Ada o el ardor, de Vladimir Nabokov

 

 

⭐⭐⭐⭐⭐ 

 

♫♫ ♫   Fever - Peggy Lee  ♫♫ ♫

(Tema que podría servir para toda la Primera Parte) 

 

♫♫ ♫  Aria: "Ich habe genug" (BWV 82, JS Bach)  ♫♫ ♫

 (Tema para el momento en el que Lucette se difumina en el mar)

 

 

"La maestría espectacular que desplegaba Ada en el manejo de las oraciones subordinadas, sus disgresiones entre paréntesis, la tensión sensual que sabía imprimir a los monosílabos contiguos, todo eso acababa de un modo u otro por producir en Van el efecto de exóticas caricias."



Es una cita perfecta porque aquí Ada podría ser Nabokov y Van el mismo lector… Ni Lolita ni Pálido Fuego me habían preparado para lo que me he encontrado en Ada o el ardor, una novela que además, llegado un punto, parece construida sobre una historia que se alarga en el tiempo (desde 1869 hasta 1969, cien años) pero pensándolo bien, no tiene mucho argumento teniendo en cuenta las páginas que ocupa. Ya en Lolita, abordé la reseña desde el punto de vista de Nabokov como el gran embaucador que se divierte a costa de sumir al lector en conflictos narrativos: ese narrador nada fiable que está intentando llevarse al huerto al lector continuamente. Nabokov es un liante maravilloso en el más puro sentido del término, sus largas frases, a simple vista complicadas y estéticamente bellísimas, que mutan en juegos de palabras, giros, párrafos y/o conversaciones en varios idiomas a la vez (francés, ruso, alemán, inglés…) pueden marear al lector que se ve incapaz de pillarlo todo a las primeras de cambio, pero una vez que el lector toma conciencia de que lo mejor es dejarse llevar, todo irá sobre ruedas. Y solo de pensar que Nabokov no escribió esta novela en su lengua materna, el ruso, sino en inglés, todavía me parece más la obra de un mago...


(Y como la traducción de Anagrama necesita revisión urgente, hubo momentos durante la lectura en los que me pasé al inglés)


"...or perhaps in two different trains, going perhaps the same way, the little girl at the window of one sleeping car looking at the brown sleeper of a parallel train which gradually diverged toward sparkling stretches of sea that the little boy could see on the other side of the tracks."


"Come with me to a cocktail party today. It is given by the excellent widow of an obscure Mayor de Prey, obscurely related to our late neighbor, a fine shot but the light was bad [...] an illusion obscurely related to the mysteries of growth and and gravitation."


En este aspecto funciona un poco como lo hacía La Broma Infinita, porque son novelas en las que es imposible pillar tanta erudición a las primeras de cambio, y sin embargo, el placer que proporciona sumirse en párrafos absolutamente hechizantes ya merecen la pena. En este aspecto y en mi humilde opinión, Ada es una Novela Total en la misma medida no solo en que lo es La Broma Infinita, sino Meridiano de Sangre de McCarthy o La Familia Real, de Vollmann.



A los noventa y cuatro años seguía encontrando placer en rememorar aquel primer verano de amor no como un mero ensueño, sino como una recapitulación de la conciencia que le ayudaba a vivir en las horas grises que separaban su frágil sueño de la primera pildora cotidiana.”



Ada o el ardor es una novela camuflada bajo unas memorias escritas por Van (Ivan) Veen, releídas por él y por Ada en su vejez. Viéndolo con perspectiva es esta elección de convertir el texto en unas memorias lo que le da esa dimensión tan única y tan nabokoviana, porque aquí entra ese narrador tan poco fiable y que estará mareando la perdíz haciendo salir de sus casillas a veces al lector, un ejemplo es que al final de cada capítulo veremos unas notas de edición por parte de la misma Ada.… así que ¿hasta qué punto Van está reflejando la realidad? Escribe las memorias en tercera persona aunque no tiene problemas en pasar a la primera persona deteniéndose casi en la mayor parte de estas casi 600 páginas en la obsesión de su amor por Ada, pero al igual que ocurría en Lolita, Van es el único punto de vista que nos llega de una vida larga y que sin embargo, parece estar asentada casi exclusivamente en ese verano en el que conoció a Ada cuando tan solo tenía catorce años. Es este aspecto narrativo el que convierte a Nabokov no solo en un encantador de serpientes sino en un maestro a la hora de conducir al lector por senderos en los que parece el flautista de Hamelin: cuando el lector se da cuenta de que ha estado siendo manipulado mediante lúdicas referencias literarias y juegos lingüísticos , ya lleva más de media novela leída, o incluso puedes haberla terminado sin haber sido consciente que has sido controlado por su narración. Dentro de estas memorias, llegado un punto, el lector comienza a percibir, que hay partes que están siendo OMITIDAS, ¿es esa omisión de momentos concretos, una mentira en sí misma? Pero vayamos por partes...



