Indigno De Ser Humano, de Osamu Dazai
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"Soy capaz hasta de olvidar el nombre de alguien con quien hice un pacto de suicidio".
“Indigno de ser humano” está contado en primera persona por Yozo Oba, el hijo menor de una familia acomodada en forma de tres cuadernos que retratan de alguna forma su infancia, sus años como estudiante y finalmente su juventud hasta la treintena. Desde el primer momento en que Dazai comienza a introducirnos en el perfil de Yozo niño, el lector es consciente de que esto no puede ser solo ficción porque ese miedo que Yozo siente hacia la gente, hacia una comunicación más íntima con su entorno, no puede ser totalmente inventado, debía ser algo que el propio Dazai sintió en sus carnes. Y ya una vez que te introduces en la biografia de Osamu Dazai lo que hasta ahora era una idea que podía vagar en el aire, se constituye en una certeza. La vida de Yozo es una autobiografia, libre quizás, de la vida del propio Dazai aunque narrada con distancia y sin sentimentalismo.
“Pronto comprendí que el alcohol, el tabaco y las prostitutas eran un método excelente para librarme del miedo a los seres humanos, aunque fuese sólo por un momento. Y llegué a la conclusión de que para conseguir esos momentos valdría la pena vender hasta la última de mis posesiones”.
Desde pequeño, Yozo, como defensa ante el mundo, se convierte en el “payaso” en el buen sentido, se construye una especie de personalidad paralela a la real suya, donde divierte y cuenta chistes, todo para desviar la atención de su auténtico Yo. Los demás le reconocen como el gracioso, como el payasete, pero mientras tanto su verdadera personalidad se va diluyendo en una especie de caos de alcohol, drogas y mujeres. En ningún momento consigue conectar con nadie y su mente perfectamente consciente de esa falsa realidad que se ha construido, sufre en una especie de dolor eterno que le convierte en lo que él viene a llamarse en un ser indigno de ser humano.
"Su cuerpo estaba envuelto en una profunda tristeza silenciosa, una corriente de miseria de unos tres centímetros que circulaba sobre ella. Al acercarme a ella, mi cuerpo quedaba también envuelto en esa corriente, mezclándose con la de mi punzante melancolía, como una hoja muerta que se pudre en el fondo del agua. Por fín, me había librado del miedo y de la angustia"
Dazai en esta historia no cuenta nada extraordinario, ni hazañas y/o escenas memorables, todo lo contrario, lo que va narrando es el día a día de una personalidad, la normalidad de una vida que se le hace dolorosa a su protagonista porque le resulta imposible entender al ser humano por mucho que quiera enmascararse bajo otro Yo. Y creo que la auténtica hazaña de Osamu Dazai está en su estilo sencillo, socarrón y transparente, es fácil querer a Yozo Oba, es fácil empatizar con él por muy dificil que resulte entenderle a veces pero muchas de las tragedias que va contando Dazai a través de Yozo están narradas como una hoja a la que se la lleva el viento. Yozo pasa por la vida de las personas de su vida sin que le afecten, y esa distancia con el mundo es lo que le hace sufrir.
"Comencé a pensar que no me era posible vivir con otros seres humanos. Las personas no muestran lo terrible que son. Basta que se dé la ocasión para que muestren su horrenda naturaleza […] este caracter innato es una condición esencial para que el ser humano sobreviva. Al pensarlo, perdía cualquier esperanza sobre la humanidad.
Indigno de ser humano es una obra atemporal porque lo que nos narra aquí es la obsesión de un ser humano por encajar en una sociedad encorsetada y completamente alienada, por eso quizás es una historia que no envejece, y que sigue siendo más actual que nunca.
"No puedo soportar la inquietud, el miedo. No puedo pasar sin beber"
Ningen shikkaku: Dazai Osamu to 3-nin no onnatachi aka Indigno De Ser Humano, 2019, Mikka Ninagawa
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