El Villorrio, de William Faulkner (Trilogía de los Snopes #1)

 

 ⭐⭐⭐⭐⭐

 "Un momento antes el camino estaba desierto, y al momento siguiente aquel individuo se hallaba a un lado, en la linde del bosquecillo; eran la misma gorra de tela y la misma mandíbula que mascaba rítmicamente, materializados al parecer de la nada y casi delante del caballo, con un aire de ser algo completa y puramente accidental..."

- ¿Qué tal?-dijo-. Tu eres Flem, ¿no es cierto? Yo soy Varner.

-Ah, si? Respondió el otro, escupiendo acto seguido.Tenía un rostro ancho y plano, con ojos del color del agua estancada.

El Villorrio es la primera de las tres novelas de William Faulkner dedicada a la familia Snopes donde se narra su llegada a una pequeña aldea, Frenchman´s Bend, que se construyó sobre los cimientos de una antigua plantación, con todo lo que esto conlleva de significados en cuanto al antiguo mundo aristocrático sureño ya acabado frente a los nuevos tiempos. Realmente lo que se cuenta es el surgimiento desde lo más bajo de la escala social, de Flem Snopes, un hombre misterioso, de orígenes ambiguos que poco a poco llega a dominar y controlar todo lo que le rodea a través de una astucia soterrada y métodos nada claros. Cuando Flem Snopes llega a Frenchman’s Bend en vez de dedicarse a la agricultura (como todos) consigue que Will Varner le emplee en la tienda, y a partir de ahí, conspirando y con artimañas siempre soterradas, va ascendiendo y adquiriendo cada vez más poder.

La novela está narrada por V.K Ratcliff, que es el personaje testigo de todos los acontecimientos, un vendedor ambulante de máquinas de coser, que debido a que se recorre el condado, recopila noticias e historias y es de alguna manera el nexo de unión entre todos los personajes. Desde el primer momento, Ratcliff adivina los movimientos de Flem y durante toda la novela hay una especie de enfrentamiento silencioso entre ambos personajes y sus respectivos códigos (a)morales. Ratcliff percibe desde el primer instante que Flem no se arrellanará ante ningún obstáculo a la hora de conseguir sus fines.

Faulkner divide la novela en cuatro partes perfectamente diferenciadas en estilo, tono e intenciones: 

- El primer libro (Flem Snopes) es puro gótico sureño, donde a través de Ratcliff somos testigos de cómo la llegada de los Snopes va a desbancar al oligarca local, Will Varner

"...puesto que la presencia de un dependiente de raza blanca a sueldo en el almacén de un hombre todavía capaz de andar y aún con la cabeza lo bastante clara para, por lo menos, equivocarse en las cuentas a su favor, era algo tan inconcebible como la presencia de una mujer blanca a sueldo en una de sus cocinas."

- En el segundo libro (Eula), el estilo se vuelve medio socarrón e irónico describiendo las pasiones que va despertando a su paso la belleza local, Eula Warner, primero con la obsesión que despierta en Labove, y luego adquiriendo tintes cómicos a la hora de narrarnos el revoloteo continúo de los pretendientes en torno a ella.

"No parecia ser una entidad viva de una escena contemporánea, sino existir más bien en un prolífico vacío en el que sus días se sucedían como tras un cristal a prueba de ruidos, y desde donde Eula parecía presenciar en indolente perplejidad, con una hastiada sabiduria heredada de incontables generaciones de madurez mamal, el crecimiento de sus propios órganos.

(...)

"Era más bien como si, incluso desde niña, hubiese sabido ya que no había ningún sitio donde quisiera ir, que no existía nada nuevo u original al término de cualquier movimiento, que todos los sitios eran iguales en todas partes."

- En el tercer libro (El largo verano) Faulkner combina historias de otros Snopes y de alguna forma aunque en esta sección apenas veamos a Flem, su sombra alargada, está siempre presente, influyendo y ejerciendo el control sobre los demás. Es fascinante como Faulkner en esta sección establece una especie de simil entre Eula, (a quién en algún momento describe como de mirada y físico bovino), con el episodio del enamoramiento de uno de los Snopes, Ike, con una vaca. La adoración por la naturaleza de Faulkner está brillantemente descrita cuando Ike decide fugarse con la vaca al bosque.

- Y ya en el cuarto libro (Los Campesinos), hay una cierta atmósfera a western con dos historias relacionadas que llegado un punto adquieren tintes de comedía tirando a grotesca y que terminan ya de desenmascarar a Flem Snopes.

 "Houston tenía catorce años cuando se incorporó a la escuela. No es que fuese cerril, pero estaba todavía sin domar, más que el exceso de energías, le dominaba una violenta pasión, pero no por la vida, ni siquiera por el movimiento, sino por esa inmovilidad sin cadenas llamada libertad. No tenía nada en contra del saber, tan solo contra estar encerrado, contra la reglamentación que la escuela llevaba consigo."

 Estas cuatro secciones están interconectadas por Flem Snopes y por Ratfliff, el primero, la mayor parte del tiempo en off pero presente al mismo tiempo por las reflexiones de Ratflff y sus conversaciones, que es una forma de marcar todavía más por parte del autor la influencia que Flem Snopes está ya ejerciendo en el entorno. Faulkner es un espléndido narrador de la condición humana, de cómo las pasiones humanas, sus vicios, su necesidades entran en conflicto con lo que la buena sociedad exigía: la herencia de apariencias que había intentado legar el viejo mundo, ya casi había desaparecido. Al igual que con la lectura de Luz De Agosto, he visto en muchas escenas, en muchos de estos personajes, una alegoría de lo que es la condición humana narrada por Faulkner con mucho sentido del humor, con ironia y con una enorme empatía por sus personajes.

El Villorrio funciona como una colección de relatos, algunos muy satíricos, otros totalmente póeticos que me han fascinado. Leer a Faulkner y conocer a sus personajes es uno de esos placeres que he descubierto este año y que me tienen entusiasmada.  (La traducción es de José Luís López Muñoz)

"Sus ojos, todavía abiertos al sol perdido, quedaron repentinamente cubiertos de una humedad vidriosa que tenía un algo extraño, como si se tratara de lágrimas verdaderas, y que descendió hasta sus mejillas, ya y vacías de recuerdos, sécandose enseguida."

 

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