El Diario de Virginia Woolf, Vol.1 (1915-1919)

 



♫♫♫ Born and Die - AFAR  ♫♫♫

 

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“¿Cómo me gustaría que fuera mi diario? Un tejido suelto, pero no desaliñado, tan elástico que pueda albergar cualquier cosa que se me ocurra, solemne, ligera o hermosa. Me gustaría que se pareciera uno de esos hondos escritorios antiguos o a una bolsa grande en los que uno mete un montón de cachivaches sin revisar. Me gustaría volver al cabo de uno o dos años & encontrar que la colección se ha ordenado & refinado & fusionado ella sola, como hacen misteriosamente esos recipientes, que forman un molde, lo bastante transparente como para que reflejar la luz de nuestra vida, …”

(domingo, 20 de abril, 1919)



Nunca he llevado un diario aunque de alguna forma ahora puedo entender lo de agarrarse a uno por eso de la necesidad de volcar lo que una piensa o desahogarse aunque sea en el papel, aunque también tengo que decir que lo más parecido a un diario que he llevado en mi vida son estas crónicas librescas en las que pasado el tiempo me he dado cuenta de que vuelco lo que pienso más allá de los libros, o camuflada tras ellos. Escribo estas crónicas pero no vuelvo a ellas porque odio releerme pero de alguna forma tiene sentido porque en muchas de estas crónicas uso el libro casi como una excusa para extenderme más allá, dependiendo del estado de ánimo, o incluso relacionándolo con mi vida, así que vuelvo a Proust una y otra vez como en un bucle. Leí el año pasado el diario de Joyce Carol Oates y ella decía lo mismo, que nunca releía su diario, las impresiones se quedaban impresas tal cual, sin volver a ellas y sin releerse siquiera. Con Virginia Woolf pasa de una forma diferente porque aunque vaya soltando lo que piensa a una velocidad vertiginosa, ella misma confiesa en alguna entrada que le gusta la idea de volver pasado el tiempo y releerse y comprobar en qué persona se ha ido convirtiendo, y también de qué forma ha ido evolucionando su escritura. Virginia Woolf se releía precisamente para probarse a sí misma si su estilo había avanzado, o se había quedado estancado, o incluso porque el diario aunque sea algo muy personal, es la prueba más palpable del paso del tiempo. “Aquí sigo, pero debo dejarlo. Ay, sí, he disfrutado leyendo el diario de estos años pasados, & lo seguiré haciendo. Me divierte descubrir cómo se desarrolla una persona, casi con cara propia.”


Empecé a leer el primer volumen de mi diario & veo que acaba de llegar a su segundo aniversario. No creo que el primer volumen se deje leer tan bien como el último: una prueba de que cualquier escritura, incluso este garabateo improvisado, tiene una forma que se aprende. ¿Merece la pena seguir? El problema es que, cuando llevas un año o más escribiendo, eso mismo se convierte en una razón para continuar haciéndolo. Me pregunto por qué lo hago. En parte, creo, por esa vieja sensación mía del paso del tiempo.

(martes, 7 de octubre, 1919)


En un principio y al comenzar a releer este primer volumen de los cinco que componen sus diarios, tuve sentimientos encontrados. Me chocaba encontrarme con entradas aparentemente banales en torno a fiestas, paseos, cotilleos muchos y variados (la Woolf era una gran cotilla) y sobre todo analizar a sus amigos y conocidos, incluyendo el servicio. La primera entrada es de enero de 1915 cuando ya casada con Leonard Woolf,  decide registrar sus quehaceres y reflexiones. En esta primera etapa se detiene como ya digo en hechos aparentemente superficiales, y lo que yo iba buscando (y que encontré en los Diarios de la Oates), para nada lo empecé encontrando aquí porque confieso que no me interesaba mucho la vida de sus amigos del círculo de Bloomsbury o el hecho de que nunca acabara de entenderse con el servicio, o esa búsqueda obsesiva siempre por cambiar de casa o encontrar la casa perfecta. Si a esto lo sumamos que de fondo se estaba desarrollando la Primera Guerra Mundial a la que apenas le dedicaba alguna mención, solo de vez en cuando, salvo para referirse a algún amigo o hijo de un amigo de camino al frente o fallecido en él o algún bombardeo sobre Londres, la verdad es que me hizo empezar la lectura distanciada de estos diarios porque hay además una vena un tanto snob en la que parecía que tanto ella como Leonard parecían estar viviendo en una burbuja alejada de la realidad de la calle: "R. tiende a considerarnos un grupo de zánganos inútiles  con talento (Junio 1918)”. El hecho de que apenas haga mención a la tragedia que se estaba desarrollando en Europa reconozco que me chocó, pero es cierto que un diario es algo muy único e igual y viéndolo ahora con la distancia, no es eso lo que interesara reflejar en estas reflexiones diarias. Usaba el diario casi como una práctica para relajar su estilo o incluso para evolucionar en torno a él, creo… “Y así, en el preciso momento en que destilo pensamientos y descripciones para esta página, tengo la desconcertante sensación de que la página desaparece; los pensamientos yacen desparramados por el suelo y, desde luego, es difícil volver a recogerlos. (jueves, 18 de abril, 1918).”


