En el corazón del corazon del país, de William H. Gass

 


 ⭐⭐⭐⭐⭐

 ♫♫ ♫   The End Of All Our Exploring, Max Richter   ♫♫ ♫

 

"No hay duda, ya no soy yo. Este no es el mundo real. He ido demasiado lejos. Así es como empiezan los cuentos de hadas, un resbalón sobre el borde de la realidad."


En el corazón del corazón del país fue publicado en 1968 y justo después de haberme leído los cinco relatos que lo componen, tengo que reconocer que incluso ahora, después de transcurridos más de cuarenta años de su publicación, parece una obra atemporal, fuera de cualquier registro del tiempo. Ya había leído anteriormente “La suerte de Omensetter” y ya esta novela me fascinó por muchos detalles que ya dejé expuestos en la reseña. Sin embargo, en los relatos de En el corazon del corazon del país, quizás gracias a todo lo que ha llovido en mi bagaje literario desde Omensetter, he encontrado un Gass con el que he conectado de una forma que no me esperaba.


"En una ocasión el viento traspasó el cristal y trajo un copo de nieve. Las escaleras quedaron a oscuras. Si un rayo de luz bajara los peldaños, supongo que tendría que disparar."


Los cinco relatos, dos de ellos casi novelas cortas, están ambientados en el Medio Oeste americano y Gass incide como nadie a través de las palabras en los espacios físicos, en la alienación asfixiante, en lo que se esconde tras las paredes del hogar porque a veces la violencia latente, atmosférica, es tan palpable a través del texto que reconozco que es de esas veces que me he visto tan desbordada por la fuerza de la prosa, que hubo momentos en los que he tenido que parar durante la lectura, y regodearme en lo leído. En este aspecto al haber leído una traducción, tengo que valorar en su justa medida el soberbio trabajo de la traductora, Rebeca Garcia Nieto, que ha extrapolado algo que a priori parecía imposible y es esa fuerza del texto de Gass.


Con qué intensidad miraba yo... Un arbusto, emocionado por sus rosas, no podría haber florecido de un tan hermoso como tú lo hiciste. Era una mirada que me gustaría dirigir a esta página. Porque eso es la poesía: hacer aflorar, cambiar."


Tal como sugiere el título de uno de los cuentos, los textos van sobre lo que se cuece en el corazón del interior del país, desde la intimidad de unos personajes, de sus mentes... Realmente nos convertimos en cómplices de la mente de cada personaje a medida que se nos va desplegando en cada relato y al principio puede que no entendamos nada pero poco a poco se nos va mostrando Todo en medio de un paisaje determinado, llanuras nevadas, habitaciones claustrofóbicas, o ciudades fantasmales habitados por vecinos que pueden parecer espectros... y lo que maravilla en estas páginas es precisamente las palabras que tienen vida propia, la luminosidad de la prosa de William H. Gass es un milagro.

Dentro de los dos relatos mayores que son justo el del principio y el último , tenemos tres más cortos, experimentales pero igualmente absorbentes por cómo combina la prosa con los espacios:


En La Señora Ruin, el narrador se convierte en una especie de voyeur de la vida de su vecina y de la relación que tiene con sus hijos, la observa, la vigila, su mente divaga...


"Los Ruin son calvinistas, estoy seguro. Pueden albergar dudas sobre el cielo pero para ellos el infierno es real. Deben de sentir su calor y el temblor de la tierra bajo sus pies."


En Carámbanos, volvemos a indagar en la mente de un narrador que es una isla en sí mismo. Un agente inmobiliario enfrentado a su depresión, se obsesiona por los carámbanos que cuelgan de su casa nevada, una obsesión latente que le obliga a buscar significados donde aparentemente no los hay…


Las personas se van al otro barrio. En la mitad de la vida, ya sabe, Fender…, bueno…, pero las propiedades, las propiedades se quedan…”


En El Orden de los Insectos, tenemos a un ama de casa como narradora y cómo vuelca su angustia existencial en los insectos, sobre todo en su aparición cuando están muertos. La forma en que va describiendo su transformación mental mientras los observa  hace metamorfosearse esa repugnancia inicial en pura fascinación...


