Rosamund, son niñas perfectamente auténticas y reales y una delicia de personajes bien dibujados.
Disfruté bastante más los segmentos que transcurren en la Edad Media siendo testigo de la transformación de Kirvin, que se ve obligada a ajustarse a una época peligrosa y durísima en todos los aspectos y quizás ésta sea la parte más fascinante de esta novela, la forma en que Connie Willis nos sumerge en la Edad Media, cada detalle es una especie de pieza de orfebreria que va encajando hasta su conclusión final. Una novela que explora por una parte el medievo con su oscuridad, y el presente, un mundo a punto de volverse loco por una pandemia desconocida; me ha resultado fascinante la forma en que Connie Willis aúna estos mundos, dos mentalidades, que llevan a una reflexión sobre el mundo que vivimos ahora mismo. La recomiendo total y absolutamente sobre todo porque sin pretenderlo, Connie Willis nos hace reflexionar sobre la forma en que enfrentamos una pandemia en el mundo que vivimos ahora y la forma en que la enfrentaban hace 700 años, Dios y Ciencia, todo está aquí. El ser humano ha evolucionado en muchos aspectos, pero en otros, seguimos completamente estancados. El último tercio de la novela es absolutamente fascinante.
-¿Son
estos los últimos dias del fin del mundo?
Sí,
pensó Kivrin.
-
No -dijo-. No. son sólo malos tiempos. Tiempos terribles, pero no
todo el mundo morirá. Y vendrán tiempos maravillosos después de
esto. El Renacimiento y la reforma de clases y la música. Tiempos
maravillosos"
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