"La D. que figuraba en el nombre del marido de Aqua significaba Demon (variante de Demian o Dementáis). Así se le llamaba en familia. En sociedad se le conocía generalmente como Raven Veen, o simplemente por Walter el Negro, para distinguirle del marido de Marina, Walter Durak o simplemente, Veen el Rojo. Demon tenía una doble manía: coleccionaba viejos maestros y jóvenes amantes."



Si hay que resumir de alguna manera esta Ada o el ardor, se puede decir que es una crónica familiar a lo largo de casi cien años en la que en forma de memorias, el Dr. Ivan (Van) Veen, psicólogo, profesor de filosofía y estudioso del tiempo, da cuenta del amor obsesivo/idealizado por Ada, a la que creía su prima, pero que realmente era su hermana. Cuando comienza Ada or el ardor, en 1884, Van Veen tiene catorce años y su prima Ada, doce. Van llega a Ardis Hall, el refugio paradisíaco de los padres de Ada, para pasar el verano. Su madre y su tía, la madre de Ada, son gemelas (Aqua y Marina)Verdaderamente, Aqua era menos guapa y estaba mucho más loca que su hermana Marina.”, y Demon, el padre de Van, es el primo hermano del padre de Ada, Dan. Desde el momento en que Van llega a Ardis Hall se sentirá atraído por su prima Ada y desde casi el momento en que se conocen, ambos se embarcan en una relación sexual. Pronto descubren que Van es en realidad el hijo ilegitimo de Marina (que tuvo una aventura con Demon), la madre de Ada, lo que los convierte en hermanos. En principio parece un pastiche o un culebrón en toda regla, pero no, la gracia está en cómo lo cuenta Nabokov. Convierte esta primera parte de la novela, el primer verano de sus encuentros, en una especie de paraíso en la tierra, usando referencias continuas, desde las connotaciones de Ardis/Paradise, pasando por los códigos  incluidos en los nombres elegidos y las dicotomías subsiguientes: los nombres de Ada y Van aparte de las referencias bíblicas estableciendo el simil con Adan y Eva y el paraíso en la tierra, tienen además otras connotaciones como el que Ada suene como ardor pronunciado con acento ruso, y además (Ada) fue la única hija legitima de Lord Byron. Los similes de Byron con Demon, el padre de Van, y con el mismo Van, son continuados a lo largo de toda la novela. Y esto es solo el principio. Toda la novela está construida a partir de estas referencias lingüísticas, giros y códigos en forma de pistas con los que Nabokov jugará con el lector. En este aspecto hay una web que es una maravilla y que podrá ayudar a captar estas referencias infinitas: Ada Online.


Una Revelación puede ser más peligrosa que una Revolución. Inteligencias débiles identificaron la noción de un planeta Terra con la de otro mundo, y ese otro mundo se confundió no solamente con el Otro Mundo (del Siglo Futuro), sino con el mundo real, tal como existe en su totalidad en nosotros y fuera de nosotros.“


Nabokov ambienta esta novela en un mundo imaginario llamado Demonia, conocido también como Antiterra que tiene algunas diferencias con la Tierra tal como la conocemos. No hay electricidad debido a una catástrofe nunca explicada y los electrómesticos e incluso el teléfono funcionan con agua. Estados Unidos se extiende por todo el continente americano, pero está poblado por rusos. Algunos personajes, como el mismo Van, están convencidos de que existe un mundo paralelo llamado Terra, una creencia que incluso Van llega a investigar en diferentes trabajos. Este mejunje de mundos imaginarios que crea Nabokov extrapolando la Rusia aristocrática decadente de su infancia, y llevándola a esta idea de Estados Unidos totalmente rusificada, resultan una delicia absoluta porque es como si recreara su infancia real y la dotara de vida. Por otra parte, el mundo ideal en el que viven los personajes, la Antiterra/Demonia, es igualmente fascinante porque llegado un punto hasta llegué a preguntarme si no era una invención de Ivan Veen ante la angustia existencial de una Terra real en la que le resulta insoportable vivir.


