El arcoíris de gravedad, de Thomas Pynchon

 


 ⭐⭐⭐⭐

 

"¿Qué tienen de malo las drogas y las mujeres? ¿Debemos alegrarnos de que el mundo se haya vuelto loco y la información termine siendo el único medio verdadero de intercambio?"


Es difícil resumir en una reseña una novela como El Arcoíris de gravedad porque sí que se puede decir que es una de los textos más complejos con los que me he cruzado en mi camino, así que sin profundizar demasiado en la novela, intentaré exponer algunos detalles que me ha transmitido su lectura.


"Pero de pronto, cae un cohete.
[...]
Quedan inmóviles como los perros pintados que cuelgan de la pared, silenciosos en una extraña imposibilidad de seguir tocándose. La muerte ha entrado por la puerta de la despensa: los contempla, dura y paciente, diciéndoles con la mirada: -A mí no me vengaís con cosquillas-."


El arcoiris de gravedad está ambientada en el final de la 2ª Guerra Mundial en torno a una serie de personajes ingleses y americanos que mayormente forman parte de la inteligencia de sus respectivos paises, que intentan averiguar el secreto de los misiles V-2 alemanes que continuamente atacan Londres. Se podría decir que entre la coralidad de personajes que van apareciendo hay uno que destaca como probable protagonista, Tyrone Slothrop, teniente del ejército americano, en el cual se podría conjugar parte del secreto de estos ataques alemanes porque este bombardeo continuo del cohete coincide prácticamente con el mapa de las frecuentes relaciones sexuales de Slothrop.


"Más o menos en la misma época, Tantivy comenzó a comprender el alcance del aislamiento de Slothrop. Parecía no tener a nadie más en Londres con quien hablar de cualquier cosa, salvo una multitud de muchachas a las que rara vez volvía a ver tras el primer encuentro."


Cuando comienza la novela se vive una situación desesperada intentando vaticinar dónde caerán esos cohetes, asi que la inteligencia de ambos paises tiene en su centro de miras a Slothrop dado que el ataque del V-2 estará directamente relacionado con su comportamiento sexual. Un simbolismo sexual reincidente a lo largo de la novela y es la forma en que Pynchon explota la sexualidad masculina relacionándola con las armas de destrucción masiva, gamberrismo pynchoniano en torno a la autocomplacencia del ser humano mientras participan de su propia destrucción a través de estas armas.


"Estamos en 1945. Todavía es pronto, aún reina la inocencia... Bueno, en algunas partes".


Visto lo visto el argumento de esta novela es prácticamente imposible de explicar por la cantidad de líneas narrativas, personajes, referencias, flashbacks e incluso canciones que forman parte de conglomerado narrativo que a veces el lector tiene la impresión de que va a estallar en mil pedazos por lo caótico, y sin embargo, poco a poco nos iremos percatando de que Pynchon lo tiene todo bien milimetrado. La dificultad de una novela como ésta quizá no esté en el argumento gamberro e irreverente, continuamente sorprendiendo por la mezcla de géneros y por una parodia continua de la sinrazón de las guerras, sino en la manipulación que hace Pynchon del lenguaje ajustándolo a la época y a los diferentes registros de los personajes, de tal forma que hay momentos en que aborda un humor enfermizo, retorcido e incluso sórdido, cruzando límites continuamente. Este humor exagerado en momentos que incluso adquieren tintes hiperexagerados cuando aborda las escenas sexuales, puede cambiar de registro en escenas determinadas y nos sorprende con escenas maravillosamente estilizadas en la linea del más puro estilo de cine negro americano: la historia de amor en pleno bombardeo entre Roger y Jessica, la aparición de Katje Borgesius como femme fatale con el rastro que deja su cigarrillo al desaparecer ella, la caza del pájaro dodo en Africa, los momentos en torno al arco del pasado de Tchiterine y así continuamente a lo largo de toda la novela:


"Señales de Katje, y además por partida doble. Una noche, Slothrop se sentó en el cuarto de los niños de una propiedad abandonada, y encendió fuego con el pelo de una muñeca rubia con ojos de lapislázuli. Conservó aquellos ojos."

[...]

"Pierde algo más que a la simple Jessica; pierde toda una extensión de vida. Ahora volverá al invierno, a retirarse de nuevo en su cascarón.
[...]
Roger no se imaginó que lloraría cuando ella se marhase. Pero lloró. Después, cada vez que su pie izquierdo diera en el suelo al andar, sentiría una sacudida de dolor a través de medio cráneo."

[...]

"Uno puede desearla, pero nunca debe dar señales de ello, ni con la mirada ni con gesto alguno, pues no haría sino aumentar su tenuidad hasta el punto de hacerla desaparecer por completo, como humo en el desierto, y ya no quedaría ninguna otra oportunidad."

[...]

"... y en el cenicero un cigarrillo apagado prematuramente en forma de desesperado garfio... Ella nunca desperdiciaba cigarrillos... Debe de haberse sentado, fumando, a mirarlo mientras dormía... hasta que algo, nunca le preguntará qué, disparó su actividad, hizo que le fuera imposible quedarse hasta el final del cigarrillo. Él se incorpora, lo endereza y lo termina."


No es una novela fácil, y sin embargo, creo que el secreto está en dejarse llevar sin hacerse demasiadas preguntas de hacia dónde nos conduce Pynchon porque el placer está en ese “viaje” casi a ciegas en el que nos sumerge su autor. La novela está repleta de juegos de lenguaje, teorías cientificas y viajes al pasado casi sin venir a cuento, solo por el simple placer de sacarnos de la historia para introducirnos dentro de otras pequeñas historias, como en esas cajas rusas, y si fuera película, quizás esta novela sería un musical porque Pynchon con su irreverencia marcada la sazona de canciones tontorronas y de mal gusto en medio de una escena, un anticlimax que Pychon controla porque es su manera de hacer sentir al lector la paranoia de los tiempos que viven los personajes de esta novela. La locura y la desesperación de los tiempos se refleja en esa fragmentación continua de la estructura de la novela de forma que de alguna manera el lector pueda conectar con los personajes y la paranoia que los rodea.


"Así sigue avanzando la gente, poblaciones enteras, a través de la abierta pradera, cojeando, arrastrando los pies, llevados, arrastrados, empujados, a tirones, a través de los escombros de un orden burgués y europeo cuya destrucción definitiva ignoran todavía."


Y dentro de este microcosmos de personajes y experiencias durante la guerra, lo que a mi parecer mejor consigue esta novela es retratar la atmósfera de desesperación de la Europa de finales de la guerra y de la posguerra, el movimiento es vida, y esto es lo que refleja con enorme talento Pynchon usando el lenguaje como herramienta principal. El arcoíris de gravedad es una sátira del mundo en que vivimos, de la guerra como negocio y de como los seres humanos no dejan de ser otra cosa que meros instrumentos para este negocio. Una novela a la que le tendré que dar otra vuelta en un futuro.

La traducción es de Antoni Pigrau,


"No debe olvidarse que el verdadero negocio de la Guerra es comprar y vender. "

 

 ♫♫ ♫     In a Cloud, Moon Duo     ♫♫ ♫

 

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