Diccionario jázaro, de Milorad Pavic

 

 

⭐⭐⭐⭐⭐

 ♫♫ ♫  Changing of the guards - Patti Smith  ♫♫ ♫

 

 "Desde entonces se dice de los Brankovich de Transilvania que mienten en valaco, callan en griego, cuentan en la lengua tzintzar, en la iglesia cantan en ruso, son los más sabios en turco y solo cuando quieren matar hablan en su lengua materna: el serbio." 

 

Asimismo, no puede estar mucho tiempo hablando en una misma lengua, las cambia como amantes, y habla ora en valaco, ora en húngaro o turco, y comenzó a aprender de un loro la lengua jázara. Dicen que en sueños habla también el español, pero pierde esos conocimientos al despertarse.”



Éste está siendo un buenísimo año literario para mí; es un año en el que me he dejado guiar más por mi instinto que por recomendaciones externas, aunque sí que es cierto que hay recomendaciones que se quedan en la memoria y las rescatas casi inconscientemente, pero ha sido un año raro (personalmente hablando) así que se puede decir que en compensación he asumido riesgos que me han hecho lanzarme a la piscina y salir de mi zona de confort. Me ha salido bien, me está saliendo bien, diría yo, porque he descubierto autores que me han dado no solo alegrías, sino que me han emocionado de verdad…, así que hago mía la cita de Sebald, más que nunca: “no leáis siempre y de manera exclusiva esos libros sanos; acercaos un poquito a la llamada literatura enfermiza, de la que tal vez podáis sacar un consuelo vital. La gente sana debería arriesgarse siempre de una u otra manera. ¿Para qué demonios, si no, conservar el sano juicio? ¿Para morir un día saludablemente? Vaya un futuro desolador..." A finales de año haré un resumen de estos autores descubiertos que me han volado la cabeza, pero quizás los más gratificantes han sido los autores balcánicos, los croatas, bosnios y serbios especialmente, y entre ellos está Milorad Pavic, al que ya reseñé un par de veces durante este año y que no para de sorprenderme.



Le preguntó a Constantino el Filósofo por qué siempre al hablar tenía un libro en la mano, mientras que los jázaros sacaban toda la sabiduria del pecho, como si antes se la hubieran tragado. Constantino le respondió que sin el libro se sentía desnudo, ¿y quién podría creer que un hombre desnudo tiene muchos vestidos?



Milorad Pavic es uno de los autores que descubrí en mi fiebre balcánica a principios de este año y quizás el autor más original y fresco con los que me he encontrado este año. Con Pieza Única y El ultimo amor en Constantinopla, ya descubrí de lo que es capaz a la hora de narrar sobre unos mundos mezcla de aventura, lirismo, realismo mágico, crónica histórica y provocación continua, rompiendo con la estructura narrativa tradicional y convirtiendo sus historias en un juego entre él y el lector, haciéndole participar continuamente en el texto. Y sin embargo, temía un poco enfrentarme a esta su obra magna, su Diccionario jázaro por lo exuberante de la temática. Se puede decir que Pavic es un autor interactivo en el sentido en que usa giros narrativos, pistas, misterios, estructuras, para que el lector esté continuamente avanzando y retrocediendo la historia en su mente: la mayoría de sus historias, al igual que este Diccionario jázaro no están contadas cronológicamente hablando, sino que a su vez forman una especie de texto universal que comenzándolo, da igual en qué punto del libro, llegarás al mismo punto de partida o de su final. Circularidad.


"Cazadores de Sueños:

Secta de sacerdotes jázaros cuya protectora era la princesa Ateh. Eran capaces de leer los sueños de los demás, hábitarlos como si estuvieran en su propia casa y, recorriéndolos cazar la presa indicada: un hombre, un objeto, un animal.
Uno de los más célebres lectores de sueños se llamaba, según la leyenda, Muqaddasi al Safer. Él alcanzo a penetrar en la más abisal profundidad
del misterio…"

[...]

El objetivo de los cazadores de sueños es comprender que todo despertar no es más que un escalón en una serie de liberaciones del sueño. Quien entienda que su día no es más que la noche del otro y que sus dos ojos son como un ojo de los otros, buscará el verdadero día, aquel que posibilita el auténtico despertar de la propia realidad.

[...]

Los mejores cazadores de sueños eran los jázaros, pero no hay jazaros desde hace mcho. Se ha conservado solamente su arte y algunas partes de su diccionario en que se habla de esa habilidad. Eran capaces de seguir a las personas que se presentan en los sueños ajenos y acorrarlos como presas de un hombre a otro, incluso en los sueños con los animales o de los demonios...”



Es prácticamente imposible hacer un resumen sobre lo que va este libro pero si que se puede decir que es una novela en todo el sentido de la palabra, solo que usa la estructura de un diccionario léxico, con sus entradas y sus apéndices. Pavic crea una historia a partir de los pocos datos históricos que se conservan de los jázaros, una tribu nómada de la Europa Central y Oriental entre los siglos VII y X. Los jázaros fueron un pueblo errante intimamente ligado con los judíos, los musulmanes y los cristianos y esto se verá en varios puntos de la novela: Algunas veces le sucedía que se despertaba con los ojos llenos de lágrimas que debía haber llorado en el sueño; cuando las frotaba entre los dedos se rompían desgranándose como pedazos de vidrio roto o arena, y por ellos el copto podía advertir que no eran lágrimas suyas, sino de algun otro.”. La  imaginación de Milorad Pavic dota a estos jázaros de una riqueza que desborda belleza casi en cada página como por ejemplo los imagina habitando los sueños de otras personas en busca de su propia identidad, siempre huidiza y evasiva. En esta novela, el Gran Khan de los jázaros tiene un sueño casi imposible de interpretar así que para intentar llegar a su comprensión, convoca a representantes de las tres religiones del mundo; la cristiana, la judía y la musulmana, pidiéndoles a cada uno de ellos que le interpreten el sueño. La explicación que le convenza más hará que toda la tribu jázara se convierta a su religión. De este modo Pavic divide la novela en tres libros: el Libro Rojo (la interpretación cristiana), el Libro Verde (la interpretación islámica) y el Libro Amarillo (la interpretación hebrea), cada uno de los libros contendrá entradas y sus definiciones, convirtiendo algunas entradas en pequeñas novelas y algunas entradas, se repetirán en cada uno de los tres libros, así que el lector tendrá a veces que comparar la entrada de la princesa Ateh, por ejemplo, , en los tres libros para establecer las pequeñas diferencias o novedades. Ateh era poetisa, pero solo se han conservado estas palabras suyas: ‘La diferencia entre dos síes puede ser mayor que entre un sí y un no.’. El resto es fruto de las atribuciones.”


