El mapa y el territorio, de Michel Houellebecq
♫♫♫ Desolate - ByErik ヵ ♫♫♫
"La voz de Olga no había cambiado. La voz de la gente no cambia nunca, como tampoco la expresión de su mirada. En medio del derrumbamiento físico generalizado que resume la vejez, la voz y la mirada aportan el testimonio dolorosamente irrecusable de la persistencia del carácter, las aspiraciones, los deseos, de todo lo que constituye una personalidad humana."
Cuando me propuse leer cronológicamente la obra de Houellebecq no contemplé equivocarme en el camino y cambiarlas de orden, así que en mitad de este El Mapa y el Territorio, de repente me dí cuenta que antes de esta novela publicada en 2010, estaba La posibilidad de una isla que es de 2005. La verdad es que me dí cuenta sobre todo porque El Mapa y el Territorio parecía una novela que completaba un ciclo, aquí se vuelve muy reflexivo y melancólico, muy autoconsciente, apenas hay alguna escena de sexo y desde luego apenas hay sentencias provocadoras o escandalosas. Tenía toda la pinta de que era una novela en la que Houellebecq parecía estar cerrando una serie de temas que había tratado en sus anteriores novelas, sobre todo por cómo exponía el tema en torno a la vejez y la muerte, tan interesante y tan reflexivo y sobre todo, la exploración del mundo del arte. Sus temas de siempre siguen estando presentes, el vacío existencial, la soledad, la fugacidad del amor perecedero siempre, pero aquí Houellebecq los está abordando desde una distancia melancólica y casi metafísica, como el que contempla el mundo desde una calma contemplativa. Quizás y hasta ahora puedo decir que sea su mejor novela, no sé bien, es tan autoconsciente, tan madura y contenida, que sí me lo parece. Aquí no se puede tachar a Houellebecq de enfant terrible, no hay provocación, más bien una recapitulación de sus novelas anteriores pero muy contenidamente, aunque como digo, me dejé atrás La posibilidad de una isla, que leeré a continuación, pero me sabe mal este olvido mío, por este desfase en la cronología.
"- Piensa
hacer algo la noche del 31?- preguntó Jed.
-No, nada, estoy
releyendo a Tocqueville.
Había en la voz del autor de Las
Partículas Elementales algo que Jed nunca le había conocido:
parecía feliz."
En sus anteriores novelas sus personajes parecían ser el mismo Houellebecq, incluso compartiendo datos biográficos con el autor, pero aquí no solo es que su personaje protagonista Jed Martin, pueda ser un posible alter ego suyo retratándole nuevamente como solitario, introspectivo y desconectado de toda emoción, sino que Houellebecq se convierte en un personaje más de la novela. Es una especie de giro de autoficción en forma de parodia o de reírse de sí mismo porque aparece como personaje que ironiza sobre sí mismo sacando a relucir los tópicos que se han dicho de él y exagerándolos (“Era público y notorio que Houellebecq era un solitario con fuertes tendencias misantrópicas y que apenas le dirigía la palabra a su perro"), y es interesante sobre todo en lo que puede significar de ruptura con todo lo que había escrito antes porque al convertirse él mismo en personaje de su novela, está marcando el límite entre la representación (mapa) y la vida (el territorio). Me ha interesado sobre todo cómo llega Houellebecq, autor, a escribir una novela en la que quiere analizar sobre todo, lo que es el arte en una época en que todo es pura representación y para ello se coloca él mismo dentro de su novela. Su protagonista, Jed Martin, es un artista que empieza fotografiando guías/mapas Michelin, que serán mapas que representan al territorio francés pero Jed los convierte en obras de arte. Está intentando capturar el mundo a través de la representación de él, pintará cuadros de escenas de trabajo humano y acaba pintando un cuadro del mismo Houellebecq, Se convierte en un afamado artista que recrea imágenes del mundo en fotos y pinturas, es un arte que representa profesiones y objetos cotidianos, aquí ya está Houellebecq creando una ficción sobre lo que es la representación de la vida. El autor plantea si esta representación está totalmente separada de la realidad o por el contrario, está anclada a ella. El límite entre lo que vemos y lo que realmente es ¿dónde está? El mapa.
