La Bella Durmiente, de Sheri S. Tepper





⭐⭐⭐⭐

“A cada paso, hemos sido frustrados por dios. No el Dios verdadero. Un dios falso creado por el hombre para contribuir a su destrucción de la Tierra. Es el dios-glotón que ve bien engullirlo todo en nombre de una humanidad completamente egoísta. Sus diez mandamientos son: yo primero (déjame vivir como quiera); los humanos primero (que todos los otros seres vivos mueran en mi beneficio); el esperma primero (nada de control de natalidad); los nacimientos primero (nada de abortos); los hombres primero (nada de derechos de la mujer); mi cultura/tribu/religión primero (separatismo/terrorismo); mi raza primero (nada de derechos humanos); mi política primero (puñeteros liberales/podridos reaccionarios); mi país primero (ondea la bandera, la bandera, la bandera); y, sobre todo, los beneficios primero.”



Sheri Tepper reconstruye y deconstruye los cuentos de hadas usando como punto de partida a Bella de La Bella Durmiente, y a partir de aqui, revisita Cenicienta, Blancanieves y toda una serie de cuentos que hasta ahora habian sido empobrecidos por toda la cultura Disney y la industria del cine, y les da un viso de realidad, nos hace ver que estas niñas o princesas eran humanas, que la belleza por si sola no era suficiente, sino que el cerebro lo es mucho más. Pero no es sólo fantasia, también es una novela que se mueve en viajes en el tiempo, mundos distópicos, presente y pasado comenzando en la Edad Media y llegando hasta avanzado el s. XXI. Y a través de su viaje, la que empieza llamándose Bella va tomando varias identidades dependiendo de los mundos que visita pasando de llamarse Bella, a Dorothy, Lady Catherine o Lavanda.
 

“Me ha hablado de la "presión social", lo que por lo visto quiere decir dejar que los demás te dirijan la vida.”


Es ante todo una novela sobre el recorrido de una mujer que quiere conocerse a si misma, que busca su identidad y para ello Sheri Tepper la sumerge en todo un mundo imaginario por una parte, y muy real y sórdido por otro. Sheri Tepper aborda muchos temas, y lo que aparentemente parece una novela de fantasia y/o ciencia ficción distópica, acaba convirtiéndose en una reflexión sobre el mundo en el que vivimos poniendo sobre el tapete el debate sobre su futura destrucción por el hombre (algo que ya sabemos o intuimos). La verdad es que me ha impresionado mucho esta escritora, toda esta mezcla tan poco habitual sobre géneros y temas que aborda es todo un soplo de aire fresco en unos géneros que normalmente son muy rigidos. Sus varias lecturas y el inmenso personaje femenino lo convierten para mi en una delicia, toda una joya. 

“Le he pedido a Bill que me lo explicara y él me ha hablado del crecimiento demográfico y la Iglesia católica y la lluvia ácida y la destrucción de los bosques tropicales para conseguir más comida. Todo el mundo discute sobre el tema, me ha dicho. Los economistas y hombres de negocios dicen que nada va mal. Los ecologistas y expertos en población dicen que se acerca el final. Mientras discuten, las cosas seguirán con la misma tendencia hasta que lleguemos al punto sin retorno, que será en algún momento de los próximos cien años. A partir de entonces, no habrá más espacio al aire libre porque cada centímetro cuadrado de tierra será necesario para producir comida.”



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