El Día Antes De La Revolución (Cuento), de Ursula K. Le Guin
Las reflexiones de una anciana, Laia Aseio Odo, fundadora del odianismo (anarquismo imaginario), que una vez llegada a la vejez y a sus 72 años, se replantea momentos de su vida, su juventud, la creación de una idea y de como lleva toda una vida esperando la revolución. Y aunque Laia no sale en Los desposeídos (una novela que transcurre varias generaciones después de este relato), todo el universo de esa novela gira en torno a ese grupo de personas que se hacen llamar odonianos y por inri, en torno a Laia y su idea.
Y hay que ser única y nadar contracorriente para construir una historia como ésta en torno a una mujer de 72 años, morena de piel (negra quizás), compleja, curiosa y adelantada. Una mujer que lo ha sido todo a la hora de llevar a la práctica una idea, y que ahora aunque ya sea vieja, no por eso deja de desear y sentir como cualquier joven. Toda una vida luchando para darle vida a una idea, el odianismo, una mujer que lleva la revolución en la sangre. En Los desposeídos comprobaremos hasta que punto este mundo teórico imaginado por ella ha sido un éxito o no cuando el odianismo se convirtió en realidad.
"-¿Quién soy?- masculló Laia a su público invisible, que sabía responder a sus preguntas y le respondió al unísono.
Ella era la chica con las rodillas lastimadas, sentada sobre el umbral mirando en la niebla sucia y dorada de Vía de la Abundancia, bajo el sol de una tarde de verano; la nena de seis años, la chica de dieciseis, feroz, irascible, con la cabeza llena de sueños, indiferente, inalcanzable. Ella era ella misma".
Este relato ganó los premios Nebula en 1974 y Locus en 1975 y el cuento se puede encontrar en Las doce moradas del viento.
Y hay que ser única y nadar contracorriente para construir una historia como ésta en torno a una mujer de 72 años, morena de piel (negra quizás), compleja, curiosa y adelantada. Una mujer que lo ha sido todo a la hora de llevar a la práctica una idea, y que ahora aunque ya sea vieja, no por eso deja de desear y sentir como cualquier joven. Toda una vida luchando para darle vida a una idea, el odianismo, una mujer que lleva la revolución en la sangre. En Los desposeídos comprobaremos hasta que punto este mundo teórico imaginado por ella ha sido un éxito o no cuando el odianismo se convirtió en realidad.
"-¿Quién soy?- masculló Laia a su público invisible, que sabía responder a sus preguntas y le respondió al unísono.
Ella era la chica con las rodillas lastimadas, sentada sobre el umbral mirando en la niebla sucia y dorada de Vía de la Abundancia, bajo el sol de una tarde de verano; la nena de seis años, la chica de dieciseis, feroz, irascible, con la cabeza llena de sueños, indiferente, inalcanzable. Ella era ella misma".
Este relato ganó los premios Nebula en 1974 y Locus en 1975 y el cuento se puede encontrar en Las doce moradas del viento.
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