Axiomático, de Maria Tumarkin

 


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"Cuando emigramos, yo era adolescente y nunca corrí el riesgo de repetir, de forma inconsciente o no, la vida de mis padres. El país que dejamos atrás se vino abajo poco después  el país en el que nos encontramos (Australia) no se parecía mucho a nada de lo que mis padres  hubieran conocido  o supieran imaginar. Muy probablemente, sin darse cuenta, me libraron de tener que hacer honor a la necesidad de supervivencia y autoafirmación de la familia  y las familias no se componen solo de los vivos, sino también de los muertos y de los que están aún por nacer."


Maria Tumarkin es una autora nacida en la antigua Unión Soviética, en lo que es ahora Ucrania, y cuando tenia tenía dieciséis años emigró con sus padres a Australia, destaco este detalle al principio de esta crónica porque pienso queda muy patente en su texto esta itinerancia, o este arrancar a un niño sobre todo ya adolescente con la edad que tenía Maria Tumarkin de sus raices para acabar al otro lado del mundo por circunstancias familiares, será una circunstancia, y hablo por experiencia, que marcará ya para siempre. Es una autora que me ha impresionado sobre todo por este hecho por cómo está marcado a fuego en  cada uno de los cinco ensayos de este libro, hable del tema del que hable, las raíces de Maria Tumarkin están continuamente presentes y el anticlimax que le supuso que sus padres construyeran un hogar en un país que estaba en las antipodas de Járkiv, la ciudad ucraniana de la que provenía, está sobre todo presente en el último de los ensayos “No puedes entrar dos veces al mismo río” en el que se detiene con una escritura muy poética en el dolor de ser arrancada de estas raíces. El dolor de la separación y el hecho de que no puedes volver atrás porque no hay vuelta atrás, ya no existe el lugar que abandonó aunque siga existiendo fisicamente pero la memoria lo va desfigurando. Quizás por esto también se le note la mirada crítica que aporta a un país como Australia dónde en algún punto hasta llega a comentar que aunque los acogió, siempre les recuerda que son forasteros. Por eso éste es un libro también que aborda el trauma desde diferentes aspectos y perspectivas, el dolor, el abandono de un hogar para construir otro ¿dónde? La emigración no es el tema principal de este libro, pero sí que está continuamente presente en forma de exilio, de huidas, de buscarse la vida desesperadamente en un lugar en medio de la nada, llegar sin nada y montarse una vida en un país que los acoge pero que no termina de hacerte encajar.


"- Al final, ¿crees que Australia es algo parecido a un hogar?

- No. No creo que en ningún sitio me vaya a sentir como en casa. No quiero sentirme así en ninguna parte. No quiero anclarme de ese modo. En Sydney te recuerdan que no eres de aquí. Y te digo que este no es mi hogar. Antes de que tú puedas decirlo, ya lo he anunciado yo."


Axiomático como su título ya puede sugerir no es una novela, sino que es un libro compuesto de cinco ensayos, cada uno de ellos titulado por un axioma familiar. El caso es que el primero de ellos “El tiempo lo cura todo” (o cura todas las heridas), viene a resultar un axioma que la autora pone en cuestión… ¿es cierto que el tiempo de verdad lo cura todo? Leyendo este capítulo me vino a la mente la última novela de Richard Flanagan, Question 7, en la que también este autor australiano aborda el dolor por traumas del pasado, y cuando Flanagan reflexiona en torno a la cita "Does time heal? Time does not always heal. Time scars." (¿El tiempo cura? El tiempo no siempre cura pero sí que cicatriza”), él tambien cuestiona si de verdad el tiempo termina curándolo todo. El pasado siempre estará ahi, como un clavo y sin embargo, Flanagan afirma que aunque el tiempo no cura, sí que cicatriza porque necesitamos sobrevivir. “El pasado infiltra, imbuye, infusiona; el pasado es invisible , es un gas, no es sólido, un producto químico sin olor ni color que nos corre por los pulmones, abre grietas en los espacios que hay entre las personas, en el aire que la cultura inspira y expira” expone aquí Maria Tumarkin y casi que podría compararlo a cuando Dasa Drndic decía lo mismo pero con un lenguaje más visceral en Trieste: "El pasado bebe la sangre de los vivos", asi que considero que Axiomático una vez terminado es una de estos textos necesarios que no suponen una experiencia cómoda para el lector pero al igual que ocurría en Trieste de Drndic o en Question 7 de Richard Flanagan, Tumarkin incide en el hecho de que hay que contar ciertas historias para que no queden en el olvido porque no hemos superado nada.


