Mientras agonizo, de William Faulkner
⭐⭐⭐⭐
♫♫♫ It's Easier Now - Jason Molina ♫♫♫
"Por cierto que es dura la vida para las mujeres. Para algunas. Me acuerdo que mi madre llegó a los setenta y pico. Siempre atareada, lloviera o hiciese sol. Sin un día en cama desde que le nació el último crío. Hasta que, un buen día, hizo como si mirase a su alrededor, y entonces va y coge aquel camisón suyo, y fue y se lo puso y se echó en la cama y se tapó con el cobertor y cerró los ojos."
Uno de los detalles que más me llaman la atención cuando leo a Faulkner es la forma en que nos lanza a la piscina sin explicaciones, y siempre acabo teniendo la impresión de que es una especie de divertimento por su parte porque a medida que entramos en la historia, nos encontramos con que los personajes comienzan a actuar o establecer algún diálogo sin habernos predispuesto para ello. El lector puede tener la impresión en un principio de que se ha perdido algo en el camino, que no ha prestado la debida atención en algún párrafo y por eso a veces mientras lo leo pienso que Faulkner se divertía con esta fórmula narrativa en la que parecía que nos estaba poniendo a prueba comprobando hasta qué punto estaríamos dispuestos a involucrarnos en su historia. No ha habido una escena que haga alusión a un hecho concreto, no sabemos absolutamente nada de los personajes, ni quiénes son, ni qué parentesco puedan tener, simplemente los coloca y nos lanza a esta piscina casi sin fondo para que vayamos nadando hasta encontrar un agarradero. ¿Quiénes son Jewel, Cash, Vardaman, Darl, Anse, Dewey Dell, Whitfield, Peabody…y qué parentesco o relación tienen entre ellos?? En total 15 personajes que irrumpen en primera persona, repartiéndose los capítulos. No explican, no se andan por las ramas describiendo nada, y realmente explicaciones no tienen que dar porque están hablando en primera persona, así que no habrá nadie que nos prepare a la hora de situarnos.
"Cuando el niño nació, comprendí que la palabra maternidad ha tenido que ser inventada por alguien que por lo que fuera, la precisaba para el caso; y que los que de verdad han tenido hijos, nunca se les ha podido ocurrir preocuparse de si esa palabra existía o dejaba de existir.
Comprendí que la palabra miedo ha tenido que ser inventada por alguien que jamás lo ha pasado, y la palabra orgullo, por alguien que nunca lo ha sentido."
Es una fórmula habitual en Faulkner, el guardarse información o dejarnos con una escena incompleta, pero en ninguna otra novela la había sentido tan eficaz como en Mientras agonizo. Es un guirigay de voces, de diferentes voces que van narrando su perspectiva del panorama ante la muerte de la madre de la familia Burden, Addie. A medida que la novela va avanzando vamos uniendo las piezas del puzzle y estableciendo las relaciones familiares y del entorno de la recién fallecida. Addie había dejado instrucciones a su marido de que quería ser enterrada en Jefferson, así que antes de morir, agonizando, la misma Addie es testigo conforme a través de la ventana de cómo uno de sus hijos va construyendo un ataúd como puede. El resto de la novela será la odisea del viaje desde las montañas hasta llegar a Jefferson.
"Así que cuando Cora Tull vino a decirme que yo no era una madre como es debido, pensé que las palabras ascienden derechas como una tenue linea, ligera e inofensiva, mientras que los hechos se arrastran horriblemente pegados al suelo, de forma y manera que, al poco rato, no hay modo de pisar a un tiempo esas dos líneas."
"También él tenía una palabra. Amor, cómo solía decir. ¡Pero estaba yo tan harta de palabras! Yo bien sabía que era como todas las otras: ni más ni menos que un roto para un descosido.; que, llegada la hora de la verdad, de tan poco os sirve esa palabra como las demás, ya sean orgullo o miedo. Jamás necesitó Cash decirmela a mí, como yo tampoco tuve nunca que decírsela a él." Una de las voces en primera persona es la de la propia fallecida, Addie, mi favorita, en la que narra el tipo de matrimonio que tuvo, la pasividad del marido, la relación con sus hijos, todo muy esquematizado, muy elíptico pero así y todo, el lector irá viendo la luz en este entorno que es el condado de Yoknapatawpha, un escenario ficticio pero recurrente en las obras de Faulkner, que captura la atmósfera rural y empobrecida del sur de Estados Unidos durante la Gran Depresión, claustrofóbica y cerrada. De todas formas, no me he encontrado aquí con una narrativa especialmente densa sino que la dificultad radica como he dicho antes en situarnos en estos diferentes flujos de conciencia en los que la información está delimitada, así que en momentos en que hay acción como puede ser la riada o el incendio, o cuando Dewey Dell baja al sótano, la información es tan incompleta que el lector se debate entre lo que se imagina y la narración de Faulkner que deja la escenas a medias, para que la imaginemos, así que surgirá una especie de conflicto entre el lector y el texto porque nunca va a estar seguro de que lo que ha imaginado se ha llevado a cabo.
"-Tu no sabes lo que es sentir pena-digo.
Ni yo lo sé. No sé si la siento o no. Ni siquiera puedo sentirla. No sé si puedo o no llorar. No sé si he llegado alguna vez a sentirla. Solamente me imagino que soy una semilla silvestre y mojada, caída en la tierra ciega y ardorosa."
Mientras agonizo es una exploración de las relaciones familiares, sobre todo, de cómo nos enfrentamos a la muerte y especialmente, de nuestra consciencia ante nuestra propia mortalidad. En esta novela, hay muchos personajes pero solo hay uno que parece el más clarividente, el más cuerdo, el menos egoísta al enfrentarse a ciertos hechos familiares y a su identidad personal. Es una novela de dicotomías: nacimiento y muerte, la realidad frente a nuestro mundo interior, lo que se dice y/o lo que se piensa, cordura y locura: “Pero tampoco acabo de ver claro el que nadie se arrogue el derecho a determinar quién está y quién deja de estar loco. Viene a ser como si en cada hombre hubiera una personalidad más allá de la razón y de la locura, una personalidad que contemplase sus acciones sensatas y las insensatas con el mismo horror y la misma sorpresa.” Los personajes de Faulkner apenas comunican cómo se sienten y para eso está el lector para armar este puzzle, porque el monólogo interior sí que revela cómo se sienten aunque cuando se expresen casi solo lo hagan en monosílabos. La historia se va construyendo a medida que el lector va uniendo este puzzle de múltiples perspectivas y sin embargo, habrá mucho que Faulkner deje en la sombra, sin desvelar.
La traducción es de Mariano Antolin Rato
"¡Hay que ver cómo se desflecan nuestras vidas en la quietud, en el silencio; cómo se deshilachan esos gestos de hastío que, una y otra vez, vuelven a nosotros, con su tedio de siempre! Ecos de viejos acordes, que se dijera arrancados por unos brazos sin manos a unos instrumentos sin cuerdas. Al ponerse el sol adoptamos aptitudes furiosas, estos muertos de marionetas.
¡Ojalá pudiera desflecarse uno en el tiempo! Qué agradable sería deshacerse uno, como hilachas, en el tiempo”
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