La Zona de Interés, de Martin Amis
⭐ ⭐⭐⭐
♫♫ ♫ Karma Police, de Radiohead ♫♫ ♫
(Re.subo y re-edito, con las capturas de la película, la reseña de mayo'23 debido a que por fin he visto la largamente esperada adaptación al cine de Jonathan Glazer. Realmente decidí leer en su momento la novela debido a esta adaptación que estaba por venir, así que tiene sentido que conecte ya esta novela a la película, aunque son dos obras totalmente diferentes, y a mi entender la película que lleva el texto a su propio terreno, ha resultado ser una obra muy superior a la novela. Jonathan Glazer toma la carcasa del concepto inicial de la novela de Martin Amis, para explorar nuestra capacidad como humanos para ignorar el mal y el terror que nos circunda y continuar con nuestra rutina diaria. Y aunque esté ubicada en la era del terror nazi, Jonathan Glazer se las arregla para extender este concepto a la actualidad y hacernos reflexionar: ¿Ha evolucionado en algo la raza humana?? ¿No seguimos ignorando el terror que nos llega diariamente, normalizándolo, nos ponemos las orejeras, deslizamos la pantalla del móvil por las imágenes sin detenernos, ignorando..., pasando..., ubicados en nuestra zona de confort? La película triunfa a la hora de exponer y hacer una reflexión sobre este concepto de la banalidad del mal.
“Un amigo mio que ya ha muerto decía que el Tercer Reich era una larga Walpurgisnacht. Y hablaba de la frontera entre la vida y la muerte, y de que tal frontera parecía haber desaparecido."
La Walpurgisnacht es la noche en la que se puede cruzar la frontera entre el mundo de lo visible y lo invisible, pasar del mundo de la luz al mundo de las tinieblas más absolutas y tal como muestra la cita elegida para comenzar la reseña, esto metafóricamente hablando se puede decir que fue la pesadilla del Tercer Reich porque una vez cruzada la frontera del mundo tal como se conocía, se entraba en el reino del terror, una larga noche casi interminable. Hace un par de meses leí Trieste de Dasa Drndic y ya ahí me encontré reflexionando sobre la definición acuñada por Hannah Arendt en torno a la banalidad del mal; hace una semana se me cruzó por recomendación inesperada, How to quiet a vampire de Borislav Pekic que más o menos aborda esta normalización del terror (entre otras cosas), y en cuanto hace unos días me encontré también con la novela de Martin Amis (relacionada con la adaptación que acaba de estrenar Jonathan Glazer), decidí continuar con mi miniciclo en torno a este mismo tema arendtiano, miniciclo que tengo que terminar con la lectura de la misma Hannah Arendt, qué mínimo ;-) Así que se me cruzó sin planearlo esta Zona de Interés, de un autor, Martin Amis, al que no había leído todavía, y realmente ha sido una buena elección para añadir a este miniciclo en torno a la banalidad del mal.
“Me reconfortaría infinitamente si, una vez a la semana, los jueves, pongamos, a las cuatro de la tarde, salieses y dieses una vuelta de cinco minutos por el jardín. Yo te veré desde el edificio de lo alto de la colina, y sabré que estás bien (y que estás paseando en el jardín por mí).”
Al principio no estaba segura de que esta historia fuese una historia de amor, tal como la venden los resúmenes de la novela, o en todo caso no empezó como una historia de amor, empezó más bien como un cazador intentando añadir una presa más a su colección y sí que es cierto que se va definiendo en otra cosa, y finalmente, sí que se podría haber convertido en una historia de amor, y aunque Martin Amis construye su novela bajo esa premisa, es solo una excusa para abordar otro tema. El supuesto cazador es Angus Thomsen un oficial nazi que pone su vista sobre Hannah Doll, la esposa de Paul Doll, comandante de un campo de concentración que bien podría ser Ausschwitz y a partir de aquí Martin Amis introduce al lector dentro de esta larga Walpurgisnacht, donde los creadores del terror nazi se pasearan a sus anchas en conversaciones aparentemente banales tanto en actos sociales como en reuniones de trabajo o durante la vida doméstica, los veremos desde dentro. El escenario será el KZ, el campo de concentración, donde la nieve en invierno será parda y el olor insoportable como resultado del humo proveniente de las chimeneas de las cámaras de gas. Sin embargo, los personajes de esta novela parecerá que hayan normalizado esta vida viviendo a costa del terror de otros.
“Si lo que estamos haciendo es bueno ¿por qué huele tan lacerantemente mal? En la rampa, por la noche, ¿por qué sentimos la necesidad ineludible de emborracharnos, de forma tan desenfrenada? ¿Por qué hemos hecho que el prado se agite y escupa? ¿Por qué la nieve se nos vuelve parda? ¿Por qué hacemos eso?”
Martin Amis construye esta novela en torno a tres narradores, lo que la convierte en muchos momentos en una lectura fragmentada aunque sabemos claramente quién está ejerciendo la primera persona en todo momento. Tres puntos de vista interesantes y muy diferentes:
- por una parte, está la perspectiva del comandante del campo de concentración, Paul Doll, imponente, misógino, abusivo, hecho para fertilizar a las hembras y para el trabajo físico. En él crea Martin Amis a un estereotipo en toda regla y aunque en un principio no parece que se cuestione nada, en un arranque de humor negro muy soterrado, el autor compara el estrés laboral en el que permantemente vive el comandante Doll con el del ejecutivo que tiene que ajustarse a unos objetivos productivos (“ unverzüglich…,el trabajo sin demora”). El comandante es quien recibe los trenes cargados de judíos cuando llegan al campo, y a partir de aquí se produce la selección: quienes irán a las cámaras de gas directamente y quiénes serán elegidos para trabajar como “esclavos” en los Buna-Werke, centros industriales donde científicos y técnicos trabajaran para perfeccionar la producción de caucho sintético. Los trenes irán llegando cada vez más masivamente lo que incluso producirá atascos en la estación en la cual espera el comandante, lo que contribuye a escenas caóticas en la que Martin Amis está abordando lo grotesco de la situación…
"Las instrucciones que me ha dado me han puesto la carne de gallina. ¿Le habré oído bien? No puedo cumplir semejante orden mientras Hannah siga en el KL. ¡Dios santo! Esto va a ser una auténtica pesadilla."