"Es posible que, tras ciertos tipos de experiencia, volver a sentirse a salvo no sea factible y lo mejor a lo que puedas aspirar sea a sentirte inaccesible. Oculta."


A Maria Tumarkin también la tengo que emparentar con todos escritores que no escriben en su lengua materna porque ella acabó adoptando el inglés como su lengua literaria, su segundo idioma, otra forma de emigración, la del lenguaje. Le da mucha importancia al lenguaje en el sentido de que usa las palabras como diques de contención en las vidas humanas, ayudando a soportar y redirigiendo estas vidas tan frágiles. Maria Tumarkin está conectando su propia experiencia de vida, autoficción, con la de otros seres que va rescatando, enlazando una historia tras otra para rebatir y reconfigurar ciertos axiomas: “Dame una niña menor de siete años y te daré una mujer”, “La historia se repite”, “Los que olvidan el pasado están condenados a reptirlo”… Maestros de escuela, estudiantes de instituto, exiliados judíos en una Australia a veces áspera, supervivientes de holocaustos y genocidios… y a través de ellos acaba hablando de los suicidios entre adolescentes, de la culpabilidad, del trauma, y tanto es el dolor en ocasiones que se convierten en temas tabú rodeados de silencio. "Nacer en el peor momento que se pueda imaginar, ¿con qué te deja eso? ¿Y qué me dices de sobrevivir después de eso?" Maria Tumarkin rescata estas experiencias algunas dolorosas, otras con sentido del humor, ironía y en muchos momentos con enorme sabiduría por cómo expone ciertos temas, y por cómo y sobre todo, los enlaza con el presente. La escritura de Maria Tumarkin es enolvente, cautiva porque se le nota el alma en ella. "Se dice que el suicidio entre aborígenes es profundamente existencial. Está cargado de significado. Puede ser una manera de pedir el respeto que no se recibe a diario o de reivindicar la autonomía en una vida marcada por la impotencia. La motivación puede ser la pérdida de la cultura, un vacío interior. En segundo plano: la mano dura del racismo, de la alienación." La forma en que aborda las historias, sobre todo algunas en la Polonia de la Segunda Guerra Mundial, como por ejemplo, la de la niña judía escondida con su madre durante un largo tiempo en un agujero, se convierten en una experiencia casi atmósferica por la conexión más tarde con el presente en Australia. Maria Tumarkin no ha resultado una autora cualquiera. Me he sentido muy identificada con muchos momentos porque  nos revela instantes de la vida cotidiana y nos recuerda que la vida es un cataclismo en momentos determinados. Su estilo mezcla análisis literario, filosofía, entrevistas, reflexiones personales, autoficción y poesía, y es poco usual comprobar que no es algo artificial resultado de una plantilla, sino que se convierte en un texto muy íntimo. No es fácil y sin embargo ella lo consigue. Una lectura vital tal como puede serlo Question 7, de Flanagan, o Trieste, de Drndic. Para mi son tres textos perfectamente relacionados y entrelazados. Gracias una vez más a Minúscula Editorial por descubrirnos a autores como Maria Tumarkin.

La traducción es de Maia Figueroa Evans.


"No quiero darle demasiada importancia a mi libertad. Siempre ha sido parcial y provisional. Aún así, cuantos más años vivo, es decir, cuantas más trayectorias vitales de otras personas veo, más asombrosa me resulta esta libertad."

 

 

 

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