La Mano De La Buena Fortuna, de Goran Petrovic

 



 

 ⭐ ⭐⭐⭐⭐

 

♫♫ ♫  The Journey, not the destination (Max Richter)  ♫♫ ♫   


"Existen tres tipos de lectores según la clasificación del viejo quisquilloso de Goethe. El primero, que disfruta sin reflexionar. El tercero, que reflexiona sin disfrutar. y el intermedio, que reflexiona disfrutando y disfruta reflexionando, la clase que, en realidad, recrea una obra de arte..."


Siempre se ha dicho que la lectura es un acto solitario o se ha hablado hasta el infinito de la soledad del lector ¿pero es eso malo?? Yo diría que no, que todo lo contrario, en un mundo de estrés, de prisas, de presiones continuas del exterior, este momento tuyo con un libro puede ser quizás el único reducto para encontrarte contigo mismo, y una huida, no hacia adelante, sino hacia el interior. En el mundo de hoy en día esta soledad es cada vez menos posible ya que todos estamos interconectados con distracciones continuas, y sin embargo, ese acto íntimo de estar a solas con el texto es una experiencia que se convierte en un lujo, si somos capaces de despojarnos de las capas externas, en continua ebullición.


"-Kusmuk, cuando un libro llega a apasionarte particularmente, ¿tienes la sensación de no estar solo, de que además de tí hay otros semejantes, entusiastas, que por casualidad, por la ley de probabilidad, lo inician al mismo tiempo, en otra parte de la ciudad, en otra ciudad, tal vez, en otra parte del mundo?-"


Pero también podemos cambiar la perspectiva de este razonamiento, porque la necesidad a veces de comentar lo leído va más allá de esta soledad lectora, el hombre es sobre todo un ser social, ya lo dijo el filósofo, así que ¿con quién va a compartir este lector un detalle mínimo, o intímo que le ha llamado la atención en una lectura, si ha estado en completa soledad? Goran Petrovic le da un significado a esta disyuntiva y da forma a un concepto que me ha maravillado ("- Escríbeme lo que lees y a qué hora-, le susurró su madre.") : si varios lectores están leyendo el mismo libro a la vez, a la misma hora, no solo en lectura conjunta sino simultánea, en directo como diríamos ahora…, entonces se van a encontrar en el libro, van a compartir el escenario, y pueden llegar hasta a conocerse o seguir viéndose. Esta simbiosis entre libro/lector puede ser en soledad, pero la gracia está en que es un concepto que acaba con la soledad, si el lector así lo quiere, y puede seguir encontrándose con los otros lectores de ese libro. Quizás dosificando este libro para que no se acabe nunca, o citándose en próximas lecturas.


"Una multitud de distintas personas en ese mismo momento, pero en el otro extremo de Belgrado, en otra ciudad, incluso en la otra parte del mundo, leía el mismo libro. Y ese libro, y ese espacio, los unía a todos. Algunos eran capaces de reconocer a los demás lectores, pero otros eran incapaces de reconocerse a sí mismos."


Tengo que confesar que en un principio me costó entrar en esta novela; me mantuvo sobre todo interesada el estilo de Goran Petrovic, que te envuelve con la elección de las palabras, pero no conseguía conectar porque no entendía hacía donde me llevaba la historia, personajes que hablaban sobre libros, sí, sobre el pasado, sobre recuerdos, sí, pero… ¿cuál era el misterio hacia el que me conducía Petrovic? No fue hasta que no llegué hasta el capítulo 23 con la historia de Anastas Branica que no entré del todo, y entendí el concepto que me estaba revelando Goran Petrovic. La paciencia es una virtud y cómo me alegro de no haberlo abandonado porque se me reveló una novela con multitud de capas, de historias, de personajes interconectados por el presente y el pasado. Así que Goran Petrovic a través de esta novela le da vida al concepto de estar tan involucrado en lo que lees, que eres capaz de desaparecer en el libro y entrar fisicamente en ese otro mundo.


