La Única. Maria Casares, de Anne Plantagenet

 



 

 ⭐⭐⭐⭐

 ♫♫ ♫    Forever, Röyksopp     ♫♫ ♫  

 

"María, tan apresurada, tan impaciente, María voluble, exuberante, colérica, está inmóvil, y calla. No puede huir hacia adelante como solía, ni ahogar en el exceso de trabajo su nostalgia y sus angustias. Esta ociosidad forzosa la obliga a una introspección que siempre ha evitado cuidadosamente, pues la sitúa frente a unos recuerdos lejanos que querría olvidar, de infancia, de España, y frente a decisiones urgentes."


No me considero nada mitómana y me interesan bien poco las biografias sobre la farándula cinematográfica, aunque hubo una excepción cuando leí Suite for Barbara Loden, de Nathalie Léger porque me interesa Barbara Loden, su vida, su trayectoria y porque su autora en su momento construyó un retrato de ella extrapolándolo del ámbito meramente personal y artistico reafirmando de alguna forma el hecho de que Barbara Loden o Wanda, su personaje, podría ser cualquiera de nosotras. Maria Casares por otra parte es una actriz por la que siempre he tenido una especial debilidad, y aunque ella no disfrutaba haciendo cine, su presencia en las películas que he visto suyas de Bresson, Cocteau y alguna otra, se salen del canón tipico tópico de las actrices de la época. Morena, bajita, con esa mirada entre timida y a la vez segura y aguda, esquiva, siempre revelando un misterio que iba más allá del personaje, la convierten para mí en una actriz diferente y fascinante. Y aunque en un principio era un poco escéptica en lo referente a esta biografia novelada por Anne Plantagenet, se me ha revelado una nueva Maria Casares, porque este libro va mucho más allá de lo que puede ser una biografía de una actriz. Evoca a una mujer que tuvo que salir de España con catorce años y que se afincó en Francia, y que nunca dejó de ser una exiliada y a mismo tiempo hace un retrato de la España de la época y de la Francia de posguerra. Un contexto interesantísmo en el que Maria Casares supo encontrar su lugar.


"Las estaciones son superiores a sus fuerzas. Arrastro conmigo una vieja nostalgia que grita cada vez más fuerte a medida que pasan los años y ella asiste, impotente, a mi destino de exiliada. Echar raíces, encontrar una patria y apegarme a ella hasta el final, ese es mi anhelo profundo; y también es aquello a lo que continuamente debo renunciar."


Las estaciones de tren sean quizá la metáfora de ese exilio en Maria Casares. Es interesante cómo plantea Anne Plantenget esta novela. Un primer capítulo Prólogo que termina precisamente en su separación ya definitiva de Albert Camus, con la muerte inesperada de éste. Y a continuación, el capítulo segundo es un retroceso en el tiempo y conocemos a Maria Victoria Casares Perez, conocida como Vitolina, que con catorce años, espera con su madre un tren que las lleve a Francia, huyendo de Franco. Es 1936, su padre es el político Santiago Casares Quiroga que habia sido ministro y jefe de Gobierno de la Segunda República Española, bajo la presidencia de Manuel Azaña. Esa estación de tren supuso ese momento de inflexión que la convirtió en una exiliada casi para siempre porque a partir de aquí toda su vida será esa espera del fin de Franco. Solo pudo volver a su patria cuando este fallecimiento se produce, décadas después.


"por entonces, cuando le preguntaban que quería hacer cuando fuera mayor, contestaba bailarina o cantora o plañidera, sintiendo que necesitaría un modo de expresar, de canalizar en una disciplina, su exaltación desenfrenada..."

[...]

"...declamando con voz vibrante una tirada de corrido, en español, embargada por la nostalgia, la culpabilidad y la vergüenza.
-Tiene hacer teatro, murmura uno de los comensales.
-Sí, tiene que actuar, si no se ahogará, susurra otro."


A partir de aquí y de su llegada a Francia Anne Plantagenet hace que recorramos el viaje de Maria Casares con ella, su llegada a París, la escolarización, el idioma, la salida de Paris de nuevo y con sus padres cuando los nazis la ocupan, y como llega el teatro a su vida, su auténtica pasión. Un continuo esfuerzo de María para convertirse en francesa, erradicar su acento gallego, español y entrar en la escena intelectual. Se enfrenta a los textos teatrales más complejos y triunfa. Los recuerdos de España y sobre todo de Galicia están continuamente presentes, pero al mismot tiempo se hace cada vez más francesa...