Pero lo que aquí viene al caso es mi creencia de que el hábito de escribir solo para mi misma es una buena práctica. Suelta las ataduras. No importan los fallos ni los tropezones. A la velocidad que voy, tengo que realizar disparos directos e instantáneos sobre mi objetivo, & así dar con las palabras, elegirlas & lanzarlas sin más pausa que la de mojar la pluma en la tinta. Creo que a lo largo del año pasado se percibe cierta mejora en mi escritura profesional, lo que atribujo a estos ratos informales del té. Además, aparece ante mi la sombra de la forma que un diario podría llegar a conseguir.”


Poco a poco fui relajándome a medida que avanzaba en el diario y fui comprendiendo que realmente la gracia de este primer volumen que va desde 1915 hasta 1919 es la de una mujer que está intentando encontrar su propia voz, y el diario es la herramienta para ello. Una voz que se intuye muy diferente ya al final en 1919 en la que hay entradas en las que va profundizando en sí misma, y en su escritura, aunque también le intuyo una especie de pudor a la hora de hablar de sí misma, de su obra o de hablar de sus emociones, que pocas veces aborda: "Hablamos del origen de mi actual melancolía. Me imagino que todo el mundo sufre esas mareas espirituales, solo Dios sabe por qué, aunque cuánto más lo piensa uno, más extraño le resulta su propio modo de funcionar. (martes, 3 de diciembre, 1918). Ella misma hace mención al hecho de que la segunda parte de este primer volumen es bastante diferente a la primera parte, así que es consciente de que poco a poco va encontrando esa voz, cada vez más segura e íntima.


"Puedo decir que me han despedido de The Times. Han pasado dos semanas desde mi despido & como resultado estoy escribiendo mi novela* a una velocidad asombrosa. Si continuo despedida, la terminaré dentro de uno o dos meses. Es un trabajo muy absorbente." (12 de marzo, 1918)

*La novela es "Noche y día".


Otro detalle que me llamó la atención fue el hecho de que apenas y durante la concepción de su segunda novela, Noche y Día, apenas se refiera a ella en su diario, por lo menos apenas hace mención a ella durante la concepción y creación, solo se refiere extensamente a, una vez acabada y enviada a los editores, su preocupación por el recibimiento y las futuras críticas. Tenía tanta curiosidad, que durante la lectura de este primer volumen, empecé Noche y dia, que es una novela en la que todavía no hay flujo de conciencia ni ese estilo tan característico e íntimo por el que luego la hemos conocido. Noche y día por ahora me está pareciendo una novela clásica y formal, muy ceñida a los cánones, pero como mi intención es ir leyendo cronológicamente la obra de Virginia Woolf a medida que me vaya sumergiendo en sus diarios, creo que me servirá para ir comprobando esa evolución de su estilo en el que sin duda, serán sus diarios el campo de pruebas. Entiendo que a lo largo de los años y de los siguientes volúmenes, su diario evolucionará al igual que lo irá haciendo su obra."¿Llegará el día en el que soporte leer mi propia obra impresa sin ruborizarme & sin sentir escalofríos & desear taparla?"(Marzo, 1919) No me interesan demasiado los datos en torno a sus amistades y los cotilleos e incluso nunca leo los prólogos antes de un libro, pero en este caso sí que me parece interesante leer la Introducción de Quentin Bell, su sobrino porque clarificará mucho sobre la familia de Virginia Stephen, que al casarse con Leonard se convirtió en Woolf. Resultan interesantes los datos en torno a la influencia de su familia y sobre todo de su hermana, Vanessa Bell.


"La vida se acumula a tal velocidad que no me da tiempo a escribir con igual rapidez el montón de reflexiones que provoca & que siempre anoto, a medida que aparecen, para poder insertarlas aquí."

(Miércoles, 19 de marzo, 1919)


Este diario que empieza el 1 de enero de 1915, se interrumpe bruscamente en febrero de ese mismo año, debido a una crisis nerviosa que sufre Virginia y que la mantiene apartada y aislada al cuidado de su marido. "Hablamos sin parar; las cosas van fluyendo poco a poco; silencios  repentinos & arrebatos; divina satisfacción de sentirnos otra vez en armonía." Lo reinicia en 1917, y ya sus entradas parecen diferentes porque a partir de aquí aunque se sigue deteniendo en el clima, en los paseos, en sus reseñas literarias para The Times y en su vida social, de alguna forma a partir de 1917 las entradas han cambiado algo, son más reflexivas, las frases más cortas, como la de una mujer que estuviera descubriéndose a sí misma, y poco a poco.

La traducción es de Olivia de Miguel


"Hemos dado el primer paseo desde hace muchos días. Día húmedo, ligeramente brumoso. Las campanas tocan a muerto cuando salimos & a boda cuando regresamos. Las calles flanqueadas por gente que espera su comida. Los aviones zumban invisibles. Una noche como de costumbre, felizmente solos, hundidos en papel hasta la rodilla."

(sábado,  2 de febrero, 1918)




 

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