"Por eso, juntos decidieron irse citando cada semana en otro libro, cualquiera que pudiera tomar en dos ejemplares en la sala de lectura franco-serbia. En cada despedida se ponían de acuerdo sobre el nuevo espacio común, sobre el día y la hora de la lectura simultánea. Anastas por lo general no podía contener su impaciencia, por lo que madrugaba y se quedaba fijado varias horas en el párrafo a acordado, esperando..

[...]

"Anastas Branica iba posponiendo la terminación de su lectura conjunta. Porque cada vez más a menudo se preguntaba, ¿qué vendría después?:¿Adónde iría cuando ya no tuviese de qué escribirle? ¿Regresaría ella a las ordinarias novelas sentimentales? ¿Qué haría entonces? ¿Cómo sabría él donde estaba ella? ¿Dónde?"


La novela está dividida en varias secciones a las que titula Lecturas, cada una de ellas en varios capítulos, así que se podría decir que en cada Lectura se nos presenta un personaje, que nos llevará a relacionarlos a medida que avanza. Comienza en el presente, y va hacía atrás en el tiempo, aunque también es cierto que estas lineas temporales se van mezclando con diferentes historias. Estas Lecturas giran en torno a un mismo libro, Mi Legado, escrito por Anastas Branica. Cuando comienza la novela, en la linea temporal del presente, un joven estudiante, Adam Lozanych, es contratado para que corrrija un libro que se publicó hace mucho, Mi Legado. Adam tiene instrucciones de que vaya cambiando datos concretos del libro. Mi Legado es una novela extraña porque no tiene ni personajes ni acción solo descripciones de un palacete, de su jardin y del paisaje que rodea este palacete. Se puede decir que Adam es el hilo conductor ya que desde el momento en que Mi Legado llega a sus manos, quiere resolver el misterio que rodea a su escritor, Anastas Branica y a que escribiera un libro sin historia ni personajes. Cuando comienza a corregirlo, entra en el libro y se encuentra con alguna gente que lo está leyendo a la vez (- Son lectores. Qué otra cosa podrían ser. Probablemente son los últimos dueños de los ejemplares respectivos de este raro libro..."), personajes que conservan los pocos ejemplares que quedan y que iremos conociendo en las siguientes Lecturas….


"Aun si hubieran sido gemelas, no habría servido. Anastas Branica solo tenía ojos para Nathalie Houville, aunque jamás la había visto en la realidad. Sin embargo, a ella, a Natalia Dimitrijevic, no la notaba, aun cuando podía verse reflejado en sus ojos todos los días..."


En ese mismo presente, conoceremos a Jelena, una joven que llega a casa de Natalia Dimitrijevic, como dama de compañía. Natalia es un personaje clave en la historia y conviene no perderla de vista en ningún momento; a mi me ha fascinado el retrato que hace Goran Petrovic de este personaje femenino, la anciana que en su juventud fue testigo, y a la vez ayudó a que se escribiera Mi Legado, este extraño libro que tanto intriga a Adam… Cuando Jelena comienza a trabajar para la anciana Natalia, tiene órdenes concretas para que la ayude a no perder sus recuerdos y a fuerza de repetirle momentos de su vida, Jelena las va grabando en su memoria. Hasta que Natalia Dimitrijevic embarca a Jelena en la lectura de Mi Legado: ambas leen el libro a la vez y de esta forma, Natalia transporta a Jelena dentro del libro...


"Con la señora Natalia Dimitrijrvic iba aprendiendo que los personajes y tramas literarias no eran todo lo que se ofrecía a un lector verdadero, es decir, no eran lo más interesante."