Durante el año 1886 se escribieron con tanta asiduidad como lo habían hecho anteriormente: nunca menos de una carta por semana. Por el contrario, cosa extraña, en el tercer periodo de separación, de enero de 1887 a junio de 1888, sus cartas se hicieron más raras. Ada escribió apenas una veintena (solo dos o tres en la primavera de 1888) y Van más o menos el doble. No podremos citar ningún pasaje de esa correspondencia porque todas las cartas fueron destruidas en 1889. (Sugiero que este capítulo se suprima totalmente. Nota de Ada.)


Realmente y tal como empezaba diciendo al principio de esta reseña, Ada o el ardor, no tiene mucha historia aparte de los amores entre Ada y Van, y todas las memorias parecen construidas como excusa para rememorar este primer verano de su encuentro en 1884, ese paraíso en la tierra. A partir de aquí, las memorias aluden a los diferentes encuentros a lo largo de una vida, una relación intermitente, entre encuentros y cartas, pero el tono idealizado de la primera parte, de ese primer verano de 1884, no volverá a producirse. A partir de aquí, la novela se convertirá en un texto extraño, impredecible, en el que el espacio y el tiempo parece distorsionado; no es solo que sea una narración no lineal cronológicamente hablando sino que toda la historia parece una excusa de Ivan Deen por aferrarse a una fantasía ideada en su cabeza porque en el mundo en el que vive Van Deen apenas hay nada que se le resista, e incluso la imagen que tenemos de Ada no termina de ser nunca real, parece un fantasma esquivo al que nunca llegaremos a conocer de verdad. En este mundo, en el que incluso la hermana de Ada, Lucette, a su vez vive toda su vida obsesionada por él, en otra fantasía que parece ideada por Van, confieso que uno de los momentos más hermosos de esta novela, es precisamente aquel en el que Lucette se difumina por amor: "Cuando empezaba a perder la estela de sí misma, pensó que convenía revelar a una serie de huidizas Lucettes que la muerte no era otra cosa que una reunión más completa de los infinitos estados de soledad.". La crónica de Van a través de estas memorias es la de un mundo ideal, de amor idealizado, de erotismo exacerbado, de decadencia aristocrática, de placeres casi eternos y sin embargo, hay un momento en el que se deja entrever un atisbo de lo gris de su vida:


Pasó en Kingston una veintena de tristes años, entreverados con viajes al extranjero, como un personaje oscuro, en torno al cual no se creó leyenda alguna, ni en la universidad ni en la población. Poco amado por sus austeros colegas, desconocido en los cafés del lugar, nada añorado por sus estudiantes varones, se retiró en 1922, vivió desde entonces en Europa.”


Ada o el ardor es una novela sublime en una primera lectura, así que no quiero ni pensar en lo que me podría revelar una segunda lectura, porque es prácticamente imposible pillar la cantidad de detalles y referencias en este primer barrido. Es sobre todo revelador ir comprobando en lo que la novela se va convirtiendo a medida que avanza y las pistas que va dando Nabokov simplemente con su estructura: ese mundo paradisíaco que vivió Van Deen en el verano de 1884 en esa Primera Parte, narrado en sus 43 capítulos, es imposible de sostener así que en las siguientes partes los capítulos se irán reduciendo y habrá visos de realidad intentando penetrar y distorsionar esa fantasía... es Nabokov jugando con el espacio y el tiempo transformándolo a su conveniencia. Novela total en todo el sentido de la palabra: Uno pierde su inmortalidad cuando pierde su memoria.”


"¡Qué extraño resulta recordarlo! Era la fantasía, el frenesí, la realidad elevada a la potencia x. Francamente, habría consentido de buena gana en que un tártaro me cortara la cabeza si ella me hubiera permitido a cambio que le besase el tobillo."

 

 

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