Los comienzos, de Antonio Moresco

 


 

 ⭐⭐⭐⭐⭐

 ♫♫ ♫  Metamorphosis - Philip Glass   ♫♫ ♫


Si, si…, pero ¿cuándo pasó todo aquello? ¿Y ahora dónde estoy? ¿En qué estación estamos?, me preguntaba. ¿Cuánto tiempo llevo deambulando así de un sitio para otro, de refugio en refugio, de disturbio en disturbio? ¿Qué he hecho todos estos años? ¿Dónde he estado?”


No sé si realmente llamar a Los Comienzos novela, porque aunque es cierto que tiene una historia y unos personajes, es difícil catalogarla como tal porque Antonio Moresco construye un universo único en el que despoja a sus personajes de todo lo superficial de este mundo, dejando la esencia de lo que son, o somos. Todo nos llega a través de la percepción del protagonista, que es como una esponja que absorbe lo que se encuentra a su paso, y  digiere  las ráfagas de luz o de sonidos, las extrapola por medio de las palabras, transmitiéndoselas al lector en su estado más puro, sin artefactos que nos distraigan de superficialidades. El protagonista, sin nombre, pasa por tres fases en su vida, perfectamente expuestas, y mientras estaba sumergida en la lectura realmente me sentía identificada porque aunque el protagonista parece que haya pasado por tres vidas distintas, realmente son la misma a medida que iba ajustando sus estados mentales o espirituales hasta encontrarse ¿a sí mismo?, identificada en el sentido de que yo también pienso que para llegar al momento en el que me encuentro, me parece haber vivido diferentes vidas dependiendo de mis distintas etapas. En este aspecto Los Comienzos es una novela que me ha impresionado por cómo aborda todo esto que va más allá de nuestra realidad más palpable y directa, haciendo casi detenerse el tiempo y consiguiendo que seamos conscientes de ese más allá: la luz, el sonido, la percepción de los demás, los códigos que transmitimos si tenemos la capacidad de detenernos y observar. No parece una novela de estos tiempos.



¿Qué son aquellos leves destellos en medio del lago?, -le pregunté.

- Son cisnes.”

[...]

Del centro del lago llegaban ligeras ondulaciones, aunque no se veía quién o qué las provocaba.

-Serán cisnes negros, me decía.”



La novela está dividida en tres partes y en cada una de ellas, el mismo personaje parece cruzar una especie de frontera mental o espiritual, que llegado un punto, no sé realmente si en una huida hacia adelante, se embarca en una nueva vida.


La primera parte, titulada “Escena del silencio” transcurre en un monasterio y aquí el protagonista, un seminarista sin nombre, se intuye que tiene voto de silencio aunque el resto de personajes sí que hablan. En esta primera parte, el protagonista es una especie de zombie desorientado, se mueve por ráfagas de luz, por momentos que continuamente le asombran, como si de un niño se tratara que no es capaz de encontrar el camino en la oscuridad. A mi tengo que reconocer que esta primera parte me ha fascinado totalmente, por todo lo que logra transmitir Moresco con las palabras, obsesionado sobre todo por la luz y el silencio… El protagonista escribe, además, a escondidas..."- Me encantaría, ya digo, que me dejaras leer lo que has escrito..."


Yo seguía caminando en silencio, temblando ligeramente. Algunos seminaristas se  ajustaban el alzacuellos, recolocaban el puño de la camisa para que no asomara demasiado de la sotana. A pesar de que ya estaba oscuro, aun se podían distinguir las mil tonalidades de negro de las sotanas.”


En la segunda parte, “Escena de la Historia”, Moresco ha convertido a su protagonista en una especie de guerrillero o anarquista. El monasterio ha pasado a convertirse en el edificio Sede del partido, y el ritmo ha cambiado. Personajes se cruzan, ninguno, como en la primera parte, tiene nombre, a todos se les conoce por una especie de mote. En esta etapa, el protagonista sigue tan desubicado como cuando era seminarista: ¿Que habrá pasado en mi ausencia?"
Puede que volviera a cerrar los ojos. Cuando los abrí otra vez debía haber pasado mucho tiempo...
, aunque sigue observando y seguimos viéndolo todo a través de sus ojos. Los nuevos personajes no parecen tan nuevos sino que parecen los mismos de la primera parte y sin embargo, el protagonista no es capaz de reconocerlos…


Ponía las largas como si nada, y la carretera volvía a resplandecer de pronto. -Parece de porcelana, pensaba. Y, sin embargo, crujía bajo el peso del coche. No había forma de ver dónde acababa y dónde empezaba.

¡Pero si es nieve!, me decía, dándome cuenta de repente. ¡Eso quiere decir que otra vez es invierno!”


Y ya en la tercera y última parte Escena de una fiesta”, reconocemos al seminarista y guerrillero, convertido en escritor, y el edificio ahora será la sede de la editorial. Aquí ya en esta tercera etapa de su vida, parece que ha encontrado lo que estaba buscando. El ritmo ha cambiado completamente y se convierte en una especie de sátira en torno a editores, escritores y lectores. El juego al escondite entre el editor y el autor se transmuta en una especie de farsa totalmente surrealista que no tiene nada que ver con las dos primeras partes de la novela. Y aquí ya vuelvo a lo de las diferentes vidas, el pasado que parece difuminarse hasta llegar al momento presente.


¿Ves aquellas lucecitas aun encendidas aquí y allá en las crestas de las montañas? Se apagan, se encienden, las vemos solo un instante mientras tomamos estas curvas cerradas a toda velocidad…”


Yo diría que Los Comienzos no es una novela fácil porque hay que dejarse llevar, sobre todo por la narración y una vez dentro, no preocuparse por las respuestas sino simplemente, avanzar a medida que el protagonista avanza acompañado por estos personajes absurdos y por momentos surrealistas En un principio parece un niño perdido por encontrar sentido a lo que le rodea, por eso Moresco lo despoja de las palabras y construye un personaje envuelto en silencio, porque es la mejor manera de parar el tiempo mientras observa. Es un detalle interesante la forma en que aparece aquí manipulado por el autor el espacio y el tiempo, difícil explicar cómo lo hace, solo a través de las palabras. Una experiencia lectora inclasificable, y única. Ahora a esperar el segundo de la trilogía.

La traducción es de Miguel Ros González.


Mi cuerpo se volvió de pronto inhabitable; durante unos segundos se me nubló la vista.”

 

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