El uso del hombre, de Aleksandar Tišma

 


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 ♫♫ ♫   Wasting - The Soft Moon  ♫♫ ♫

 

 "A la mañana siguiente, el encuentro que había tenido, esa amistad repentina y alentada artificialmente le resulta irreal, descolorida: ¿no la habrá soñado?"


Novi Sad es una ciudad situada al norte de lo que hoy es Serbia, a orillas del rio Danubio y en los tiempos en los que comienza esta novela en 1935, era una ciudad próspera y rica en el borde de Europa Central, formando un ecosistema de diferentes culturas donde se ramificaban multitud de grupos de personas de diferentes orígenes étnicos y religiosos. Dentro de los limites de Novi Sad vivian en armonia serbios, croatas, alemanes, judios y húngaros con lo que esto suponía para la mezcla de etnias en forma de matrimonios mixtos. Sin embargo, cuando en 1941 Hungría y las potencias del Eje ocupan la ciudad, todo cambia, lo que en un principio era una coexistencia de armonía y paz se convierte en una especie de terror en forma de deportaciones, migraciones, exterminio ( la ciudad fue de nuevo liberada en 1944 y reclamada por los partisanos comunistas, perteneciendo más tarde a la Yugoslvia comunista de Tito)…las unidades familiares serán desmembradas, todos estarán ya solos luchando por la supervivencia.  Este es el escenario que aborda Aleksandar Tišma y él sabía muy bien de lo que hablaba: hijo de padre serbio y madre judía, nació en 1924 y pasó toda su infancia en Novi Sad, en lo que todavía en aquel entonces era Yugoslavia. Así que se puede decir que Tišma creció en medio de las dos grandes guerras, con la memoria de la primera y viviendo en carne propia la segunda y leyendo esta novela se hace palpable hasta qué punto esta experiencia marcaría a este autor, porque en pocas novelas he podido detectar la vida que respiran sus páginas, salteado entre el argumento, pequeñas diapositivas de personas comunes en su día a día, el burdel, las tabernas, que eran los puntos de reunión en momentos esencialess, pero también la vida doméstica, la calle..., el perfil que hace Tišma de Novi Sad ejerce una especie de hechizo sobre el lector. La ciudad no solo tiene vida propia sino que es el personaje más importante de esta novela.


"Todos creían sin vacilación en su propia tradición, en su universalidad; nadie le preguntaba a Vera: ¿Cuál es la tuya? Pero si ella se preguntaba a sí misma, la embargaba el pánico, porque constataba que en su fuero interno, en su casa de religiones, nacionalidades y lenguas mezcladas, las tradiciones estaban desordenadas, dispuestas en una discordancia ridícula, veía que el rechinamiento suabo interfería con el siseo del yiddish, que se confundían las fiestas, porque para cada una, Año Nuevo, Pascua y Navidad había dos o tres fechas diferentes, así como nombres y ritos, de manera que nada se celebraba con sinceridad ni con sinceridad se creía en una de ellas. Le invadía la rabia debido a esta casa alocada, caótica y heterogénea en la que vivía, en la que crecía, a la que pertenecía irremediablemente, por la que la evaluaban, cada vez con más horror era consciente de ello, le asignaban un lugar, un valor, y por eso se esforzaba por ocultar ante otros tanto como fuera posible la peculiaridad de este hogar, su propia peculiaridad. "


Yo que sigo buceando entre la literatura balcánica, admito que no conocía a Aleksandar Tišma o por lo menos no le había hecho mucho caso a esta novela que llevaba siglos en mi pila, pero con cuánta discreción se coló y con qué fuerza se ha apoderado de mí en cuanto empecé a leerla, y realmente no estaba preparada para que se haya convertido casi en mi novela favorita de toda la literatura balcánica que llevo leída. Tiene este autor un talento raro porque aunque no es fácil tampoco se puede decir que sea complejo en la forma en la que encadena las frases que ya comenté que en mi caso funcionaron como un encantamiento, frases cortas que van enlazando unas historias con otras casi sin respiro. Lo complejo puede estar en la fragmentación de las historias, y en que no respeta la cronología de los tiempos, pero quizás esta dificultad le añade atractivo al hechizo. Por ejemplo, la novela comienza en 1935 justo en el momento en que coinciden los destinos individuales de tres amigos en las clases de alemán de Fräulein Anna Drentvensk, a la que llamarán Fräulein. Al inicio de esta novela esta profesora compra un cuaderno de color rojo que convierte en su diario, y este diario, se podría decir que sirve como objeto catalizador en varios momentos de la novela aunque no tenga mayor significado para el argumento. Poco antes de morir, la profesora le susurra a Vera Kroner, su alumna y uno de los personajes clave de esta historia, que busque el diario y lo queme en cuanto ella ya haya dejado de existir. Vera no quemará el diario, sino que lo esconderá en el fondo de su armario.


