Muñecos Cósmicos, de Philip K. Dick





Esta novela de PKD fue publicada en 1957 y la premisa es buena y comienza bien: Ted Barton que va con su mujer en el coche de vacaciones, se desvía de su camino para visitar el pueblo de su infancia , Millgate. Pero cuál es su sorpresa que al llegar, el pueblo está cambiado y nadie parece reconocer que él y su familia vivieran allí. Pero lo más curioso e inquietante del caso es que una vez dentro del pueblo, es casi imposible ya poder salir de allí.

"Nada era familiar. Todo extraño. Esta ciudad no era la Millgate que conociera. Podía advertir la diferencia. No había estado aquí jamás".
Como siempre lo más atractivo y fascinante en las novelas de Dick son los temas que trata, y las ideas que muestra, muy visionarias, muy precursoras de algunas cosas que vendrían después. Aquí vuelve a reflexionar sobre las diferencias entre lo real y lo imaginario, ¿cuál es nuestra realidad??? ¿Es real el mundo en el que nos movemos? ¿Qué se esconde tras la superficie, tras esta plácida apariencia?? Y ya digo que muchas de sus novelas son gloriosas pero no perfectas, porque la idea que plantea es en muchas ocasiones mucho más atractiva que la forma en que aborda la historia. En este caso concreto, Muñecos Cósmicos, tiene un planteamiento inicial mucho más atractivo que la resolución final. Parece que no supiera como acabarlas y se hace un poco de lio al final con un caos de personajes que aparecen y desaparecen.

Dick es una de mis debilidades aunque conozco sus defectos, no es el mejor a la hora de darle profundidad psicológica a sus personajes y sus hilos a veces se pierden en una especie de limbo inexplicado pero por muy menores que sean sus obras, siempre hay algo interesante que rascar de sus historias. Es un gran constructor de mundos, de universos, e incluso en esta novela, que es una de sus obras menores, mientras la lees, puedes visualizar perfectamente el pueblo de Millgate y ese misterio que lo envuelve: hay una oscuridad tenebrosa bajo la apariencia de pueblo perfecto y sus habitantes fantasmales, y esa sensación inquietante es la que perdura.

"¿Y no se le ha ocurrido a usted jamás que quizás algunas de estas personas prefieran la ilusión?

 ⭐⭐⭐

Comentarios

Entradas populares de este blog

Yo navegué con Magallanes, de Stuart Dybek

[Cuento] El altar de los muertos de Henry James

X (Erasure), de Percival Everett