Ya no soy dueña de mi imaginación."


Y a continuación paso a valorar los dos relatos que me me han parecido prodigiosos y que me han hecho volar la cabeza:


El Chico Pedersen: este es un relato largo, atmosférico, muy físico, con un ritmo que se va desplegando de una forma muy adictiva pero es una adicción a través de las palabras que tienen la misma fuerza como si el lector pudiera palparlas. El narrador es un niño, Jorge, que vive en un ambiente aislado y claustrofóbico con un padre alcohólico y violento, y una madre que se pasa el tiempo en la cocina ¿escondida? El relato comienza durante un invierno cerrado y nevado en plena tormenta cuando descubren en su propiedad, medio congelado al chico Pedersen, el hijo de unos vecinos. Mientras lo llevan a la cocina e intentan reanimarlo, se despliega una tensión que va convirtiendo en toxicidad el ambiente. El chico Pedersen en un momento en que parece revivir habla de lo que sucedió en su casa cuando salió huyendo, cuando su familia se tuvo que refugiar en el sótano porque llegan unos hombres… Así que obligados por el padre, Jorge y Hans, salen en medio de la tormenta en dirección a la casa de los Pedersen para averiguar qué ha podido pasar y cuál pudo ser el motivo de la huida del niño, y a medida que se sumergen en la tormenta, el ambiente se va convirtiendo en puro cuento de terror. La nieve, el frío que los va ahogando poco a poco va convirtiendo la travesía en una pesadilla… y todo lo percibimos a través de la mente de Jorge, el niño protagonista, a veces aterrado, otras sin saber que está pasando…¿es real lo que percibe el lector a través de él o hasta qué punto está todo fragmentado en la mente de ese niño? Lo más impactante de este relato es la forma en la que Gass nos describe el espacio físico, nevado, que engulle a los personajes…, pocas veces he percibido tan poderosamente la fuerza de las palabras en un texto.


"Era aterrador, ese espacio blanco infinito. Yo solo tenía frío...frío...y estaba asustado y cansado de la nieve."


El último relato es precisamente el que le da titulo al libro “En el corazón del corazón del país”, un titulo tan hermoso como el cuento mismo, y que desde ya se ha convertido en uno de los cuentos de mi vida

 

"Soñé que mis labios bajaban a la deriva por tu espalda como una barca en el río. Seguiría el curso de una vena con la yema de los dedos, sostendría tus pies descalzos entre mis manos desnudas."


Aquí tenemos a un narrador igualmente a la deriva que vive en un pueblo rural de Indiana. No cuenta mucho sobre sí mismo pero si sabemos que es un hombre que vive solo con un gato y de vez en cuando hay esbozos hermosísimos intercalados en el texto en relación a un amor perdido, abandonado o desterrado… y yo estoy jubilado del amor.”


"Es cierto que hay momentos, momentos tontos, de éxtasis, sobre un tronco, en que me siento como ido, disperso, al pensar como una semilla, porque ahora me encuentro en la ridícula situación de conservar los restos de un amor que me gustaría olvidar..."


Durante el relato, el narrador va dando información sobre el pueblo, y poco a poco va sumergiéndose en los aspectos más desesperanzadores de la localidad donde vive y donde se hace evidente la alienación en la que vive, y mientras habla del pueblo, va hablando cada vez más de sí mismo y de la falta de rumbo en la que se ha convertido su vida. Aunque El Chico Pedersen es un cuento magnífico, es éste último el que de verdad me ha impactado: la vida interior de un hombre a través de su paisaje.

La traducción es de Rebeca Garcia Nieto que también contribuye a un Epílogo que es una auténtica delicia donde resume a la perfección la esencia de esta obra cuando dice y la cito: "En algún punto del relato, las palabras dejaron de serlo y fueron nieve"“.


Billy cierra su puerta y lleva carbón o leña al fuego y cierra los ojos, y sencillamente no hay manera de saber hasta qué punto está solo y vacío, o si se siente tan deshabitado y desolado y falta de amor como el resto de nosotros, aquí, en el corazón del país."

 

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