Lejos Del Bosque, de Chris Offutt
⭐⭐⭐⭐
“Al día siguiente partió en la camioneta negra. Gerald tenía treinta años y nunca había salido de los límites del condado.”
Chris Offutt es uno de esos escritoes con los que es muy fácil conectar, porque su estilo de frases cortas, directas, siempre parecen apuntar a la esencia de sus personajes. Por muy perdedores que sean sus personajes, sin expectativas en la vida, uno no se espera que sean capaces de transmitir tanto lírisimo en conjunción con esta árida desesperanza. Yo siempre digo que el estilo de Offutt me parece puro, transparente, no hay adornos superfluos, no hay paja, va directo al grano, pero no por eso se deja nada en el tintero, todo lo contrario, es fascinante comprobar todo lo que logra comunicar en una sola frase. Menos es siempre más en el estilo de Chris Offutt.
Ya comenté por ahí en otras reseñas que uno de los detalles que más me atraen de sus historias es el papel tan importante que juega la naturaleza, el paisaje, las montañas, un entorno que convierte muchas de sus historias en algo muy íntimo entre el ser humano y ese paisaje. Offutt transmite como nadie que el ser humano en esencia no deja de estar solo pero que quizás las montañas, el entorno natural, es lo único que capaz de compensar esta devastadora soledad. Los personajes de esta colección de ocho historias tienen en común el hecho de que han abandonado Kentucky, las montañas (al igual que hizo el propio Offutt antes de volver tras varios años de recorrerse su país), y por mucho que corrieran cuando se fueron, no han sido capaces de liberarse de la melancolía que les produce recordar este espacio físico. Hay muchas conversaciones a lo largo de estos relatos en la que los personajes vuelven una y otra vez al hecho de que están lejos de las montañas, lejos de esta tierra inhóspita, la detestan y la añoran al mismo tiempo.
"- ¿De dónde
eres?
- De Kentucky.
- ¿De qué parte?
- De la parte de la que se va la gente."
Cada una de las ocho historias merece la pena, no hay absolutamente nada gratuíto en ninguna de ellas, pero las dos que más me han impactado son las siguientes.
- Lejos del Bosque: Gerald que nunca había salido de los límites del condado, se ve obligado a acudir al rescate de su cuñado, sacarlo de la cárcel y traerlo de vuelta a Kentucky. Serán cuatro días de viaje en una vieja camioneta: salir a un mundo que no conoce. La familia de su mujer es conflictiva, y se intuyen ramalazos de violencia y hasta ahora no había sido aceptado por ellos, con lo cual se pone en camino en un intento por demostrales que él puede encajar entre ellos. Es un relato maravilloso, una especie de road movie, durante el Gerald evoluciona de alguna forma y se enfrenta a sus miedos. Una joya de relato.
- Todo Inundado: Es otro de esos relatos perfectamente reconocibles del estilo de Offutt donde un camionero de Kentucky llega a un pueblo perdido totalmente inundado por la explosión de una presa. Es un relato que destila melancolía porque este camionero no deja de añorar Kentucky durante sus páginas, y no solo él, sino que el ayudante del sheriff al que conoce, está deseando escapar pero se siente atrapado. Es una epecie de bucle de personajes que quieren escapar pero una vez que se han ido, no pueden dejar obsesionarse con volver.
En fin, a quién no conozca todavía a Chris Offutt que no se lo piense más y por supuesto eternamente agradecida a Sajalin Editores por traernos sus historias. Esperando con ansia "The Killing Hills", que saldrá en septiembre. (La traducción es de Javier Lucini)
“El aire ardía. En cuatro horas se plantó en Indiana, donde el terreno era llano como un naipe. No había donde esconderse, ningún sitio donde ponerse a salvo. Hasta el sol brillaba en exceso. No le cabía en la cabeza que Ory pudiera tolerar un terreno tan abierto.
Illinois era igual de raso, pero con menos verde. Gerald se dio cuenta de que estaba atravesando una estación, de que contemplaba el paso de la primavera en sentido inverso. La tierra de Illinois era negra como el estiércol y se detuvo para examinarla. El suelo era húmedo y rico. Olía a vida. Dejño que la tierra se le escurriese entre los dedos mientras pensaba en el terreno duro y arcilloso de casa. Decidió parar a la vuelta para llevarse un poco de aquella buena tierra.”
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