Corrección, de Thomas Bernhard

 


 

 ⭐⭐⭐⭐⭐

 ♫♫♫ Try - The Soft Moon  ♫♫♫

 

"... porque si siempre había sido ya distinto de todo lo demás y de todos los demás, mediante la continua observación de todo lo demás y de todos los demás llegó, en grado aún más alto, a la lucidez necesaria para darse cuenta de que tenía que tomar una dirección distinta de la de los demás, seguir un camino distinto del de los demás, llevar una vida distinta de la de los demás..."



Thomas Bernhard..., cuando pienso en el terror que me producía embarcarme en alguna de sus novelas pienso también en lo importante que es la paciencia y ajustarte a ciertos autores dependiendo de tu evolución como lector, y me reitero como otras veces he dicho, en que hay autores que no hay prisa por querer conocer enseguida. Hace unos años no hubiera podido acabar esta novela agotadora pero fascinante a la vez, y que claramente me ha marcado; no hubiera tenido la paciencia suficiente pero ahora entiendo que muchas otras lecturas quizás me habían estado preparando para esta Corrección. Prácticamente me ha engullido desde el primer momento y me ha sumergido en una especie de experiencia muy atmosférica y de cadencias muy musicales. Va a ser difícil que consiga desprenderme de esta atmósfera sonámbula en la que me imaginaba perfectamente deambulando por el bosque de Kobernauss o plantada frente a la casa de los Höller al pie de la oscurísima garganta de Aurach, o incluso encerrada en esa buhardilla de los Höller. Es tan importante el entorno físico para Bernhard que a base de repeticiones está claro que consigue imprimir una especie de estado hipnótico en el lector.


"...porque sabido es que la oscuridad aquí, en el Aurach, en el valle del Aurach y, sobre todo, en la garganta del Aurach, es la mas intensa y, por tanto, la más oscura, y era significativo que Höller hubiera construido su casa precisamente aquí, en el lugar más oscuro de la oscuridad, en la garganta del Aurach, y que fuera aquí, en esta oscuridad oscurisima, donde Roithamer se había sentido mejor..."


Como voy a tientas, tanteando a Bernhard sin prisas, controlando los tiempos en los que me acerco a él dependiendo también de mi estado receptivo, imagino que esta atmósfera será algo ya habitual en él, porque ésta es solo la tercera novela que leo suya. En Helada, su primera novela, está ya ahí casi el mismo paisaje, la misma niebla oscura e impenetrable, que convierte a los personajes casi en fantasmas indefinidos entre el paisaje, sin embargo, aquí en Corrección a base de refinar su estilo, convierte toda la historia en una abstracción del estado mental del narrador. La buhardilla de los Höller, expresión mil veces repetida durante la primera parte de la novela, y aunque es un sitio físico, un ático, refugio donde repensar las ideas, es ante todo el centro neurálgico de un estado mental. Höller, es el  apellido de la familia de la novela, pero además el término bucea en las connotaciones de infierno (Hölle, en alemán, höllerisch, infernal) y cueva (Höhle, en alemán). Es cierto que estas connotaciones se pueden perder en la traducción pero así y todo, está todo ahí para que pueda ser captado por el lector.


"...pensar y escribir lo que no le había sido posible pensar y escribir en Inglaterra ni en Altensam, aquí pude leer por primera vez, con conciencia clara y sin ser molestado, Las Afinidades Electivas y El Viaje Sentimental, aquí, en la buhardilla de los Höller, tuve acceso de pronto a las ideas que, durante todo el decenio anterior a la buhardilla, me habían estado vedadas...”


Tras el suicidio de su amigo Roithamer, el narrador sin nombre llega a casa de su amigo, el taxidermista Höller, para hacerse cargo de los manuscritos que ha dejado Roithamer. En la buhardilla de Höller, Roithamer había permanecido seis largos años entregado a la misión obsesiva de planear y construir, en el mismo centro del bosque de Kobernauss, un Cono, un edificio en homenaje a su hermana, y aunque realmente era un edificio para establecer una residencia para una hermana que adoraba, realmente nunca le preguntó a ella, si querría vivir alli…, El Cono que pretende ser un edificio que desafíe todas las reglas de la construcción tradicional tenía como objetivo principal ser la casa de su hermana y convertir la experiencia en la felicidad suprema yo diría más para él que para ella, una obsesión rara y extraña la que sentía Roithamer por esta hermana suya que estaba en las antipodas del odio acérrimo que sentía por el resto de su familia…, compulsión, obsesión, fragmentación....