" Dentro de poco nos vamos a ver y tengo miedo de ese encuentro, y no sólo por su herida de la que todavía no sé nada, sino también porque todos nosotros somos como árboles enterrados en su propia sombra. 

 [...]. 

Escribió que cuando dos personas se sueñan recíprocamente, de modo que el sueño de una constituye la realidad de la otra, sobra siempre un poco de sueño, sea de una parte o de la otra. El sueño, por cierto, dura menos que la realidad de la persona soñada, pero el sueño es siempre incomparablemente más profundo que cualquier realidad...".


Este resumen que he hecho más arriba no le hace justicia a esta obra maravillosa, porque realmente Pavic explora detalles que para cada lector podrán significar algo totalmente diferente. Me apasiona Pavic por la importancia que siempre le da a los sueños porque es en los sueños donde las proporciones adquieren otros significados y el espacio y el tiempo se difuminan y toma cuerpo otra realidad: lo que debería estar lejos está cerca y viceversa, y esta es una novela en la que los sueños juegan un papel fundamental para la subjetividad del texto en sí, para cada lector podrá significar algo diferente. Otra maravilla que se repite continuamente son las lenguas, que parece ser otro tema recurrente en sus novelas, la lengua jázara a punto de extinguirse debe seguir viva a costa de lo que sea, y hay momentos absolutamente gloriosos en la novela en los que Pavic, recrea la importancia de las lenguas..., e incluso hay secciones que podrían ser extensiones de El último amor en Constantinopla o Pieza Única…, es como si las novelas de Milorad Pavic estuvieran interconectadas entre ellas: Uno de los caminos seguros que conducen al verdadero futuro, pues también existe un futuro falso, es ir en la dirección en la que crece tu miedo.”


Por eso el demonio musulmán condenó a la princesa Ateh olvidar su propia lengua, el jázaro, y todos sus poemas. A olvidar incluso el nombre de su amante, de modo que recordara solo el de un fruto con forma de pez. Antes de que esto ocurriera, presintiendo el peligro, la princesa Ateh ordenó que se capturase un gran número de loros capaces de hablar. Por cada palabra del Diccionario jázaro llevaron a palacio un loro, y cada uno fue adiestrado para recitar una voz del diccionario, de manera que supiese de memoria los versos relativos a esa voz. Naturalmente los versos estaban en lengua jázara, y en esa lengua los recitaban los loros. Cuando los jázaros abandonaron su religión, la lengua jázara pronto empezó a desaparecer, y entonces Ateh puso en libertad a los loros y les dijo: - Id y enseñad a lo demás pájaros los poemas que conocéis, porque aquí dentro de poco serán olvidados...- Los pájaros se dispersaron por los bosques a lo largo de las costas del Mar Negro. Allí enseñaron a otros loros los poemas que conocían, éstos los enseñaron a otros, y así en un momento dado solo los loros conocían los poemas y hablaban la lengua jázara. “



Pavic está continuamente enlazando la fábula con la historia, la ficción con la realidad, rellena los huecos históricos con su imaginación rabiosamente desmedida. Yo diría que esta obra define a la perfección quién es realmente Milorad Pavic, y esa habilidad para mezclar prosa y poesía con la que pocas veces me he encontrado es algo que no deja de fascinarme. El control que tiene este autor del lenguaje es todo un desafío para el lector y esto unido a la riqueza de cómo expone narrativamente hablando este texto, convierten este Diccionario jázaro en una auténtica joya. Es un texto con múltiples lecturas, que se metamorfosea continuamente dependiendo del momento, de los sueños, de las lenguas… Y para hacer su exuberante ficción aún más complicada, Pavic ha construido su novela según líneas de género, publicando versiones femeninas y masculinas de este Diccionario jázaro, habiendo, tengo entendido, solo una brevísima diferencia, quizás de una palabra entre ambas versiones. Yo he leido la versión femenina y realmenente tampoco sé dónde estaría la diferencia pero en este sentido me da igual. La lectura de este Diccionario jázaro ha supuesto otro de estos momentos gloriosos literarios de mi año en curso.

La traducción es de Dalibor Soldatic.


De noche, cuando nos dormimos, nos transformamos todos en actores y cada vez salimos a un escenario distinto para recitar nuestro papel. ¿Y de día? De día, en la realidad, aprendemos ese papel. A veces no lo aprendemos bien y entonces tenemos miedo de salir al escenario y nos escondemos detrás de los demás actores que se han aprendido mejor que nosotros sus parlamentos y movimientos.

Y tú, tú eres el que entra en la sala para asistir a nuestro espectáculo y no para recitar. Que tu mirada se detenga en mí en el momento que me sienta preparada, porque ninguno de nosotros es bello y sabio los siete días de la semana.”

 

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