Conversaciones con William T. Vollmann
⭐⭐⭐
"I never felt like I was part of the people who where living ordinary, happy lives. I'm interested in failure. I'd like to write something positive, if there is such a thing."
No soy muy amante de los libros de conversaciones o biografías de autores, salvo excepciones muy marcadas que es justo cuando siento curiosidad por descubrir hasta qué punto,ese autor/a está continuamente presente a través de sus personajs, en sus textos. En los casos de las antologías de entrevistas, conversaciones, etc, como es éste el caso, se corre el riesgo de la repetición continua de la misma información de una entrevista a otra, y aquí ocurre continuamente.
Las Conversaciones de William T. Vollmann son un compendio de veintinueve entrevistas realizadas entre 1989 y 2018 y reunidas por Daniel Leukes para intentar dar una visión de la evolución literaria y de pensamiento de Bill Vollmann, y sin embargo por muy bien seleccionadas que estén, aquí vuelve a caerse en la repetividad bajo la fórmula ya que al comienzo de cada entrevista se hace un breve resumen biográfico, se hace alusión a las leyendas urbanas en torno a un personaje tan polémico como puede ser Vollmann e incluso se repiten una y otra vez las mismas preguntas en las entrevistas así que cuando el lector lleva leídas varias de estas conversaciones, llegado un punto, se sabe las respuestas ya de memoria ya que las preguntas ya habían sido formuladas y contestadas en las conversaciones anteriores. Lo dicho, independientemente de lo interesante que pueda resultar Vollmann, las conversaciones llegan a hacerse cansinas por esta eterna repetición de lo mismo.
Sin
embargo, este defectillo no significa que no haya disfrutado esta
antología porque Vollmann habla con su sentido del humor e ingenio
característico de los temas que más pueden atraer
al lector interesado en su obra: su relación con la violencia y con
las armas, su experiencia en la guerra de Afganistán, su relación
con las prostitutas del Tenderloin, el
límite entre ficción y no ficción y por supuesto hasta qué punto
el dolor y la culpa ha influido en toda su obra. Vollmann es un
escritor abrumador y obsesivo, irreverente y con un talento especial
para sorprender al lector continuamente, incluso turbarle, y sin
embargo, en estas conversaciones se puede intuir al ser humano que
hay detrás de estos textos: un tipo reflexivo y muy humilde en
contraposición a ese carácter provocador que le gusta vender de
cara a la galeria y un idealista puro y duro de los que ya no quedan.
"When you're writing you develop this video camera and you use it to invade other people's privacy, hopefully with their consent. It´s a dirty job, just like being a prostitute. I'm no different. I try to exclude whatever would hurt other people or would hurt me, but I can´t always exclude what's embarrassing to me, because I want to be honest."
Lo
que parecían ser leyendas urbanas para alimentar el personaje no lo
son tales, sino pura realidad y Vollmann se encarga de extenderse y
aclarar
ciertos puntos: escribió
su primera novela por la noche mientras trabajaba para una empresa de
software mientras
dormía
debajo de su escritorio en
un saco de dormir, cuenta
cómo desarrolló el sindrome del túnel carpiano escribiendo
dieciséis horas diarias sin descanso, de cómo liberó a una niña
de catorce años de los prostibulos de Tailandia, de su experiencia
uniéndose a las muyaidines en la guerra de Afganistan en 1982, de
su experiencia solo en el Polo Norte donde casi muere congelado y de
su relación con internet, de por qué no tiene móvil, ni fax ni
correo electrónico...
Las entrevistas están ordenadas cronológicamente y en ellas habla extensamente de sus obras, especialmente de la serie de los Seven Dreams; las conversaciones entre bromas a veces, y mucha reflexividad en otras son una buena forma de acercarse más a este autor, contradictorio, evasivo, provocador y muy directo, aunque también tengo que decir que la mejor forma de conocerle es leyendo su obra.
“Probably the saddest thing was my littler sister’s death. She drowned when I was a kid, and I was nine, she was six. I was supposed to be watching her, and I fell down on the job and that was really hard for me, and for my parent, and I wish it had never happened. On the other hand, since it has happened and that was back in 1968, I’ve tried to let it define me. I’m somebody who as a little kid screwed up, and so how can I possibly not be empathetic to other people who screw up? Here I am sitting in the same room with a rapist or a mass murderer, or somebody, and I think okay, this is my brother or my sister cause we’ve both screwed up.”
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"If I had to sum up, I'd say that, although there are other worlds all around, you have to think your own is more important or true than the others. That's how you remain sane. "
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""People
are riding the the feminist bandwagon now, for which I have very
little sympathy. It goes without saying men and women should have
equal rights. Men and women are different. There´s nothing wrong
with that fact.
[...]
If we have to constantly bend over
backwards to avoid offending somebody, because you might use one
euphemism instead of another euphemism, then I don´t call that
feminism..."
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"You could even call his tales about prostitutes love stories: -Love is a yearning, and sometimes people don´t understand what they are yearning for, or why. All they know is that they are lonely. Some get married, others have friends, others get involved in their work. And some pay for sex, or watch it under the guise of participatory journalism.-"
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"Words
are mortal, images are mortal. All you can do is try to make things
as immortal as you can. And if no one reads the words, at least the
words still exist in some way, and if your words are destroyed and
every copy of your book is destroyed, maybe the fact that you created
this means that is still somewhere. That's my comfort."
♫♫ ♫ Psychic Ills - Confusion (I'm Alright) ♫♫ ♫
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