La tela de araña, de Joseph Roth
⭐⭐⭐⭐
♫♫♫ "The Cold genius song" - Henry Purcell (Gérard Lesne) ♫♫♫
"Se aborrecían las lenguas extranjeras. A los extranjeros se les escupía. Los perros fieles eran sacrificados. Los periódicos inventaban horrores y se inventaban enemigos. Los militares afilaban los sables. Los alumnos de instituto sacaban pistolas y disparaban. Los estudiantes de la universidad sacaban pistolas y disparaban. Los guardias sacaban pistolas y disparaban. Era una nación entregada al tiroteo."
La tela de araña fue la primera novela de Joseph Roth, que además se publicó en 1923 por entregas y fue precisamente el año en que Hitler, el general Ludendorff y otros intentaron el golpe de estado en Munich para derrocar la República de Weimar y establecer su dictadura nacionalista, así que se puede decir que Joseph Roth se las vio venir antes de que ocurrieron los hechos que llevaron a Europa a una especie de mundo apocalíptico diez años después. Es una novela que me ha impactado porque aunque fue escrita justo hace un siglo se puede reconocer una cierta atmósfera de caos y desesperación que proporcionan los extremismos hoy en día, incluso reflexionando sobre ella, la visión adelantada a su tiempo de Joseph Roth en la que supo reconocer los signos que llevarían a Europa a un estado de terror y que supo plasmar tan bien en esta su primera novela, no deja de dejar testimonio de la importancia de la literatura como reflejo de la sociedad en la que vivimos.
"Siempre le había dado Theodor más crédito a la autoridad de los demás fuera quien fuera quién tuviera delante. El ejército había sido el único lugar dónde había sido dichoso. Alllí había tenido que creerse cuanto le decían y los demás tuvieron que hacer lo propio cuando le tocaba hablar a él. A Theodor le hubiera gustado quedarse en el ejército toda la vida.
La vida
civil era distinta, era despiadada; todo eran malas artes que podían
cebarse con uno en cualquier rincón y en el momento más inesperado.
Si uno mostraba afanes, no sabía hacía donde encarrilarlos; las
energías se desperdiciaban en cosas inciertas; todo era levantar
castillos de naipes que una enigmática ráfaga de viento derribaba.
No había empeño que diera frutos ni dedicación que que conociera
recompensa.”
En
esta novela es cierto que Joseph Roth evita juicios directos y se
limita a contarnos la vida del teniente Theodor Lohse a su regreso de
la Primera Guerra Mundial, pero aunque estos juicios no se emiten sí
que están ya expuestos en la figura de Theodor, perdido sin la guía
de un ejército en el que apenas tenía que tomar decisiones
simplemente obedecer y dar órdenes. A su regreso a la vida civil, su
vida se convierte en una especie de fracaso porque él aspira a ser
alguien, a no ser un ser anónimo. Encuentra trabajo como preceptor
de los hijos de un rico judío y a partir de aquí, su complejo de
inferioridad parece acrecentarse mientras que él va menguando como
personaje incapaz de tomar las riendas de su vida, responsabilizando
continuamente a los demás de sus propios fracasos. Theodor Lohse no
está satisfecho porque sueña con una vida en la que pueda destacar pero la mayoría están en su misma situación: sufren de pobreza, hambre, desesperanza y de una guerra perdida. Theodor
tiene que trabajar después de haberse creído alguien durante la
guerra y ser nombrado teniente. Pero él no es nadie y a nadie le
importa. No inspira ningún
respeto, no como cuando era teniente, así que se va hundiendo en su
propia falta de autoestima. “Salía de la casa
más menguado de lo que nunca había estado.
Siempre le ocurría lo mismo; cada vez que se antojaba enaltecido
tenía que retirarse; tenía que dar la vuelta y emprender dolido y
desvalido el descenso, y eso siempre que se proponía escalar una
cumbre.” En una época en la que reinaba el caos, la
desesperación, en la que la supervivencia se asentaba sobre todo en
la violencia, en el asedio a los más débiles, Theodor queda
atrapado en actividades de organizaciones secretas radicales de
derecha. Es aquí donde Theodor comienza a sentirse fuerte y con
derecho a utilizar la violencia, porque de esta manera habrá
soluciones más sencillas a los problemas que le aquejan. Theodor
Lohse es un ejemplo de muchos que culparon a otros (los rusos, los
comunistas, los socialistas, los judíos) de sus propios fracasos y
de aquí había solo un paso al abuso de la legitimidad para el establecimiento de un estado totalitario.
