Máscaras Femeninas, de Fumiko Enchi

 


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 ♫♫ ♫   Chinsagu No Hana - Ryuichi Sakamoto    ♫♫ ♫

 

Era una cara que parecía una máscara de teatro Noh, aunque la impresión que daba eran la de un mayor misterio que el de una máscara. Mieko también era humana, debía de sonreir y fruncir el ceño como los demás, pero él no recordaba haberle visto la menor expresividad. “


La verdad es que no suelo reseñar novelas con las que no he conectado demasiado, esto no tiene que significar que no carezcan de calidad, solo que al no haber conectado con ellas, no me siento con la capacidad de transmitir ciertos detalles con la objetividad con la que debiera. En este caso, Máscaras Femeninas es una novela que me ha resultado algo incómoda por la frialdad que despliega la autora, aunque pensándolo bien, esa frialdad pueda estar justificada porque monta la historia como si estuviera en una especie de obra teatral, o mejor dicho, una obra donde los personajes son marionetas que se mueven no por hilos invisibles, sino por hilos que son muy evidentes. El libro está seccionado en tres partes, cada una de ellas llevando el nombre de una máscara de Noh: La Ryo no onna (mujer espiritú), la Masugami (mujer frenética) y finalmente la Fukai (mujer de mediana edad). Cada una de de estas partes representará a una mujer de la historia, y quizás aquí esté la madre del cordero. Al mismo tiempo que estas máscaras parecen inexpresivas o unidimensionales, quizás muestren más de lo que parece dependiendo de que quién las lleve.


-Debo irme de aquí, madre. Cuanto más tiempo vivo contigo, tanto más me siento como una marioneta en tus manos, y tanto más me detesto a mí misma..."


Máscaras Femeninas es una novela muy corta con una trama que poco a poco se va revelando. Comienza con la conversación entre dos profesores, Ibuki Y Mikame, que se enuentran en un café de Kioto y a partir de la conversación sale a relucir el nombre de Yasuko, una mujer que acaba de quedarse viuda. Ambos están interesados en ella y no parece que se le dé la menor importancia al hecho de que Ibuki esté casado. Yasuko vive con su suegra, Mieko, una poeta y fundadora de una revista de poesía, que parece tener el control absoluto de la vida de su nuera, Yasuko. A partir de aquí, en una suerte de encuentros entre estos personajes, se desarrolla una trama en la que ambos hombres emprenden una especie de acercamiento hacia Yasuko, un acercamiento aparentemente inocente y sin embargo, pronto el lector irá percibiendo que quién maneja los hilos de esta historia son las mujeres. Son ellas quienes conducirán a Ibuki y Mikame hacia una especie de juego en la que son ellas, sobre todo Mieko, la mujer adulta de la historia, la que parece tener un plan marcado desde el inicio.


De alguna manera tus sentimientos parecen apoderarse de mí. Muchas veces he hecho cosas que no tienen el menor sentido, y siempre, en todas y cada una de las esas ocasiones, he tenido la sensación de que estabas detrás de mí, manipulándome como a una marioneta."


Como dije antes, quizás el acercamiento de Fumiko Enchi me parece frio y desapasionado pero estoy segura de que es una manera de que hacer un ejercicio paralelo a la aparente inexpresividad de las máscaras a las que se está aludiendo continuamente, y cuyas mujeres, Yasuko, Mieko y Harume, parecen portar continuamente, tanta es la manipulación que exuda esta historia. Máscaras Femeninas es sobre todo una historia de venganza, manipulación y castigo por un pasado no resuelto, donde la mayor parte de la trama se asienta en los diálogos, que desvelarán parte de la profundidad psicológica de sus personajes. Fumiko Enchi hace un análisis muy aséptico del amor totalmente alejado, quizás de la literatura más clásica y aquí es donde quizás podamos intuir a la autora moderna que es. Apenas hay descripciones y sin embargo, quizás lo que me ha resultado más interesante es como se muestran las diferentes identidades, cómo se ve a hombres y mujeres en un Japón ya cambiante. Aunque no haya conectado del todo sí que me ha parecido una novela interesante en cómo expone la manipulación que ejercemos sobre los demás.

La traducción es de Keiko Takahashi y Jordi Fibla.


Rememoró aquella noche de nieve en el antiguo salon de la casa de Toganoo y le pareció que la relación entre Mieko y Yasuko se caracterizaba por una humedad, una adherencia propias del reino animal. Le recordaba una telaraña."

 

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