Comunidad, de Ann Patchett





Comunidad comienza con una de tantas casualidades de esta vida: Bert Cousins colándose sin invitación en el bautizo de Franny, la hija de Fix y Beverly Keating, en un intento por escapar de su propia vida doméstica junto a su mujer Teresa y sus cuatro hijos. Justo en ese ambiente de celebración la atracción entre Bert y Beverly es instantánea y solo es necesario un beso en la cocina para que el status quo de ambas familias se vaya al traste. Dos parejas deshechas, y una nueva creada, y entre ellos, un mundo de seis niños desubicados e intentando ajustarse a estos cambios.

"Si bien Cousins no buscaba una fiesta en la que colarse, la suya tampoco había sido una pregunta del todo inocente. Odiaba los domingos y, puesto que todo el mundo consideraba que el domingo era día para pasar en familia, era dificil que lo invitaran a algún sitio (...) El domingo no pudo repetir la jugada, pero tampoco podía aguantar a los niños, a su mujer o el trabajo, así que recordó lo de la fiesta del bautizo a la que no había sido invitado".

A partir de aquí, Ann Patchett gesta una novela que transcurre a través de varias décadas, desde esos iniciales años 60 con el nacimiento de Franny, hasta la actualidad. Dos familias interconectadas por motivo de los dos divorcios y de la boda posterior: cuando Bert Cousins se casa con Beverly y se trasladan de California a Virgnia, tanto los niños Keating como los niños Cousins pasan automáticamente a reunirse en momentos concretos del año, sobre todo en verano en Virginia, dando lugar a todo un universo caótico familiar y que a su vez va formando lazos entre ellos en parte producidos por la desilusión que les produce el mundo de los adultos como por el afecto que va naciendo entre ellos.

"Los seis tenian en común un principio general que hacía que relegaran cualquier rechazo mutuo a un papel secundario: ante todo, no soportaban a sus padres. Los odiaban."

"Franny estaba segura de que no solo era la hija favorita de su madre sino, además, su persona favorita. Excepto en verano, cuando su madre la miraba como si solo fuera la cuarta de seis hijos."

Ann Patchett estructura su novela de una forma que a priori podría parecer confusa, como una especie de puzzle donde las piezas van encajando poco a poco. Es una estructura no lineal, en el sentido de que la historia va dando saltos en el tiempo contando momentos concretos de cada uno de los personajes en un tiempo determinado, adelantando el futuro y atrasando el pasado. Es una estructura narrativa interesante que a mí personalmente me ha encantado, porque el estilo de Ann Patchett con sus dosis de humor y su sútil entendimiento de los lazos emocionales, construye una novela repleta de momentos mágicos.

"Como se había hecho amigo de las recepcionistas de las editoriales en las que tenía que hacer las entregas y les preguntaba qué estaban leyendo, siempre tenía algún libro. En ningún otro sitio le hacian regalos, pero a las recepcionistas de las editoriales no les imprtaba darle un ejemplar a un mensajero en bicicleta., aunque pareciera el mismo mensajero de la muerte”.


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