La soledad del lector (Notecard Quartet #1), de David Markson

 

 



⭐⭐⭐⭐⭐

♫♫ ♫  Shortwave, Monster Movie   ♫♫ ♫

 

 Si interpreto correctamente su carta, está usted ignominiosamente casada; si aún no se ha concretado, hablemos aunque sea una vez.”

 

Esta cita, elusiva, esquiva, misteriosa, es un ejemplo perfecto de lo que nos vamos a ir encontrando en esta novela de David Markson, que realmente no es una novela, tal y como él se encargará de ir clarificando a lo largo del texto. Y digo que es un ejemplo perfecto, porque forma parte de una cita aparentemente inconexa en relación al resto del texto salpicado de citas igualmente independientes unas de otras, pero que sin embargo, y si nos tomamos la paciencia y el tiempo para ahondar en ellas, podremos ir averiguando que ni son inconexas, ni que siquiera van por libre, son enigmáticas en el más puro sentido de la palabra, pero son hechos y citas que están ahí si rebuscamos más allá de la pista que nos lanza Markson, y a partir de aquí el lector podrá ir formando la historia. Todo está relacionado si hacemos una pausa para buscar: citas, nombres, frases formadas por una única palabra. ¿Dónde está la conexión?

 

"La Dama de Elche. El muslo de Perséfone donde Plutón la agarra en el Bernini. La mano derecha del David de Miguel Angel.

El éxtasis de Santa Teresa."


Cuando David Markson escribió este texto absolutamente maravilloso, experimental, arriesgado y misterioso, no sé si su intención fue precisamente que el lector se parara e hiciera el esfuerzo de ir hilvanando ideas, investigando más allá del mero texto para ampliar unas historias que Markson se limitaba solo a dejar ver esquivamente.


""Durante cuarenta y pico de años, Valéry se despertaba a las cinco de la mañana para tomar notas sobre lo que consideraba el amanecer de la conciencia."


Así que podemos abordar este libro de dos formas: leerlo de una sentada y dejándonos llevar por un texto que parece tanto poesía como música sin pararnos a investigar y quizás una vez terminado reconstruirlo de una manera más pausada… pero también se puede abordar haciendo parones, investigando nombres e intentando encontrar las conexiones entre frases y nombres usando quizás la wikipedia o la red, como si de un juego se tratara. Sea como sea, David Markson ha creado un libro que me ha fascinado porque aunque ya venía de leer La Amante de Wittgenstein el año pasado, no estaba preparada para que Markson volviera a repetir la fórmula pero en ocasión estableciendo una conexión más íntima con el lector. Dicho esto, solo puedo añadir, que igual que en cuanto me encontré con Vollmann supe desde el primer momento que se iba a convertir en una debilidad, después de La soledad del lector, sé de sobra que Markson se ha convertido en otra debilidad ya para siempre.

 

Un obispo de Yorkshire convocó una reunión para la quema pública de Jude el oscuro.

Seguramente ante su desesperación por no poder quemarme a mí, dijo Hardy."

[…]

"Boticelli, que nunca se casó, una vez soñó que se había casado.

Y recorrió las calles de Florencia hasta el amanecer, para no volver a soñarlo."


La soledad del lector está compuesto de una serie de párrafos cortos, otros formados por  una única palabra, algunos párrafos algo más largos, separados por espacios dobles en una especie de pieza poética. Estas entradas están formadas por citas o notas relacionados con novelistas o poetas, casi en su mayoría occidentales; algunos de estos párrafos repiten temas recurrentes relacionados con estos autores y como ya digo aunque parezcan iconexos, si nos tomamos la molestia de investigar, se irá abriendo una conexión entre estas ideas.


"Pietro Torrigiano golpeó con un martillo una Virgen que había esculpido en Sevilla cuando no le pagaron lo que pretendía.

Y fue acusado de sacrilegio por la Inquisición y llevado a la cárcel.

Donde en una obra cumbre de escupir contra el viento se dejó morir de hambre."


Entre este cúmulo de información desbordante, y adictiva, David Markson entra en la metaficción pura y dura a través de otra capa argumental que se camufla entre tanto dato erudito porque la novela realmente se refiere a un escritor al que llama el Lector que está construyendo una novela sobre un personaje al que llamará Protagonista. Es cierto que este dato solo aparecerá de vez en cuando pero será justo el momento en que el lector se verá obligado a detenerse y reorganizar esta información tan enigmática que nos va colando Markson. Y aunque el libro en su mayor parte esté formado por estas anécdotas o citas en torno a escritores y artistas, la reflexión en torno a la construcción de una obra es lo que de verdad interesa a Markson porque realmente, y estoy convencida, el autor está hablando de sí mismo. El tono melancólico, algo desesperanzado del autor en plena creación no puede ser otro que el del propio David Markson hablando de sí mismo dando a luz una novela, a corazón abierto.


"Está larga enfermedad, mi vida

Aquel largo malestar, mi vida."

[…]

"El motivo de tu queja reside, me parece, en la limitación que tu intelecto le impone a tu imaginación.

Le dijo Schiller a un amigo que tenía dificultad para escribir."


A lo largo del texto iremos percibiendo que hay temas recurrentes que salen a colación una y otra vez: el suicidio o la locura como una especie de salida a este suicidio… David Markson lo expone a través de citas y hechos contrastados en la literatura pero en el fondo está exponiéndolo para que el Lector y el Protagonista construyan esta obra aunque realmente David Markson puede que estuviera hablando de sí mismo y pone continuamente ejemplos de este fracaso a través de otros hechos recurrentes en torno a toda esa cantidad de obras (ahora de culto) y que en su momento fueron rechazados reiteradas veces por los editores (La Amante de Wittgenstein es un claro ejemplo, rechazada cincuenta y tantas veces), y no solo como rechazos de editoriales sino además autores que tuvieron que pagar para ver publicados pocos ejemplares de sus obras, de los cuales se vendían a su vez muy pocos.


"El Protagonista ha venido a este lugar porque allá no tenía ninguna clase de vida."


Tengo que confesar que La Soledad del Lector me ha fascinado por lo que va formándose en la mente del lector a medida que vamos avanzando en este cúmulo de información adictiva sobre personajes que están entrelazados unos con otros. Porque en una obra donde no hay argumento, ni personajes que vayan construyendo una narración, donde no hay trama, ni se indique el paso del tiempo…, consigue que el lector se vea atraído por leer y seguir pasando páginas en una especie de hechizo literario. No hay argumento pero David Markson ha creado en mi opinión una obra de metaficción totalmente avanzada en su tiempo. La soledad del lector forma parte de una tetralogia que se completa con Esto no es una novela, Punto de Fuga y The last novel, una reflexión en torno a al arte y a la creación artística usando la misma estructura entre poética y experimental. Novela sonámbula. Una maravilla.


"Tengo un relato. Pero tendrás que esforzarte para encontrarlo."

 

 

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