Tierra Salvaje, de Robert Olmstead
⭐⭐⭐
♫♫ ♫ All or None, Pearl Jam ♫♫ ♫
“Qué pais tan rico y fecundo, cómo olía a tierra y a estiércol, a descomposición y retorno, cálido lleno de vapor y hediondo; los miles y miles de años de pasto y abono y nacimiento y muerte en aquellas llanuras generativas. La tierra, el agua, el mismo aire generando vida, sosteniendo la vida y volviendo a la tierra, como solía ser en la antigüedad.”
Tierra Salvaje es una novela histórica o del oeste ubicada en la época en la que este oeste americano era todavía un lugar medio salvaje pero de enorme belleza donde los recursos naturales abundaban, aunque la intrusión del hombre blanco había comenzado ya a hacer estragos entre los nativos indios y los bisontes. El escenario en el que comienza esta novela es la Kansas de 1873 y el argumento se podría decir que es uno de los tópicos más usados en el género del oeste: una mujer sola, en una época en la que poco que menos se la podía considerar el reposo del vaquero, se tiene que enfrentar al derrumbe de su seguro mundo. Elizabeth Coughlin se queda viuda justo cuando su marido está endeudado hasta las cejas y están a punto de perder el rancho. Su enigmático cuñado, Michael, que hasta ahora había vagado perdido por el mundo, el hermano menor de su marido, acude en su ayuda, consigue salvar la deuda aunque esto no es suficiente para que ella pueda volver a reconstruir y mantener su nivel de vida anterior, así que se le ocurre una misión peligrosa y temeraria, sobre todo viniendo de una mujer: cruzar más allá de la llamada "línea muerta" que demarca el territorio indio de su estado natal de Kansas aprovechando que los comanches están aposentados en sus cuarteles de invierno, y emprender la cacería de los bisontes, que era un plan que había tenido su marido antes de morir. Será un tiempo fugaz ya que deberán completar esta misión antes de que los indios vuelvan a su territorio.
“-No es usted la mujer que yo pensaba.
- Tal vez no, -dijo ella. Tal vez antes no era nada y ahora soy algo.”
A partir de aquí Robert Olmstead construye una historia solvente y entretenida sazonada de momentos tanto épicos como más intimos trazando el perfil de los muchos personajes que emprenden esta expedición acompañando a Elizabeth y a Michael. Una caravana cuyo objetivo es el de la supervivencia económica en una época en la que había que abrir nuevos caminos y sobrevivir a cualquier costa. Esta cacería de bisontes es un hecho histórico que los llevó al borde la extinción así que cuando llegado el momento, la narración se detiene precisamente en esta matanza, se vuelve especialmente gráfica sin ahorrar detalles al respecto como cuando cuenta cómo Michael tenía que abatir todos los días en torno a 200 bisontes para ser a continuación, desollados, descuartizados y preparados para el negocio. A nuestros ojos de hoy en día nos puede parecer especialmente duro, pero Robert Olmstead intenta proporcionar la perspectiva de la época en la que lo primordial era buscar un medio de subsistencia. Sin embargo y así y todo, eché de menos un poco más de profundidad por parte de Olmstead a la hora de abordar un tema tan fundamental en la historia del oeste americano, que fue la del exterminio del bisonte americano.
“Al sexto día, desde la loma baja contempló su reino de muerte. Era un lugar barrido por el viento solitario. Los cuervos, los lobos, los coyotes, los desolladores, los carniceros.. todos espeaban como paralizados y tenían que recobrarse del sonido de los rifles. El resto de la manada, pastando y rumiando, se dirigía al oeste, las sombras de las nubes adelantándose lentamente.”
Es
cierto que Michael Coughlin, que es un personaje atormentado, un tópico, y hay
momentos en los que aparece totalmente hundido tras contribuir a este
exterminio, también es cierto que es un personaje que viene de un
pasado de pérdidas y de vagabundeo por el mundo y Olmstead pasa de
puntillas por el hecho de que sus dos personajes protagonistas,
tanto Michael como Elizabeth, cuestionen en ningún momento este
genocidio. Es
coherente pensar que por la
época que vivieron, no les tocaba preocuparse por exterminar, y sí
por sobrevivir, pero hasta cierto punto, ya digo que Olmstead casi en
ningún momento profundiza en este exterminio.
"¿Cómo pueden ser los días tan breves y aún así interminables, inmensos, monótonos al mismo tiempo? ¿Cómo voy a poder otra vez liderar a hombres buenos? No tengo ningún sueño de volver."
En Tierra Salvaje parece a veces una novela coral por la cantidad de personajes que personifican algunas de las esferas sociales, venidas a menos en una época en la que el viejo oeste ya no era el mismo: algunos personajes ex combatientes de guerra, pistoleros, vagabundos, algún chico huérfano acogido por la caravana de Elizabeth, esclavos huidos, todo un ecosistema de personajes que durante un momento dado toman refugio en esta cacería de bisontes en un intento por encontrar su lugar en un mundo caótico. La violencia que surge casi más entre ellos que la que proviene de la naturaleza más salvaje es otro punto que toca Olmstead aunque cuando surge alguna escena violenta, Olmstead no se detiene demasiado y normalmente pasa de puntillas como si por ser una novela del oeste tuviera que pasar por ciertos momentos, pero no ahonda. Bien escrita, y transparente y sin embargo, terminé la novela con la sensación de que el autor no profundiza en ningún momento en el cliché del vaquero atormentado y de pocas palabras, y la viuda a la larga necesitada de protección, que realmente no es lo que parecía que nos estaba vendiendo en un principio con este personaje femenino. Me ha dejado un sabor agridulce quizás por esta plantilla de personajes por las que pasó superficialmente como si fueran tópicos, y sin embargo, no ahondó lo suficientemente como para que tuvieran un alma.
La traducción es de José Luís Piquero.
"A estas alturas, Michael había empezado a soñar con bisontes. Al principio no había ningún bisonte y todo estaba envuelto en la oscuridad, pero luego soplaba un viento rugiente, extraño y vacío, y una roca se partía y los bisontes salían de la boca de esa cueva. Venían entre bramidos y resoplidos, pisoteando y chapoteando en dirección a los extensos pastos ondulados.Había miles y miles."
Comentarios
Publicar un comentario