[SERIE] Trilogía Final: Henry James
Trilogia Final de Henry James
Aúno en esta entrada la trilogía final de Henry James, que me ha abierto los ojos sobre la última etapa de este autor en la que comenzó a experimentar con la acción y la profundidad psicológica. Son tres novelas brillantes e innovadoras en las que se van asentando las bases en lo que vendría a ser el modernismo. En lugar de conformarse con un argumento que lo contaba todo, Henry James controla la información que le llegará al lector, dándole la mínima posible y esto lo hará, por ejemplo, proporcionándonos casi exclusivamente el punto de vista limitado del narrador, de esta forma nos deja saber la situación de los personajes y acontecimientos sólo en la medida en que el protagonista principal los ve, así que el lector estará allí donde el narrador quiera que esté, teniendo que formar la historia completa en su cabeza, con lo que esto supone a la hora de encontrarte con narradores no confiables. Es una acción más bien interna donde James convierte al lector en parte activa de su texto.
Casi con 60 años, Henry James comienza a experimentar con esta nueva narrativa, así que cuando llega a la última de las obras, Las alas de la paloma, la más lenta de las tres, ya ha asentado las bases de este estilo que comenzó a tantear con La copa dorada. Las novelas de Henry James están hechas para leer tomándonos todo el tiempo del mundo, sin prisas sobre todo porque la acción es interna, está sobre todo en la cabeza de sus personajes más que en acciones externas. Todo un desafío en estos tiempos que corren de prisas e impaciencia. Una trilogía que tenía que destacar sobre todo porque se puede ver como una obra única sobre el poderío de Henry James a la hora de controlar la narración a través del estilo y la profundidad psicológica. Obra total.
"-¿No estará pensando en marcharse?
- ¿Es no moverse lo mismo que marcharse?"
(Las alas de la paloma)
"Leyó las cartas una tras otra y despacio, guardándose las demás en el bolsillo, pero dejándolas antes un buen rato en el regazo. Las dejaba allí, abstraído en sus pensamientos, como para prolongar la presencia de lo que le proporcionaban; o como si al menos le garantizaran su parte en la construcción de cierta lucidez."
(Los Embajadores)
-No era el momento de preguntar. Preguntar es sugerir, y no era el momento de sugerir. Allí una tenía que hacerse su propia idea de la forma más secreta posible y con los elementos de juicio que una tenía a su disposición.”
(La copada dorada)
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