En La Costa Desaparecida, de Francisco Serrano
⭐⭐⭐⭐⭐
"El perseguidor siempre está mucho más cerca de extraviarse que el perseguido, recordó. El perseguidor siempre está al borde de la locura".
Justo cuando estaba a punto de hacer mi lista de mis lecturas favoritas del año, llega “En La Costa Desaparecida” y desbarata todo lo que tenía planteado, y no solo eso, sino que de mi cola larguísima de lecturas pendientes, se colocó automáticamente en primera posición después de ver el entusiasmo de una persona de la que me fió completamente en cuanto a gustos literarios; así que “En La Costa Desaparecida” se coló casi sin alharacas ni estruendos y casi desde el primer capítulo fue toda una aventura lectora, nunca mejor dicho. Se ha convertido en mi libro del año por muchos motivos pero por ejemplo, por ese placer de la anticipación cuando sabes que te está esperando a que la retomes una novela que parece escrita para tus gustos más personales y porque realmente mientras la leía no quería que se acabara, pero tienes que seguir leyendo porque engancha como ninguna, y lo mejor, porque este estilo atmosférico de Francisco Serrano, es quizás lo que más me ha entusiasmado.
La novela transcurre en 1898 en Coppercreek, un pueblo minero perteneciente al Territorio de Arizona, en su época más salvaje (a “Las Fabulosas Aventuras de Lidie Newton", me remito) y comienza en el funeral del sheriff del pueblo; justo cuando Sonny Fletcher, un forajido que pasaba por allí, reconoce en un momento fugaz el rostro de la viuda del sheriff, todo se trastoca y cada uno de los diferentes resortes de la historia se ponen en marcha.
"¿Cómo
estás?
Como
si yo también hubiera muerto, dijo ella, pero pasará. ¿Cómo estás
tu?
Como
aquella vez que me caí del caballo. Me dí un golpe y se me quedó
la cabeza vacía. No tenía nada dentro. Ahora me siento igual. Lo
que pasa es que si lo pienso resulta que sí tengo la cabeza llena de
cosas y entonces me ahogo y también me parece que hubiera muerto yo
con él."
No soy mucho de contar argumentos en mis reseñas, lo justo para despertar la curiosidad de quién te lea, pero aconsejo que no se cuente mucho del argumento de esta novela porque la gracia está en cómo se va desplegando y en las mil y una historias que van surgiendo en torno al hilo central; e independientemente de ese hilo conductor convertido en la guía del lector, lo que a mi mas me ha fascinado es que se puede considerar una novela coral, porque alrededor del personaje fascinante de Clara Hooper, la viuda, se mueve un ecosistema de personajes a cada cual más atractivo. Con cada uno de los personajes que van surgiendo, secundarios y algunos que solo pasaban por alli (como el de Hudson Henry, súblime por la belleza del capítulo), se podrían construir otras novelas: las hermanas Kerrigan, el padre de los Kerrigan, Hudson Henry, Sonny Fletcher, Billy Oso…, personajes que convierten la novela en algo vivo; aquí no hay blancos ni negros, sino una infinita gama de matices que hacen que el lector se sienta de alguna forma conectado con ellos.
"Kerrigan, con el sombrero en las manos y vestido por completo de negro, parecía el monarca de un reino desconocido, último legislador de una tierra de duendes de pájaros que anidan en cuevas, en luto constante por todos sus siervos."
Además, es una novela para releer, algunos capítulos pueden funcionar incluso como relatos independientes, hermosos en su visión de este oeste crepuscular, de perdedores, de personajes rotos, desesperanzados pero que en momentos fugaces demuestran esa dignidad del ser humano más auténtico. Y siguiendo con esta costumbre mía de transportarme al cine que he visto y relacionarlo con mis lecturas (no siempre ocurre), la novela me ha remitido al oeste del cine de Monte Hellman; sus personajes me lo han recordado mucho muchísimo. Una novela de atmósferas, de escenas elípticas fugaces, de diálogos que hacen que la imaginación del lector se desborde porque dicen lo justo, sin rellenos innecesarios, menos es siempre más. Una joyita de novela.
"Puede que no haya palabras para describir nuestra relación, dijo él. Eso tengo que reconocerlo. Quizá tampoco hay palabras para describirte a tí y ese es el problema."
Nota: Daría un riñón por poder leer a Forbia Kerrigan y "Las Reinas de Savannah en la Casa Salvaje." ♥♥♥
Comentarios
Publicar un comentario