Goran Petrovic crea una obra que se va transformando en multitud de capas y demuestra continuamente que si te involucras en un libro descubrirás capas ocultas, entre líneas, así que cuando llegamos al capítulo 23 y nos adentramos en la vida de Anastas Branica, el escritor de Mi Legado, esta novela alcanza su cénit. Conoceremos a Anastas desde pequeño, su amor por los libros, el trauma por la muerte de su padre que convierte a su madre en una melancólica crónica, que se ve obligada a casarse de nuevo, dándole al pequeño Anastas un padrastro, Slavoljub Velickovic. Que a su vez convierte su vida en un infierno y que sin embargo, los obliga a lecturas conjuntas para disciplinar al niño. Es en estas lecturas conjuntas donde su madre y Anastas se aislan y penetran en ese otro mundo, el de los libros, sin que el padrastro pueda participar. ("... pero eso volvia más dolorosas las puñaladas de celos que sentía Slavoljub Velickovic. Él le había ofrecido todo, y ella se entregaba más a un libro que a él.") Toda la sección en torno a Anastas Branica es una maravilla, y bien se hubiera merecido una novela aparte. No es hasta que Anastas Branica no conoce a Nathalie Houville con quien coincide en un libro que ambos están leyendo a la vez, y a quién nunca llegará a conocer, hasta que no descubrimos los orígenes del libro que escribiría más tarde, Mi Legado.


"Una pregunta asediaba a Anastas, ¿por que ella leía de ese modo, a la vez apasionado y distraído, como si poseyera de sobra el don de la lectura peculiar, pero lo usara únicamente para tratar, una y otra vez, de huir de la vida?"


Asi que la sección dedicada a Anastas Branica es reveladora, el momento en torno al cual gira toda la novela de Goran Petrovic, porque hasta ahora, las pistas, los simbolos, los recuerdos que nos habíamos ido encontrando y que eran un puzzle, se convierten en luz y se nos abre otra perspectiva. Anastas Branica ("-Se refugió en los libros y se descarrió, ya ni él mismo sabe dónde está."), por una parte, y Natalia Dimitrijevic, por otra, (“Toda ella estaba marcada por sus grandes ojos verdes, llenos de sosiego”) conforman el alma en torno a una novela que se va desplegando, sorprendiendo al lector una y otra vez.


"Así, prácticamente sin querer, Natalia Dimitrijevic se adentró en lo más íntimo y lo más secreto de la vida de Anastas Branica."


La mano de la buena fortuna” está repleta de detalles, simbolos, pistas, metáforas, que van desplegando un puzzle literario que va encajando las piezas a medida que avanzamos en la lectura y Goran Petrovic es un autor con un talento natural para jugar con las palabras, pero sobre todo para estimular al lector continuamente inventando nuevas capas, nuevos niveles narrativos inesperados para el lector. Hay muchos objetos, lugares, que se repiten continuamente y que a medida que vamos conociendo más y más de la historia, van adquiriendo significados nuevos…, la magia de las palabras. Por otra parte y como es una obra que se va narrando a través del tiempo, hay muchas alusiones históricas, las diferentes guerras, la metamorfosis de Europa a través del siglo XX, Serbia, la ex-Yugoslavia… todo este contexto histórico se va revelando como incidentes no centrales en la trama pero sí que el lector va siendo consciente a través de momentos concretos en los que alguien hace alguna alusión al respecto, y aunque sus personajes estén viviendo su obsesión a través de los libros y aparentemente no sean conscientes, el mundo sigue funcionando fuera de esta burbuja en la que viven los personajes de esta novela.


"Desde hacía tiempo había notado que las palabras de su lengua materna aumentaban en ella la tristeza, incluso le provocaban una sensación agobiante de pesadumbre, por lo que procuraba evitarlas en lo imposible."


No es un libro fácil con todas sus capas superpuestas a las que hay que ir desvelando a través de sus personajes, y ya digo que en un principio me costó entrar en él, pero hubo un momento durante la lectura, en que hubo un clic, y es como si Goran Petrovic me hubiera cogido del brazo y me hubiera lanzado dentro, (como cuando te lanzan a una piscina inesperadamente)… dentro de ese otro libro que estaban viviendo sus personajes.

La traducción es de Dubravka Suznjevic


"-Le dice al cartero que estará ausente unos días. Cancela la entrega de leche. Cubre los muebles con tela blanca. Hace su equipaje como si se fuera a un viaje transoceánico. Cierra la puerta con llave. Y entonces se sienta en la silla de mimbre y lee. Yo no sé que dirá usted pero a mí eso me parece sumamente, ¡sumamente sospechoso"
- ¡Se sienta y lee!
- Pero de todos modos, lee como si no estuviera aquí."

 

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