"Veía que
cada cual trajinaba para su propio provecho y también lo hizo él,
con mayor empeño que nadie. Quería... lo que quería no lo sabía
del todo bien.
Quería ser líder, diputado, ministro, dictador.
Fuera de su círculo continuaba siendo un don nadie. Le dolía el
precepto del anonimato en que había de realizar cada acción."
El punto de vista de la narración nos viene de la perspectiva personal del propio Theodor Lohse, así que nos iremos haciendo una idea de cómo piensa una persona que desde la nada se convierte en seguidor de una organización secreta primero y de un partido de extrema derecha después. La mentalidad de Theodor no es tanto política como la de la propia supervivencia donde la falta de moral campa a sus anchas; él mismo justifica sus acciones, y sus pensamientos y sentimientos van conformando el contenido de una novela que se va convirtiendo poco a poco en una novela de terror, porque Theodor es alguien que actúa sin escrúpulos, pero él no es el único porque todos parecen querer sacar su tajada de un pastel que estaba descomponiéndose a pasos agigantados. Han pasado apenas cinco años desde el fin de la Primera Guerra Mundial y la pregunta estaba hasta qué punto la democracia podría sobrevivir a una dictadura totalitaria que se abría paso como elefante en una cacharrería…, las señales estaban todas ahí, y Roth no se amilana a la hora de sacarlo a la luz.
"Nacionalsocialismo era una palabra como otra cualquiera. No requería particulares convicciones. Vivían en la embriaguez, en el entusiasmo. La gente les iba a puñados. Fue a los despachos de inscripción. ¡De qué manera les acudía la gente! Obreros jóvenes, estudiantes, dependientes de comercio. Ya antes de ir afiliarse eran más crédulos, mas inflamables y ardorosos, y puras pavesas cuando se les aceptaba el ingreso."
La tela de araña es una novela brutal en su concepción de un personaje que
parece surgido de una auténtica novela de horror porque la
ignorancia y la estupidez humanas cuando alcanzan el poder pueden
convertir la sociedad en una auténtica era de terror.: “Su
día llegaría cuando la locura amodorrada de toda Europa entrase en
erupción.” La novela está escrita sin alardes, con
frases cortas y directas y Roth va al grano con sus frases breves,
que de alguna forma pretenden emular el pensamiento entre militar y de
la calle de un personaje básico como el de Theodor Lohse. Hay
momentos impactantes que son precisamente los momentos en los que
Theodor se enfrenta por primera vez con la manipulación de quiénes
le hacen cruzar al otro lado, al de las organizaciones secretas, ahí
donde estaba el final de una época y el comienzo de otra… "Lo
más espantoso era la idea de que no hubiera escapatoria ni retroceso
posible, que no hubiera modo de regresar a la libertad de la discreta
vida de preceptor. ¿Qué órdenes le estarían aguardando? A partir
de aquel momento dejó de estar seguro de su propia vida." Una
novela colosal y terrorífica en su concepto de todo lo que
representa de la naturaleza humana en sus horas más bajas. Lo más terrorífico de ella es que sigue siendo una novela visionaria, más actual que nunca.
La traducción es de Javier Orduña.
“Que cariño le tenía Benjamin a su ejemplar de detestado europeo, a Theodor: ¡al cobarde y cruel Theodor Lohse, el torpe y ladino, el orgulloso e inepto, el insensato y codicioso, el miembro de su clase, el descreído, el altivo y servil, el pisoteado y carterista! En él se encarnaba el joven europeo: nacionalista y egoísta, ignorante de credos y lealtades, despiadado y limitado. Era la joven Europa.”
No he leído la novela, aunque no tenga mucho que ver, me ha recordado a la triología de Mussolini de Scuratti. Son de esos libros en los que si cambias algunas palabras y protagonistas te parece ver demasiados, y aterradores, paralelismos con la situación actual. Esa sensación de un fuego pequeño que podría apagarse con un par de pisotones pero que todo el mundo parece querer alimentar para convertirlo en inevitable.
ResponderEliminarSaludos
No conocía la trilogía de Scurati, Beau, pero podría interesarme. La recomiendas?? La novela de Roth es cortita y así y todo es alucinante todo lo que consigue compendiar sobre la desesperación de ciertos momentos históricos. Gracias Beau!!!
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