Milkman, de Anna Burns





⭐⭐⭐⭐⭐

Lo que más me cuesta es escribir reseñas de libros que me han gustado mucho porque me siento tan desbordada por toda la cantidad de emociones que me han hecho sentir que realmente no sé nunca por donde empezar.

¿De qué va Milkman?? Esencialmente de una chica de apenas 18 años que vive en un lugar Sin Nombre, pero realmente nos llegan retazos de que podría ser Irlanda del Norte en la confusa época de los 70. En este ambiente irrespirable y claustrofóbico, repleto de connotaciones políticas, bombas y nacionalismo salvaje, nuestra protagonista se ve acosada por un tipo mucho mayor que ella, que convierte su vida en una especie de pesadilla distópica.

A los 18 años yo no acababa de comprender todo lo que constituia un comportamiento invasivo (...) no sabía que tenía derecho a sentir aversión, a no soportar a cualquiera y a todo lo que se me acercase".
(...)
"La cuestión era que no me había puesto un dedo encima. La última vez ni siquiera me había mirado. ¿En qué me basaba yo para denunciar que ese hombre estaba metiéndose donde yo no lo quería? Todo tenía que ser físico, tenía que ser razonable a nivel del intelecto para ser comprensible ".
(...)
"Se había infiltrado en mi psique y estaba claro que los tres primeros encuentros no habían sido tan casuales como yo me empeñaba en creer. Ahora aparecía, me paraba, me interceptaba o me alcanzaba por la calle, todo como si fuera lo más normal. Me resultaba injusto."


No conocemos en ningún momento el nombre de la protagonista, la narradora siempre presente, solo sabemos que es la “la hermana mediana”, del mismo modo que tampoco se dice el nombre de nadie en esta historia porque todos los personajes responden a un apelativo: el primer cuñado, mis compañeras de beber, el amigo de toda la vida, el medio novio, las hermanas pequeñas, la amiga de siempre desde primaria, fulano de tal, etc, algunos de ellos maravillosos en su denominación. Estos detalles de que el lector en ningún momento sepa el nombre de los personajes ni del lugar donde vive, crea una especie de atmósfera distópica y casi onirica, es todo muy real y sin embargo hay momentos que pueden parecer un cuento que transcurre en una sociedad que no es de este mundo, pero sí es de este mundo, todo lo que se cuenta es real y totalmente auténtico.

Es cierto que Milkman es la historia de un acoso (y además que bien contado está este acoso), pero esta novela es algo más, porque bajo la que parece la trama principal, se esconde toda una reflexión de una época, que podría ser también la que vivimos ahora mismo: no es únicamente Milkman quien acosa, sino toda una sociedad, todo un entorno cerrado y claustrofóbico que a base lanzar falsos rumores y manipulación de la información consigue que la protagonista se sienta completamente indefensa ante el poder de la murmuración y la de los falsos rumores creados en torno a ella. Es realmente agobiante ver como progresa la novela poco a poco en torno a la protagonista; nadie la cree ya que las apariencias, el manto de poder que el acosador ha sembrado en torno a ella es todo lo que cuenta.

"Conociéndote, supongo que no has hecho nada; pero, a juzgar por los rumores, parece que lo has hecho todo".

Anna Burns ha creado una novela que a me ha parecido magistral, y quizás no seamos realmente conscientes de lo buena que es hasta que no pase el tiempo, es demasiado innovadora y adelantada en muchos aspectos como para que se sepa apreciar en su justa medida. Y no solo por lo que cuenta sino por como Anna Burns la aborda. Toda la novela es una larga reflexión desde la voz narrativa de la hermana mediana en un estilo mezcla de finísima ironia, humor y distancia. A algunos lectores les podrá chocar el estilo dónde algunos párrafos pueden ocupar varias páginas y donde los pocos diálogos están insertados en estos párrafos, y sin embargo a pesar de que este estilo pueda inquietar al lector, una vez que entras en él, te lleva en volandas hasta el final. El personaje de la hermana mediana me ha encandilado y desde ya bebo los vientos por Anna Burns. El trabajo de la traductora por otra parte, soberbio.

"Lees libros, libros enteros; escribes notas, consultas las notas a pie de página, subrayas los fragmentos como si estuvieras sentada a una mesa o algo, en un estudio intimo o algo, con las cortinas corridas, la lámpara encendida y un té delante mientras escribes ensayos, discursos. Es perturbador. Es una desviación. Llama la atención".

 

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