Reina del Crimen, de Megan Abbott
⭐⭐⭐⭐
"Me
miró como si me conociera. Como si lo supiera todo de mí. Ya estaba
acostumbrada. Los polis llegaban en distintos tamaños y con distintas
cicatrices, pero por dentro todos tenían el mismo mecanismo. Siempre te
miraban como si hubieras salido de una cadena de montaje para mujeres de
mala vida, muñecas de plástico moldeado con el brillo desgastado por el
roce de demasiados dedos."
Básicamente esta novela es el
relato de una mujer intentando abrirse camino, una vez más, en un mundo
de hombres y para hacerlo ¿qué tiene que hacer?? Rebelarse. Es el mundo
del hampa en la América de los años 50, justo cuando a una mujer solo le
quedaban dos iniciativas: o ser una buena chica y no salirse del
tiesto, o ser una "bad girl", y salirse del los limites
marcados e invadir un terreno que no era el de una dama. Y leyendo esta
novela no podía parar de acordarme de todas estas películas de cine
negro con actrices como Lizabeth Scott, Veronica Lake, Audrey Long o
Jane Simmons, dónde ellas se salían de lo marcado, mujeres nada pasivas,
que de alguna forma marcaron esas películas eminentemente masculinas
del cine negro, y se reconvirtieron en un estudio de la psicología
femenina en aquella época tan complicada y todo para que ellas pudieran
liberarse de los roles preestablecidos.
"Se acercó más y su
sonrisa me recordó al lobo de los cuentos infantiles. Cuando era niña,
cada vez que mis hermanas contaban cuentos, haciendo correr sus dedos
sobre mis brazos y pierna, siempre sentí simpatía por los lobos. Ojos
estrechos, dientes resplandecientes, como sierras. Los lobos aguardaban
al acecho, pero eras tú quien se tenía que internar en lo más profundo
del bosque".
Un detalle importante de la autora es el de no
dar nombre a nuestra protagonista femenina pero sí que oímos una y otra
vez el nombre de su mentora, la mujer que la introduce en el mundo del
hampa, la mujer que le enseña todo lo que sabe: Gloria Denton. La
protagonista que hasta el momento de conocer a Gloria Denton había sido
una buena chica, estudiando secretariado, cuidando de su padre y
trabajando como contable, en el momento en que conoce a Gloria, todo
cambia, porque Gloria es todo lo que ella no es: embutida en esos trajes
sastres ceñidos y con sus taconazos es toda sofisticación y piernas,
seguridad en sí misma y experiencia en la vida. Gloria enseguida ve en
la joven protagonista talento para seguir sus pasos: apuestas, blanqueo
de dinero y relacionarse en un mundo de hombres usando sus armas de
mujer, y nuestra protagonista consiente, justo hasta que todo empieza
torcerse. Y es ahí cuando empieza a desmonoronarse el mundo de confianza
entre ellas dos y la novela da un giro y se convierte en novela negra
pura y dura.
"Has de decidir quién eres, niña, me dijo en una ocasión. Una vez los sepas, todos los demás lo sabrán también".
Es novela negra donde las protagonistas son dos mujeres de armas tomar en la que Megan Abbott hace una especie de reivindicación feminista del porqué la mujer había estado tan escondida en el noir de la época, no porqué no existieran sino porque se las ninguneaba. Ya sabeís por aquí mi debilidad por algunas escritoras noir de la época pero Megan Abbott es una escritora joven, que toma de alguna forma el testigo de aquellas escritoras invisibles, y les da visibilidad total. Esta novela forma parte de la primera tanda de novelas de esta autora sobre la mujer en el mundo noir de los 40 y 50, luego se ha centrado en otro tipo de novelas, contemporáneas, aunque básicamente sus temas son los de siempre;.
"-En
este mundo -añadió cruzando sus gloriosas piernas, deslumbrante bajo la
trémula luz- nunca puedes bajar la guardia. Si eres capaz de
controlarte, podrás controlar a todos los demás".
Y esta
novela no es otra cosa que el viaje de una mujer, nuestra protagonista
Sin Nombre: un viaje de descubrimiento de sí misma, porque no todas
en aquella época podían ser buenas chicas, casándose o ganándose el pan como maestras;
algunas otras que no se conformaban con la pasividad se internaban en el
mundo de los hombres y a codazos tenían que labrarse camino. Ellos las
utilizaban, y en esta novela, Megan Abbott nos cuenta como unas pocas
usaban la misma táctica, pero a la inversa. ¿Bad Girls?? no,más bien Women in Motion.
"Mientras caminaba hacia mí, parecía atemporal. Eterna. Podía tener uno o mil años y siempre sería igual, siempre avanzaría lentamente hacia mí, con la mirada clavada en mi, sabiéndolo todo".
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