La salvación, por lo tanto, era salir de la casa. Pero ¿adonde y con quién? Porque sola no podría escapar, no con ese cuerpo suyo inexperto, generoso, sensible y vulnerable a cualquier roce; era consciente de ello.

[…]

Sin interpretar el sueño ni imaginar que actuaba bajo su influencia, decidió hablar con su padre acerca de su deseo de marcharse de Novi Sad a algún lugar donde no la conocieran, a ser posible al extranjero. Cuando se lo contó, pudo constatar para su sorpresa, que repetía una idea que él sopesaba constantemente y que estaba agradecido de poder compartirla con alguien.

[…]

Más cuando Vera expresó su asombro porque todavía no se hubiera hecho nada para trasladarse allí, su padre se tornó de pronto evasivo, le temblaban los labios, las manos buscaban un apoyo en los bolsillos de la chaqueta, apeló a las décadas de trabajo suyo y de su padre, al negocio, la casa, el terrible montón de muebles, la mercancía en el almacén, mencionó que su madre estaba acostumbrada a Novi Sad y a las amigas de siempre que aún quedaban y que lejos de allí y sin ellas se moriría de pena, y con una especie de aturdimiento que lo embargó, como si no se dirigiera a Vera sino a una tercera persona, farfulló algo sobre ella, sus lazos con la ciudad en la que había nacido y crecido. Vera respondió cortante que todas estas razones, aunque fueran fundadas, perdían todo su valor ante la evidencia del exterminio físico que, de producirse, se llevaría consigo las costumbres y los bienes...”


A partir del incidente de la compra del diario, Tišma se alejará de esta linea argumental y nos sumergirá en las vidas de varios personajes entrelazados a estos tres amigos, entre las que tengo que destacar a Vera Kroner, la única mujer del grupo. Hija de padre judío y madre inmigrante alemana, Vera será la primera que ve la necesidad de huir, pero su entorno claustrofóbico y un padre que aunque las veía venir, no se atrevía a marcharse, van predestinándola a una trampa ya preparada. Lo interesante de esta novela es la desordenación en la linea argumental porque hay momentos en que somos testigos de las reflexiones de Vera: ¿Çómo se libró, cómo se salvó? ¿Porque creía en la vida? ¿O porque no creía en ella, por la maldad, la sumisión a la fuerza? ", cuando realmente Tisma todavía no nos ha contado detalles del pasado, e igual muchas páginas después, retrocede en el tiempo, y entonces tendremos más información. Y digo que es interesante porque de alguna forma intenta revivir el caos de los tiempos. Hay momentos maravillosos en los que estamos en la mente de Vera Kroner, sabemos que está sufriendo pero es incapaz de verbalizarlo:


"Le parece que debería escribirlos, mas éstos están diseminados, desordenados, no puede aferrar los vínculos comunes... si encuentra algún vínculo aflorando de los recuerdos, ante ella se extiende el campo vasto, inalcanzable, de unos sucesos tan perturbadores que cortan la respiración, que no soportan las palabras, porque la desnudarían demasiado."

[...]

"Vera nunca acudirá, solo de pensar que tiene que enfrentarse a cualquier grupo le entran escalofríos; mientras que hasta el momento le eran indiferentes, ahora siente a los otros como una alambrada de espinos."


El uso del hombre” es una novela rabiosamente necesaria, y a pesar de la universalidad del tema que toca, que hasta podría funcionar como un cliché, llega un autor como Aleksandar Tišma, y le da una nueva dimensión a través de unos personajes que resultan únicos porque es imposible juzgarlos... solo nos queda compartir la experiencia para que estas historias no se difuminen porque el silencio lo despersonaliza todo y acaba siendo un castigo. La literatura nos reafirma una vez más que aunque algunos personajes no puedan verbalizar ciertos momentos de su pasado, y aunque ciertas atrocidades de ese pasado corran el peligro de convertirlo todo en indiferencia  debido precisamente a ese silencio, si existen autores como Aleksandra Tišma, las historias seguirán vivas, y personajes como Vera Kroner serán escuchados. Una auténtica maravilla de novela.

Traducción de Luisa Fernanda Garrido y Thomir Pistelek


Goethe es un fenómeno que solo podía surgir durante la Ilustración, esa época de la humanidad en la que se valoraba la luz, la claridad, el equilibrio. Hombres semejantes, por no hablar de escritores, hoy día ya no existen. La mística, el culto a la sangre y a la violencia, a la oscuridad. al anhelo del pasado, al nacionalismo, se han apoderado del mundo. Estos tiempos serán recordados por su crueldad y esterilidad.“

 

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