Madame Bovary, de Gustave Flaubert
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⭐⭐⭐⭐ “ Entonces, los apetitos de la carne, el deseo codicioso de dinero y la melancolía de la pasión, todo se confundió en un mismo sufrimiento, y, en vez de apartar de él el pensamiento, lo tenía cada vez más presente, exhortándose a sentir dolor y buscando por doquier ocasiones de sentirlo. Le irritaba un plato mal presentado, una puerta entornada; se dolía por el terciopelo del que carecía; por la dicha que le faltaba, por sus sueños, demasiado elevados; por su casa demasiado estrecha. Lo que le exasperaba era que Charles no parecía sospechar aquel suplicio. Que estuviera tan convencido de que la hacía feliz, le parecía un insulto estúpido, y que estuviera tan seguro, ingratitud. ¿Para quién era ella tan formal? ¿Acaso no era él el obstáculo para cualquier felicidad, la causa de todas las penas y algo así el hebijón puntiagudo de aquella correa compleja que la tenía sujeta por todos lados? ” Elegí este pasaje porque me parece un ejemplo perfecto de la insatisfacción crónica, e...