"En el momento oportuno tenemos que levantarnos de esas reuniones sociales, circunstancias y situaciones e irnos, como es natural, a un estar solos bastante largo, largo, siempre infinito. Es cotidiano ese levantarse e irse, el dejar siempre una reunión social que nos repugna. Pero, como consecuencia de nuestro marcharnos, nos declaran locos."


Esta primera parte está narrada por el amigo anónimo a su llegada a casa de los Höller y sin embargo, es tanta la admiración del narrador por Roithamer, que realmente su narración se camufla y hay momentos en que nos parece que quién esté realmente narrando es el mismo Roithamer. Es una pauta que se repite en las tres novelas que he leido de Bernhard, la amistad entre dos hombres, más que amistad/adoración admiración, en la que uno está hechizado por el otro y en Helada, su primera novela, era algo ya muy palpable: "Porque estoy totalmente bajo la influencia del pintor, tengo que ir con él, y no es que tenga que ir, es que no puedo hacer otra cosa que ir con él. A veces estoy solo." Lo que le ocurría al narrador de Helada, también le ocurre al narrador de esta Corrección, solo que cuando comienza la novela, el amigo se ha suicidado, y lo conoceremos a través del relato del narrador anónimo. Este narrador está obsesionado con Roithamer y le angustia la posible publicación póstuma de los artículos que ha dejado Roithamer, especialmente su estudio de Altensam, que fue el hogar de su infancia y un lugar que detestaba como una especie de metáfora al odio que sentía por Austria. Roithamer no podía vivir en Altensam así que se refugiaba en Cambridge, sin embargo una fuerza superior le hacía volver una y otra vez a Austría, hasta que se acaba refugiando en la casa de los Höller para construir el Cono.


"porque siempre he sentido Altensam como la cárcel de mi infancia, no fue para mi otra cosa, los días hermosos que pude pasar en Altensam se cuentan con los dedos de una mano, comparable a un preso que cumple condena por un crimen que no comprende y que tampoco recuerda en absoluto haber cometido, así pues, en la cárcel, como tengo que llamar a Altensam, tuve que pasar mi infancia en la cárcel de Altensam."


En la segunda parte de la novela titulada “Examinar y ordenar” la novela adquiere un tono diferente porque consiste en un texto del propio Roithamer sobre sus experiencias y donde parece que se quiera centrar sobre todo en lo que odió su infancia en Altensam centrado en las relaciones disfuncionales con su familia, de la que únicamente salvaba a su hermana. Es un texto lleno de correcciones y de aquí el titulo de la novela, y donde podemos percibir la mente contradictoria de Roithamer, entre la locura y la lógica más absoluta. Un texto en el que nos hablará no solo de su familia sino de la obsesión que le llevó a idear la construcción del Cono.


"Durante la construcción del Cono, conocí a todas las personas imaginables, jamás había conocido a tantas personas y trabajé con todas esas personas y fui feliz con esas personas, pero nunca estuve tan solo como con todas esas y entre todas esas personas. Con mi idea completamente solo."


Mientras que en la primera parte de la novela el narrador anónimo encerrado en la buhardilla, se empapa de los escritos de Roithamer y explora la mente caótica de su amigo, en la segunda parte, es Roithamer quien habla a través de su texto, sin embargo, llegado un punto los dos puntos de vista casi se convierten en una especie de simbiosis y no llegamos a estar seguros del todo de si este narrador anónimo sea un testigo confiable, porque entendemos que está perdiendo el control y la perspectiva casi camuflándose en la mente de su amigo Roithamer: 

 

 "Todavía lo oigo cómo dice, precipitándome instantáneamente en el trabajo me salvaré de esa infelicidad suprema, dijo esa frase textualmente, creo que es la última frase que me dijo..."


Quizá lo más interesante entre la primera y la segunda parte de Corrección, no esté solo en los dos diferentes puntos de vista, que al final se acaban aunando, sino en las diferencias de estilo. En la primera parte tenemos el estilo de Bernhard llevado hasta sus últimas consecuencias, con frases interminables entre las que lector querrá encontrar un punto final en alguna parte para sentirse seguro, y que sin embargo, Bernhard extenderá como en un bucle interminable o como una serpiente que nunca termine de arrastrarse por recovecos. Es un estilo fascinante por la cadencia pero al mismo tiempo puede resultar agotador porque el lector se puede sentir inseguro, el secreto está en dejarse llevar porque además hay una buena carga de humor negrísimo camuflado en este serpenteo de las frases.


