A propósito de nada: Autobiografía, de Woody Allen
⭐⭐⭐⭐⭐
"Trabajo todo el día o, si no, al menos una parte de cada día de la semana. No porque sea un adicto al trabajo, sino porque eso me evita tener que enfrentarme al mundo, uno de de los escenarios que menos me gustan".
Después de terminar esta autobiografía tengo claro que Woody Allen quizás no la hubiera escrito nunca de no haberse visto obligado a contarnos su versión sobre ese escándalo que lleva arrastrando desde hace décadas y desde luego me parece que está en su pleno derecho, después de llevar tanto tiempo siendo ajusticiado por los medios y la opinión pública, (y lo digo porque es una persona que no lee sus criticas, no acude a la recogida de premios y realmente vive su vida tranquilamente), no creo que hubiera escrito unas memorias nunca. Pero a lo que voy, gracias a ciertas circunstancias de su vida, tenemos la autobiografía de uno de esos directores de cine, que solo su nombre ya es una marca y toda una forma de narrar cinematográfica. Y leyendo esta autobiografía se hace raro pensar que es un señor de 80 y tantos años, porque no tienes esa sensación leyéndola, todo lo contrario, parece el texto de una persona joven llena de ilusión y de vitalidad.
He disfrutado muchísimo de estas memorias dónde Allen hace un recorrido desde su infancia, su familia, su juventud, sus inicios en el cine, sus amigos, en fin, me ha parecido una autobiografía completísima de un hombre modesto y muy honesto, que nunca se ha creído estar por encima de nada y creo que repasa todas las polémicas de su vida, sus manías e inseguridades sin cortarse un pelo.
"Usé el concierto como excusa, pero tampoco habría ido si hubiese estado libre. No me gusta la idea de que se premie obras de arte que no se realizan como un propósito competitivo sino para satisfacer un deseo artístico y, con suerte, entretener. No estoy interesado en el pronunciamiento, de ningún grupo respecto de cuál es la mejor película del año, o el interpréte más valioso. No quiero estar en este tema..."
Y sí realmente te interesa el cine y disfrutas con él, te interesarán estas memorias. Woody Allen hace un repaso no solo de sus peliculas, sino de su forma de ver el cine, de como narrar y transmitir, y de la poca importancia que le da a todo lo súcedaneo para concentarse en crear.
"La gracia de hacer una película es hacerla, el acto creativo. Los aplausos no significan nada. Incluso aunque recibas los elogios más entusiastas, seguirás teniendo artítritis y culebrilla. ¿Y es tan terrible que la gente no se extasíe con tu obra? ¿Qué a alguien no le guste tu película?
No voy a extenderme mucho en esta reseña porque es tan amplia la vida de Woody Allen, tan plena en lo que ha conseguido crear, que creo que no sabría ni por donde empezar. Eso sí, leer esta autobiografía solo por el morbo de sus litigios con Mia Farrow es una pérdida de tiempo, aquí hay mucho más que ese proceso legal quizás demasiado manipulado por los medios. Las descripciones que hace sobre momentos de su vida, sobre sus relaciones y sobre su cine, son lo que de verdad merecen la pena. Unas memorias largamente esperadas (aunque hayan querido censurarlas y boicotear su publicación desde su inicio, asi que gracias Alianza Editorial) que han merecido la pena porque te hace sonreir y te hace pisar el suelo, y porque el mayor crítico consigo mismo es el mismo Woody Allen. Un placer de lectura.
"He ahí otro dato sobre mi supuesta falta de inteligencia: mi absoluta falta de curiosidad. No tengo ningún deseo de ver el Taj Mahal, la Muralla China ni el Gran Cañón. No quiero visitar las pirámides ni pasearme por la Ciudad Prohibida. Y, definitivamente, no quiero estar a bordo de uno de esos primeros cohetes del espacio exterior, para mirar la Tierra desde lejos y experimentar la falta de gravedad. Soy un gran fan de la gravedad y espero que dure. Ni siquiera me pregunto a que se debe todo ese vapor que sale del suelo en las calles de Manhattan."
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