"Le reprochan su estilo exagerado, pasado de moda, se burlan de su trémolo fanático. Española tenía que ser.: borrascosa, ardiente, macabra. Del norte, del oceáno, de Galicia. Nada que ver. Nació en La Coruña, en español, A Coruña en gallego, tan dulce. Tan repulsivo en francés, Corogne, que suena como carogne o charogne (mala mujer, carroña)."


En 1944 conoce a Albert Camus, será el hombre más importante de su vida, junto a su padre. Una relación tormentosa y al mismo tiempo equilibrada hasta la muerte inesperada de Camus. Ambos tenían una vida completamente plena en sus respectivas actividades laborales, la artistica y la intelectual y sin embargo y aunque Albert Camus estaba casado, consiguieron establecer una especie de códigos personales e íntimos que aunó en su relación el amor y la amistad, que solo separó la muerte de uno de ellos. Reencuentros, separaciones, celos, reconciliaciones, distancia solventada a través de miles de cartas, un contacto que solo se vió interrumpido durante un momento dado entre 1945 y 1948, para ser retomado ya 1948 con todas las consecuencias.


"pero tengo que reconocerlo, es una felicidad algo difusa, algo abstracta, y la abstracción nunca ha saciado a ninguna mujer, o al menos a mí no. (María Casares a Albert Camus)


"Pero también pasa esto otro, que estoy en una crisis y rodeado de dudas que hacía años que no tenía. Me parece natural recurrir a ti y no me avergüenzo de ello. (Albert Camus a María Casares)


"Cientos de cartas, una correspondencia de más de mil páginas. Un hombre, una mujer que se han reconocido y elegido, que se han jurado respeto, lealtad, pese a las peleas del principio, las discusiones, las dudas, los largos y sucesivos períodos de separaciones, profesionales, familiares, conyugales, las renuncias, las tentaciones exteriores, impulsos, antojos, atracciones, verdaderos flechazos, enredos paralelos." 

 

El título de esta novela “La Única. Maria Casares”, fantástico y acertadísimo, proviene precisamente de un momento de las cartas de Albert Camus a María ("Los vulgares hablan la única permanece." (Albert Camus a María Casares, 18 de junio de 1957) y realmente está muy bien elegido porque esta novela está casi enteramente basada en la "Correspondencia Albert Camus-Maria Casares" publicada por Gallimard en 2017 y en la autobiografia de Maria Casares “Residente Privilegiada”. Es una novela sazonada casi completamente de las citas de las cartas y de esta autobiografía, que aparecen siempre en cursiva; el estilo de Anne Plantagenet que con frases cortas y conmovedoras en muchos momentos se fusiona con citas continuas de estas más de miles de cartas que intercambiaron Camus y María, convierten esta lectura en una delicia. La forma en la que esta autora retrata a esta adolescente exiliada que se tiene que ajustar a un nuevo país, en pleno trauma histórico que estaba viviendo España es muy conmovedora porque logra transmitir esta emoción en torno a Maria Casares, una mujer imbatible y frágil al mismo tiempo, marcada siempre por el exilio.


"¿Cuánto tiempo va a mantener, puede mantener, este ritmo, pasando de una escena a otra, de un empleo a otro, que quizá no estén a su alcance, o a su medida, corriendo de aquí para allá, cambiando de ropa, de ambiente, virgen para unos, ardiente para otros, extranjera para todos??"



He disfrutado muchísimo de esta novela publicada por Alba Editorial y a raíz de ella me he sumergido en la correspondencia entre Maria Casares y Albert Camus, que me parece un complemento perfecto para este libro. Maria Casares es una figura todavía muy olvidada en España y aunque ella se nacionalizó en Francia y los franceses casi que la hicieron suya, me ha conmovido escucharla, en una entrevista de 1981 cuando estuvo en España, y que después de todos estos años todavía seguía conservando ese acento gallego.  Cómo ella cuenta en esta entrevista, hubo épocas en su vida que ya no recuerda, pero de su época hasta los catorce años en España, lo recordaba todo. La conocía por por sus películas, pero ahora siento que Maria Casares (al igual que en su momento Barbara Loden), está mucho más cerca porque también fue muchas mujeres en una:  valiente y vulnerable, pero sobre todo tal como la definió Camus, única.


"No sucumbir. Resistir la tentación. Entre dos tomas, María lee La Peste, regalo de Gérard, reconociendo cada palabra de su autor, su voz familiar e íntima, y el recuerdo de Albert, nunca lejano, se suma a su naufragio interior."

 

 

 Les Dames du bois de Boulogne, 1945, Robert Bresson

 

 


 









 

 

 

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