"Jamás decía arquitecto ni arquitectura, replicaba enseguida que no podía escuchar las palabras arquitecto o arquitectura, esas dos palabras no eran más que deformidades...
Se había acostumbrado a no utilizar las palabras arquitecto o arquitectura, solo constructor o construcción o arte de la construcción, el que la palabra construir era una de las más hermosas lo sabíamos desde que Roithamer nos habló al respecto."


La segunda parte, sin embargo, parece algo más estática, más contundente en sus frases mucho menos largas.., aunque la gracia está precisamente en que es pura apariencia.., porque a la postre está reflejando a dos narradores, el anónimo y Roithamer, totalmente fragmentados: el primero porque casi se ha introducido en la mente de Roithamer, y este último porque aunque el texto de la segunda parte es el suyo, no nos olvidemos que el narrador anónimo es quién está manipulando sus textos así que no estaremos seguros de  hasta qué punto, no sea un texto alterado por el mismo narrador anónimo y albacea. Ambas partes comienzan coherentemente y sin embargo y a medida que van avanzando se van volviendo irregulares, quizás como un espejo del abismo fragmentado de sus personajes.


Cómo era posible que esas dos personas, que se atormentan de esa forma continuamente, que se atormentan mutuamente con una falta de consideración sin precedentes, y que tienen que llevar siempre sus tormentos mutuos hasta el borde mismo de la locura, que se atormentan una y otra vez y se odian una y otra vez y, cada vez más profunda y cada vez más despiadadamente, se reúnan una otra vez. "

[...]

"En todos los dominios solo tenemos ante nosotros algo caótico. A dondequiera que miremos, algo caótico, si miramos las ciencias, caótico, si miramos la política, caótico, miremos lo que queramos, caótico, son nada más que situaciones caóticas las que vemos, y tenemos que enfrentarnos siempre con situaciones caóticas. Porque todo se hace atropellada y precipitadamente."


Corrección es una novela fascinante que reflexiona sobre el poder destructivo que puede ejercer la mente obsesionada que tiene todos los medios para llevar a cabo un plan que roza la locura y aquí podríamos abordar el significado de un edificio como el Cono. Thomas Bernhard, que en su vida también parecía estar obsesionado por estos espacios y/o edificios que le aislaran del mundo para poder pensar y escribir (y La Casa Bernhard es un ejemplo), convierte el Cono en una metafora sobre esta locura llevada a sus últimas consecuencias porque este tipo de construcciones no hacian otra cosa que promover el autoaislamiento y la soledad. En fin, una novela devastadora en todos los aspectos, tanto estilísticos como temáticos en su reflexión sobre el intelecto, la familia, la soledad, la patria (siempre odiada pero también amada), el suicidio, la locura, la muerte... Claustrofóbica, sonámbula, oscurísima y totalmente genial.

La traducción es de Miguel Sáenz


"...pero toda esta época en que hoy existimos es una época en verdad opuesta al intelecto, que solo finge lo intelectual, la tendencia hoy es en contra del intelecto y en favor de lo fingido, lo mismo que, en general, toda esta época en que existimos es fingida, todo es fingido, nada es real, todo es fingido." 

 

 

Extra: ♫♫♫ Try, de The Soft Moon ♫♫♫  

 

Alone, to live with my own thoughts

The burning, it won't stop

The air is all gone

I'm falling and can't stop

The end is on my mind

The end is alright

The only chance I've got

Is to elevate my mind

Before I leave my side

I'm running out of time

The end is on my mind

The end is on my mind

The only chance I've got

Is to elevate my mind

Before I leave my side

I'm running out of time

Alone

Alone

Alone

The end is on my mind

The end is on my mind

The end is on my mind

The end is on my mind

The end is on my mind

The end is on my mind



 

 

Comentarios

  1. Brutal siempre Bernhard. ¿Leíste ya Algo Ha Pasado de Joseph Heller? El de Trampa 22... Esta si no lo hiciste puede interesarte. Es parecida en estilo al austriaco, pero más accesible a pesar de tener una extensión mucho mayor. A mí al menos me encantó. Un saludo por cierto Kansas!

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    1. Ey, hola Alfonso!! Que va, no he leído a Heller ni siquiera su Trampa 22, lo que si me he agenciado son los Relatos Autobiográficos de Bernhard. Ahora ando con los austriacos y estoy tanteando a la Jelinek que es una señora un tanto incómoda 🫣Gracias por la recomendación, Alfonso, la apunto. Un saludo.

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