Ana no, de Agustín Gómez Arcos

 


⭐⭐⭐⭐⭐

♫♫♫   Las Mareas - McEnroe   ♫♫♫ 

 

Lleva, por todo equipaje, el pan para su hijo y la soledad. No es que antes tuviera gran cosa, pero lo poquito que tenía lo dejó en casa. ¡Si hubiera podido dejar también la soledad! Andaría más ligera, con la mirada menos angustiada. Y, quién sabe, quizás con el tiempo se hubiera convertido en Ana sí.”


Me da un poco de vergüenza haber llegado a Agustín Gómez Arcos tan tarde, leo poca literatura española pero es que encima Gómez Arcos no escribía en su idioma materno sino en francés, se exilió a Francia que lo acogió con los brazos abiertos (el mismo caso de María Casares), así que no sé hasta qué punto lo puedo considerar del todo español teniendo en cuenta que escribía en francés, pero , lo era, un español y andaluz de pura cepa, no solo porque en esta novela queda lo suficientemente demostrado sino porque además él mismo lo confiesa en un extracto de una entrevista en el prólogo de esta novela: Francia me ha acogido como escritor y mis novelas han conseguido llegar a lectores franceses, lo que para mí es un honor, pero eso no quita para que me sienta orgulloso de ser español. Creo que España es la cuna de la cultura occidental, aunque nuestra enorme riqueza cultural no esté lo suficientemente valorada en el mundo. Por eso en mi obra, intento mostrar la España eterna: a mi juicio, el Quijote y la Celestina, no son personajes del pasado sino del futuro.” Y después de haber leído esta novela, Ana no, con este personajazo femenino universal, y eterno, no entiendo, cómo Agustín Gómez Arcos no es más conocido en su país de nacimiento. Ana Paucha es uno de esos personajes literarios que tal como dice Gómez Arcos, no es un personaje del pasado sino del futuro, y yo digo que una grande que que debería formar parte de la lista de los grandes personajes femeninos de la literatura española.


Cuando salgo,, el viento se pasea libremente por el hueco que queda entre la tela y mi piel. Me gusta esa audacia del viento que me llena de vida el cuerpo, como si lo moldeara un vestido indecente."


Ana que no ha salido nunca del pequeño pueblo pesquero almeriense donde nació, se casó y tuvo a sus tres hijos, ahora ya sola y con setenta y cinco años emprende un viaje desde Almería hasta el norte en una España en plena descomposición, una posguerra donde los vencedores siguen pateando a los vencidos, para buscar al único hijo que le había dejado con vida la guerra civil. Una Ana en cuyo No queda definida su falta de identidad, su anonimato pero que al emprender este viaje va pasando por varias fases hasta encontrar una identidad por sí misma. Ana Paucha lleva su apellido por matrimonio pero se puede decir que la guerra la despoja de todo, incluso de su familia, pero el apellido sigue permaneciendo como una especie de símbolo de que es una mujer sin identidad propia, y que como mujer es menos que nada en esta España en ruinas. Ana no sabe leer ni escribir, nunca ha salido del pueblo, así que cuando sale y pierde de vista el mar por primera vez en su vida, sigue las vías del tren como única brújula que le marcarán el camino. Su intención es recorrer España hasta llegar a la cárcel del Norte donde está su hijo prisionero por “rojo”. Es un viaje que el lector hará con ella paso a paso, sin saber realmente nunca dónde estará fisicamente ubicada en esa España franquista que acaba de vencer y que se ve más poderosa  que nunca, así que haremos el viaje con esta anciana que solo llevará como equipaje “un pan de almendras, aceitado, anisado y fuertemente endulzado (un pastel, diría ella)”, un alimento que se convierte en una especie de metáfora del hogar que dejó atrás, y que quizás pretenda volver a encontrar en su hijo. Durante este viaje en soledad, Ana encontrará gente que quizás esté en su misma situación, pero ella sigue avanzando obsesivamente y mientras avanza, Agustín Gómez Arcos, de repente en una especie de giro luminoso, poético y monumental, nos sumerge en la infancia de Ana, y en su primer y único amor, el de Pedro Paucha, de quién adoptará el apellido:


Un buen día no se afeitó, ni al día siguiente, ni al otro. Se estaba dejando barba.

[...]

Allí, cuando un hombre se deja barba, puede ser por dos motivos: porque está enamorado y no es correspondido, o porque va a pasar mucho tiempo en la mar.

[...]

Estuve mala una semana. De noche, vomitaba. Y algunas veces, hasta de día. Solo de pensar que Pedro Paucha podía irse de casa, se me hacía un nudo en el estómago. Y lo pensaba continuamente.

[...]

En cuanto a Pedro Paucha, ni sufría mal de amores ni pensaba en abandonarnos. Se estaba dejando la barba porque le apetecía, le dijo a mi madre, y para que yo no tuviera que calentarle agua de madrugada cuando salían a la mar, le dijo a mi padre.

(El lenguaje de los hombres es totalmente distinto al nuestro. Se comprenden con pocas palabras)”


Ana representará a todas las mujeres anónimas, pero ella en un momento dado decide que quiere que el mundo sepa que existe.... El autor la hace pasar por varias fases, Ana No, Ana Niña, Ana Casi Una Muchacha, Ana Secreta, hasta llegar a la Ana Sí y realmente se puede decir que después de haberla terminado me ha hecho emocionarme porque no es fácil encontrarte con un retrato femenino tan fuerte y frágil a la vez, tan consciente de sí misma a medida que avanza en su viaje, el sufrimiento está ahí, pero al mismo tiempo es un viaje en busca de su propia identidad aunque lo haya perdido todo. Durante este recorrido, el autor nos hace recorrer con ella una España en ruinas, pero así y todo es una novela luminosa quizás por esa eternidad que se percibe en cada  poro de la piel de Ana. Realmente no entiendo todavía como esta novela sigue siendo tan invisible y Agustín Gómez Arcos siga tan escondido. Una joya máxima. 

La traducción del francés es de Adoración Elvira Rodriguez.


Y piensa que ha llegado el momento de enfrentarse sin tapujos a la verdad. De una vez por todas. Tu verdad, Ana Paucha, es muy simple. Tienes que empezar a ser. Ésa es tu verdad.”

 

 

Comentarios

  1. A mí me pareció muy buena Niño Pan. Y la verdad me entraron ganas de seguir con todo lo publicado por cabaret...Esta después de tu reseña la vi buena pinta, aunque como antes pensé, de las sinopsis es la que me parecía más dura. Y ya es decir. De momento por casa tengo Escena de Caza. Ya te contaré. Un saludo Doña Kansas.

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    1. Ya, el tema es duro pero como el tratamiento es muy poético, me pareció a mí, lo llevé bien. Tengo aquí El niño pan y no me puse precisamente pq tenía la impresión de que podía ser doloroso, niño, etc. Pero leeré pronto. Este autor es muy interesante. Gracias por tus impresiones!

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