“Ser artista, en su opinión, era ante todo ser alguien sometido. Sometido a mensajes misteriosos, imprevisibles, que a falta de algo mejor y en ausencia de toda creencia religiosa había que calificar de intuiciones."
Comparada con sus anteriores novelas, El mapa y el territorio puede resultar algo más densa, pero lo será sobre todo por esa mirada filosófica y por la reflexión que Houellebecq hará sobre el arte. Llegué a un punto en que no pude separar al autor de su personaje (¿estaba realmente Houellebecq escribiendo sobre sí mismo? ¿se estaba representando?), un Houellebecq con el que Jed Martin se encuentra más de una vez porque acabará pintando un cuadro sobre él. Le visitará en Irlanda en un primer encuentro y mucho más tarde cuando al final de su vida se ha aislado en una casa en la zona rural francesa, dos o tres encuentros pero decisivos para esta reflexión sobre el arte. El titulo ya está haciendo hincapié en que hay que separar el mapa de lo que es el territorio, porque el arte es una abstracción de la realidad pero durante toda la novela se está abordando el hecho de que las imágenes, las obras de arte, los medios y el lenguaje están intentando sustituir la realidad y llegado un punto esta representación llega a querer mimetizarse con la realidad misma, pero aunque Houellebecq aboge por esta realidad y esté denunciando la representación, quizás la única forma de escapar de ello sea a través del aislamiento total, un aislamiento al que llegarán tanto Houellebecq, personaje, como Jed Martin, como incluso el padre de Jed, en el final de su recorrido vital. En este aspecto es una novela definitiva en lo que se refiere a esta metaficción: la novela es totalmente consciente de ser un mapa (representación) y a través del personaje de Houellebecq lo está recordando continuamente.
“Se puede trabajar en solitario durante años, es la única manera de trabajar, la verdad sea dicha; llega siempre un momento en que experimentas la necesidad de mostrar tu trabajo al mundo, menos para recibir su juicio que para tranquilizarte sobre la existencia de ese trabajo e incluso sobre tu existencia propia, la individualidad es apenas una ficción breve dentro de una especie social."
También es divertida, socarronamente, juguetona, porque todo en Houellebecq es profunda ironía, e incluso vuelve a haber mucha ternura. La escena en la que Jed Martin viaja a Zürich a la búsqueda de su padre me parece brutal, maravillosa, por lo que significa de emoción en una novela aparentemente fría y distante, y el momento de violencia, será el único gesto de pura emoción que se permitirá Jed Martin quizás durante toda una vida. Este acto de violencia de Jed en Suiza es el momento en que lo humano hace su aparición en un mundo en el que la representación se ha convertido en el Todo: lo humano ha sido borrado totalmente así que esta escena de pura violencia, contradictoriamente a lo que pueda parecer, será el único gesto de verdadera emoción en un hombre descreído, nihilista, desapegado, que buscará refugio en la naturaleza precisamente por esto mismo. "-Es cierto, solo siento un débil sentimiento de solidaridad con respecto a la especie humana...- dijo Houellebecq-. Diría que mi sentimiento de pertenencia disminuye un poco todos los días." El estilo de Houellebecq como siempre aparentemente frío y analítico, viene representado por una narrativa que fluye. Todo es autorreferencia al mismo tiempo que ficción dentro de ficción. En El Mapa y el Territorio Houellebecq reconoce que la vida (lo que es), puede existir sin necesidad de la representación (lo que vemos). La naturaleza, el tiempo, la soledad, la desaparición, la muerte, parecen la única vía de escape al control y al poder. Una novela definitiva, bestialmente buena.
La traducción es de Jaime Zulaika.
"Una camarera que pasaba una bayeta por las mesas se acercaba a ellos lanzándoles miradas torvas. No solo tenia un aspecto de agotamiento total, de desaliento, sino lleno de animosidad contra el mundo en general, retorcía la bayeta en el cubo exactamente como si en eso se resumiera para ella el mundo: una superficie dudosa recubierta de manchas diversas."

Comentarios
Publicar un comentario