Tres Años, de Antón Chéjov

 


 ⭐⭐⭐⭐⭐

 Mientras andaba, iba pensando en ella. ¡Qué fuerza interior tendrá esa mujer para parecer tan fascinante a pesar de ser tan poco atractiva, tan angulosa y tan inquieta, por no hablar ya de su horrible vestuario, sus cabellos despeinados y su eterno desaliño!”

Si tuviera que elegir a uno de mis cinco escritores favoritos tendría alguna duda en elegir cuatro de ellos, porque hay muchos, pero lo que no tengo ninguna duda es que Chéjov estaría ahí siempre a piñón fijo en primera línea. Es un autor que me fascina por como consigue abarcar tanto en tan pocas páginas porque incluso cuando habla de sus personajes, están todos ahí, todas las clases sociales, toda la representación de la vida misma, ya sean ricos o pobres. Usa el  flujo de conciencia con una habilidad única para contarnos lo que rondaba en la mente de sus personajes: sus historias están repletas de monólogos interiores donde sus personajes se exploran a si mismos y el mundo que les rodea. Es un escritor que está siempre al pie de la calle, nunca distanciado de la gente sino que nos introduce en la vida real como nadie y cuando aborda una historia, aunque aparentemente la haga fácil con esa prosa tan exquisita y luminosa, también es cierto que el trasfondo es complejo: los dilemas que plantea son la vida misma, ni blancos ni negros, sino una incomensurable gama de matices entre esos dos colores.

Viajaron en un compartimento reservado. Los dos se sentían tristes y violentos. Ella, sentada en un rincón, sin quitarse el sombrero, hacía como que dormía, mientras él, tumbado en el asiento de enfrente, pensaba con inquietud en su padre, en esa ´persona´, en su casa de Moscú, que no sabía si sería del agrado de Yulia. Y al mirar a su mujer, que no lo quería, pensaba desesperado: ¿Qué he hecho?”

Tres Años me ha encandilado. Se podría considerar un relato largo o una novela corta; con sus alrededor de cien páginas es su segundo texto más largo y me parece una historia prodigiosa porque  aquí Chéjov aborda con exquisita lucidez esos matices de la vida que mencionaba más arriba. Mientras la leía no podía dejar de sorprenderme por la capacidad de este hombre para comprender a sus personajas porque  en este mundo todos tenemos nuestras luces y nuestras sombras, y a lo largo de una vida, vamos evolucionando, vamos cambiando y a medida que transcurre el tiempo también vamos percibiendo nuestro entorno con ojos más comprensivos, más maduros.

-Nunca he querido mucho a mi marido, así que puede decirse que,en realidad, Olia es mi primer amor. Ya sabe que no me casé con Aleksei por amor. Antes era tonta, sufría, estaba todo el tiempo pensando que iba a echar a perder su vida también la mía; ahora me doy cuenta de que no se necesita ningún amor. Todo eso son bobadas”.

En Tres Años Chéjov cuenta la historia de una pareja que se conoce y se casa, y de cómo su vida va cambiando en el periodo de tres años de sus vidas. Alex Laptev, el hijo de un comerciante muy rico de Moscú, visita a su hermana muy enferma que vive en una pequeña ciudad de provincias. Ahí conoce a Yulia Sergeyevna, mucho más joven que él, y se enamora de ella al instante. De la misma forma que él la adora desde que la ve, ella en un primer momento no acepta su oferta de matrimonio porque le parece un hombre insulso y mediocre; sin embargo, cuando reflexiona, Yulia decide desdecirse y finalmente acepta su oferta de matrimonio. Yulia lleva una vida aburrida y enclaustrada por su padre en provincias, y piensa que el matrimonio y su vida en Moscú la va a liberar, pero aquí es cuando empieza la primera decepción porque desde el momento en que ambos comienzan su vida matrimonial,  también empiezan a sufrir: ella porque no le ama y él porque reconoce que ella le desprecia.

Lo atractivo de esta historia es comprobar como Chéjov nos describe este recorrido en estos tres años no solo desde el punto de vista de Laptev y Yulia, sino mostrándonos personajes de su entorno muy relacionados con ellos porque es a través de estos personajes como también podremos conocer mejor las circunstancias de esta pareja, cómo viven y como se relacionan, y porque Chéjov escribe como los dioses, y consigue emocionarte con muchas de sus descripciones. Chéjov a su vez nos demuestra que la vida es un proceso y que las personas pueden cambiar, y que toda esa parafernalia en torno al amor romántico no dejan de ser zarandajas cuando la contraponemos al día a día de las relaciones humanas, que son mucho más complejas que todo eso. En definitiva, una joya de relato que recomiendo a quién quiera aproximarse por  primera vez a un escritor mayúsculo.

Este relato está contenido en el cuarto volumen de los Cuentos Completos magníficamente editados por la Editorial Páginas de Espuma, una maravilla de edición. La edición es de Paul Viejo.

La felicidad no existe. Nunca la he conocido, y es probable que no se encuentre en ninguna parte. No obstante, una vez en la vida he sido felíz: fue la noche aquella en que abrí tu sombrilla sobre mi cabeza. ¿Recuerdas que una vez la dejaste olvidada en casa de mi hermana Nina?”

 

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