Un verdor terrible, de Benjamin Labatut

 



 ⭐⭐⭐⭐

 ♫♫♫ The Journey, not the destination - Max Richter   ♫♫♫

 

 

Mira la mecánica cuántica, por ejemplo. Sabemos cómo usarla, funciona por una suerte de milagro, y sin embargo no hay un alma en este planeta, nadie vivo o muerto, que realmente la entienda. La mente no puede lidiar con sus paradojas y contradicciones. Es como si la teoría hubiera caído a la Tierra al igual que un monolito proveniente del espacio, y nosotros sencillamente gateamos a su alrededor como simios, jugando con ella, lanzándole piedras y palos sin ninguna comprensión verdadera.”


Benjamin Labatut tiene una rara habilidad para conectar hablando de temas díficiles, y conecta hablando de ciencia, de física y sobre todo de matemáticas, y que me haya matenido enganchada a mí, que siempre me he intentado mantener bien lejos de estas asignaturas, me parece un auténtico milagro. Es cierto que la fórmula no es nueva, por lo menos no ha inventado ningún género nuevo pero sí que se puede decir que en esta conexión que consigue establecer con el lector está la madre del cordero, la auténtica esencia de esta obra: su lenguaje medio poético, claro y directo se ensambla perfectamente con nuestra percepción de sentimos un poco perdidos ante estos grandes temas. Tal como el mismo Labatut cuenta en la parte final del libro, él mismo describe su obra como una obra de ficción basada en hechos reales, una obra que podría considerarse una novela si nos distanciamos y la analizamos con perspectiva o sencillamente como una colección de cuentos, cinco en total. Es cierto que otras veces cuando he leído alguna obra parecida en la que se mezcla ficción con datos reales, siempre acabo buscando en google, pero en esta ocasión no ha sido así porque me bastaba con los datos que me proporcionaba Labatut, al fin y al cabo las matemáticas y la física me resultan incomprensibles ¿así que para qué investigar? y porque me bastaba con saber que los personajes de los que hablaba Labatut eran absolutamente reales.


...pero él insistía en que todo aquello, sin importar cuán doloroso había sido era algo secundario al lado de la súbita constatación de que eran las matemáticas, y no las bombas atómicas, los computadores, la guerra biólogica o el apocalipsis del clima, las que estaban cambiando nuestro mundo a tal punto de que en tal solo un par de décadas, a lo sumo, sencillamente no seremos capaces de entender qué significa ser humano."


Un verdor terrible” está dividida en cinco partes desconectadas unas de otras pero conectadas en el fluir de la idea general, y la primera historia, “Azul de Prusia” me hechizó desde un primer momento porque es un ensayo introductorio que me recordó muchísimo a Sebald por ese fluir de la prosa que te lleva en volandas. En Azul de Prusia, Labatut narra las conexiones entre un tinte, el azul de Prusia, al que se compara con el color del cielo, y cómo evoluciona hasta convertirse en un subproducto letal, el gas que se usaría en los campos de exterminio nazis. En este segmento, totalmente verídico y real, la forma en que Labatut va enlazando la evolución de este descubrimiento del color del cielo hasta que se convierte en un elemento de destrucción masiva, ya está asentando la idea general de un texto que subyuga por la facilidad con la que Labatut consigue transmitir un mensaje tan arrollador e impactante. Sabíamos muchos de estos datos monstruosos pero difícilmente se nos había contado con esta claridad poética.


" - Reina un silencio absoluto. Todo se vuelve insignificante e irreal. Me siento completamente ingrávido, como si volará por encima de mi avión-, escribió un piloto de la Luftwaffe años después, como si estuviera recordando el arrebato silencioso de una visión beatífica en vez de los días de perro de la guerra."


En los tres segmentos siguientes Labatut se embarca en contarnos la vida de brillantes cientificos de los siglos XIX y XX, el dato histórico está en ellos y en sus descubrimientos pero aquí ya entra la ficción inventando y creando atmósferas, conversaciones y momentos muy atmosféricos convirtiendo algunas escenas en instantes que se quedan ya impresos en la memoria. Labatut sumerge a matemáticos y físicos como Heisenberg, Schrödinger o Gothendieck en escenas inventando los momentos en los que dieron con ciertos descubrimientos que cambiaron la percepción de la ciencia. Es cierto que es un tema que parece dificil y realmente lo es, sobre todo cuando Labatut se embarca en explicar algunas teorías fisicas y matemáticas, pero también es verdad que la forma en que describe ciertos hechos imbuyéndolos de momentos cotidianos, nos hace conectar. A través de Labatut entendí la dificultad con la que se enfrentaron estos hombres y por qué algunos perdieron la cabeza en el intento; porque estamos acostumbrados a entender lo que vemos y podemos tocar, lo que nos resulta evidente, pero Labatut nos hace comprender que estos hombres estaban precisamente en medio entre lo concreto y la abstracción ¿cómo darle vida a lo que no se puede ver ni tocar, ni hay nada estable en lo que apoyarse?? La sensación de que la mente es el puente entre lo concreto y lo abstracto es quizás uno de los detalles que mejor consigue transmitir Labatut


"En la última carta que le envió a su mujer desde Rusia, escrita el mismo día que decidió compartir su hallazgo con Einstein, Karl se queja de que algo extraño ha empezado a crecer dentro de él: - No lo sé nombrar ni definir, pero posee una fuerza incontenible y oscurece todos mis pensamientos. Es un vacío sin forma ni dimensiones, una sombra que no puedo ver, pero que siento con toda mi alma.".


Benjamin Labatut expresa muy bien que el universo contiene datos que nuestra mente no puede llegar a entender, y sin embargo, hay un puñado de hombres que avanzaron en este entendimiento, y es a través de la ficción que va inventando en este viaje hacia el conocimiento, dónde conecta con el lector. La ficción es luminosa, y sin embargo, la realidad de hacía dónde condujeron estos avances, convirtió la vida de muchos de estos cientificos y al mundo en un puro infierno. Labatut, un autor a seguir desde ya.


En ella, Haber le confiesa que siente una culpa insoportable; pero no por el rol que jugó en la muerte de tantos seres humanos, directa o indirectamente, sino porque su método para extraer nitrógeno del aire había alterado de tal forma el equilibrio natural del planeta que él temía que el futuro de este mundo no pertenecería al ser humano sino a las plantas, ya que bastaria que la población mundial disminuyera a un nivel premoderno durante tan solo un par de décadas para que ellas fueran libres de crecer sin freno, aprovechando el exceso de nutrientes que la humanidad les había legado para esparcirse sobre a faz de la tierra hasta cubrirla por completo ahogando todas las formas de vida bajo un verdor terrible.

 

 

Comentarios

  1. Sabes que me encantan tus reseñas y que procuro leerlas todas , ésta no es la excepción, sobre todo porque este libro me pareció una gran estrella en el firmamento. Tus selecciones musicales coinciden con mis gustos y Max Richter es sensacional, pero yo relacionaría este libro con "Life on Mars" de Bowie o con el final de la sinfonía 1 de Mahler o con "The Great Gig in the Sky" de Pink Floyd. Seguiré leyendo tus reseñas y tus sugerencias musicales. Gracias!

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    1. Muchas gracias, Jorge, ¿las lees todas?? Algunas son un poco ladrillo :)
      A las selecciones musicales no les hagas mucho caso, algunas son muy subjetivas y casi no tienen mucho que ver con el libro sino más bien con la atmósfera. Y gracias por las sugerencias. Siéntete libre para comentar, sugerir y recomendar. Graciasss

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