Niágara, de Joyce Carol Oates



⭐⭐⭐⭐

"Gracias, pero nadie puede ayudarme. Creo que estoy... condenada".

Esta es una novela que me moría por leer desde hace ya mucho tiempo, pero estando la mayoría de las novelas de Joyce Carol Oates descatalogadas o directamente no editadas en España, (un sacrilegio a estas alturas si tenemos en cuenta lo prolífica de esta autora), era una tarea casi imposible llegar a ella. Por un milagro me llegó, y una vez más y después de haberla disfrutado muchísimo, tengo que decir que no me ha defraudado, aunque si es verdad que al tener Qué fue de los Mulvaney tan reciente, no me ha parecido de sus obras más redondas. Tiene la misma estructura y más o menos sigue los mismos derroteros que la de los Mulvaney y Niágara vuelve a ser una deconstrucción de lo que es una familia americana con sus luces y sus sombras y vuelven a tocarse los temas oatianos de siempre: las decisiones de los padres que influyen directamente en la vida de sus hijos con la consiguiente marca en su vida de adultos, el papel de la mujer constreñido en ciertos ámbitos a hacer solo de esposa y madre y por supuesto la lucha por conservar la cordura cuando la realidad se hace demasiado insportable para muchos de sus personajes.

"La noche anterior había tenido uno de esos momentos en que tenía ganas de llorar. No es que fuera desdichada, solo tenía ganas de llorar. Sabía por las otras madres del parque (¡la mayoría mucho más jóvenes que Ariah!) que todas tenían ganas de llorar de vez en cuando, si eres mujer te está permitido."

Estos temas aparecen casi continuamente en sus novelas, sobre todo las que engloban a las familias, en algunos casos JCO los desarrollan más acertadamente que en otros, pero siempre siempre hay momentos memorables que se quedarán grabados en la memoria del lector. En Niágara JCO se centra en la vida de Ariah que se queda viuda al día siguiente de su matrimonio con el reverendo Gilbert Erskine; tras la traumática noche de bodas Gilbert desaparece y se lanza al vacío de las cataratas del Niágara, que es donde están pasando la luna de miel. Ariah se pasa una semana esperando la aparición del cadáver, siete días de duelo vagando por la neblina de las cataratas y la leyenda local la convierten en “la recién casada viuda de las cataratas”, una figura legendaria que se quedará ya para siempre en la memoria local. Un mes después Ariah se casa con Dirk Burnaby, un abogado de éxito, con quién tiene tres hijos y la familia se asienta ya definitivamente en la zona.

"Los Burnaby eran una pareja romántica como Fred Astaire y Ginger Rogers. Cuando uno entraba en una habitación en la que el otro esperaba, empezaba a oirse música de baile".

A simple vista parece la historia de una familia normal y corriente pero las familias de las novelas de JCO no son nada normales ni corrientes. La primera parte de la novela me parece ejemplar en el sentido de que la autora narra toda la parte de la luna de miel y el suicidio de Gilbert, con la atmósfera medio irreal de las cataratas de fondo, y conocemos ambos puntos de vista, tanto el de Ariah como el de Gilbert, y ya aquí la autora nos está sumergiendo en la mente de Ariah y en las consecuencias que esto tendrá en su futuro como madre y esposa de Dirk Burnaby. Quizás porque la zona de las cataratas del Niágara están muy unidas a la infancia de JCO, ya que la autora nacida en Lockport (Nueva York) debía conocer muy bien la zona solo a media hora de trayecto entre una y otra localidad, percibimos lo conectada que la Oates está con el paisaje, con el agua, con la fuerza de las leyendas locales. La Oates nos cuenta la fuerza de lo irresistible del agua que lanza una especie de hechizo sobre mucho de los personajes, especialmente la familia de Ariah, unas aguas que pueden hechizar o maldecir.

Puede que el lector se quede con la sensación de que algunas escenas no terminan de ser explicadas o desarrolladas, pero yo esto no lo veo como un defecto o como una falta de interés de la autora en dar explicaciones, todo lo contrario, en todas sus historias pasa: creo que la intención de la autora es que estos momentos inconclusos permanezcan en la mente del lector y él mismo encuentre la explicación, normalmente siempre son momentos medio irreales, y hay que dirimir que es la verdad y que es la imaginación del personaje, una particularidad que a mi me fascina de esta autora, todo hay que decirlo.

"Las mujeres estadounidenses no trabajaban. En especial, las mujeres casadas de la clase social de Ariah. Podía imaginar como habría recibido semejante propuesta su padre si la hubiera hecho su madre. Ninguna mujer de la familia Littrell trabajaba. Ninguna. (Excepto una tía soltera o dos, maestras de escuela. Pero estas no contaban)."

Esta novela transcurre entre los 50 y finales de los 70 y explora los cambios sociales como nadie; desde ese hipócrita integrismo religioso del que provienen tanto Ariah como su primer marido, Gilbert, hasta las consecuencias de toda la expansión industrial en torno a las cataratas, el verse abocado a trabajar en alguna de las industrias tóxicas en torno a la zona o verse abocado al paro y por supuesto era la época en que la mujer empezaba a desplegar sus alas y dejar el ambiente más doméstico. En definitiva, me ha parecido una novela magnífica, muy parecida a "Qué fue de los Mulvaney", pero quizás algo más irregular en el sentido de que hay momentos muy repetitivos en torno a algún personaje, aunque también es verdad que es el sello de la gran JCO

"A menudo Juliet parece una sonámbula al aire libre. Sus ojos, sus párpados pesados, su ondulado cabello que le llega hasta más abajo de los hombros como una crin sin cepillar. Su cabello exuda un olor a algo romántico y a melancolía como las hojas húmedas de otoño o las violetas azotadas y sacudidas pro la lluvia.".


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