- la segunda perspectiva en la que se detiene Amis será la de Angelus Thomsen, el oficial nazi que fija la mirada en la esposa de Paul Doll. Thomsen es el sobrino de un alto cargo ario, Martin Boorman, secretario privado de Hitler, al que nunca se referirá nadie en la novela por su nombre sino que lo conoceremos como el Jefe. Thomsen sirve como una especie de enlace entre las fábricas y los altos cargos nazis, y volvemos a ese simil que construye Martin Amis comparando esta parafernalia nazi con un negocio en toda regla, hablando incluso de personajes en trajes de negocios, y de alguna forma el autor se hace eco de Hannah Arendt cuando decía que todo este tinglado iba más allá del tema judío. Thomsen, que es un personaje que está en medio de dos orillas, parece desencantado con el régimen nazi, aunque es como un camaleón que se mimetiza con el entorno:
“Cuando el futuro mire hacia atrás a los nacionlsocialistas los considerará tan exóticos e inverosimiles como a los carnivoros de la prehistoria (¿habían existido realmente…, el velociraptor, tiranosaurio?) Ni humanos, ni mamíferos, No son mamíferos. Son mamíferos de sangre caliente y ovoviviparos.”
- y llegamos al tercer punto de vista, y quizás el más interesante, el más controvertido, el de Szmul, jefe del Sonderkommando (prisioneros judios que organizaban los cuerpos en las cámaras de gas, a los que se les llamaba también los cuervos del osario). Szumul es un gestor eficiente de estas cámaras de gas y Amis confronta su punto de vista con el continuo conflicto interno en el que ve a los suyos morir en las cámaras y sin embargo, es capaz de realizar un trabajo inmaculado de orden y gestión: “Los judios solo pueden prolongar su vida ayudando a su enemigo a lograr su victoria…” Szumul, judio con una tristeza crónica, al que Amis describe con la mirada continuamente baja, se convierte poco a poco en uno de esos personajes al que el lector va desenterrando de su invisiblidad.
"O
te vuelves loco en los primeros diez minutos, se dice con frecuencia,
o te acostumbras a ello. Podría argüirse ue aquellos que se
acostumbran a ello, de hecho se vuelven locos. Y aun existe una
tercera posibilidad: ni te acostumbras a ello ni te vuelves
loco.
Cuando
terminamos de trabajar nos reunimos, aquellos que no nos hemos
acostumbrado a ello y no nos hemos vuelto locos, y charlamos y
charlamos.""
Es una novela que a pesar del tema que toca, está construida con un cierto humor muy entre lineas (los momentos en los que conocemos a la familia Boorman son impagables en ese aspecto) porque de alguna forma Martin Amis está abordando la locura que fue esta parafernalia nazi, y al mismo tiampo entiendo que no carga las tintas en lo referente a esta aberración ejercida sobre los judIos, no pasa de puntillas pero sí que es cierto que el acercamiento que hace es muy inteligente: arremete contra esta normalización del terror de la manera más inteligente, no eludiendo sino incidiendo en lo grotesco de la situación. Las conversaciones, los diálogos pueden resultar banales, artificiales porque el lector es consciente del horror que se está sucediendo, pero tiene todo el sentido del mundo ya que estamos siendo testigos de cómo ciertos personajes se pasean por una escena casi teatral de figuras espectrales víctimas de horrores que a día de hoy podrían parecer una distopía ficticia. Lo caricaturesco de algunas situaciones sobre todo en torno a la figura de la mujer, a la idea preconcebida que se tenía de ellas, es otro de los conceptos que resalta continuamente Martin Amis en esta novela:
“Lo convencional por aquellos pagos era que hablabas con las mujeres mientras tomabas la sopa; después una vez que daba comienzo la conversación general, ya no se esperaba oír a las mujeres (éstas se convertían en cojines acolchados; se convertían en amortiguadores)."
"Las chicas alemanas se supone que no llevan tacones. Los tacones son para las furcias remilgadas de París y Nueva York, con sus medias de seda y sus ligueros de satén y sus..."
Admito que iba con dudas cuando me puse con esta novela pero Amis me ha dado una perspectiva nueva sobre tema del terror en el Tercer Reich. Ese punto de equilibro que es capaz de crear el autor entre el genocidio y el mundo doméstico y laboral desde dentro, me han maravillado, sobre todo por lo dificil en un tema tan espinoso como este, así que sí, se puede decir que Martin Amis ha conseguido el más dificil todavía. Una novela interesante que es una extraña mezcla entre sátira, historia e introspección psicológica.
La traducción es de Jesus Zulaika.
"Antes sentía el mayor de los respetos por las pesadillas, por su inteligencia y arte. Ahora pienso que las pesadillas son lastimosas. Son absolutamente incapaces de concebir algo siquiera remotamente tan terrible como lo que yo hago durante todo el día."
The zone of interest, 2023, Jonathan Glazer
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