Fat City, de Leonard Gardner

 





Un libro escrito con tanta precisión y dando tal valor a sus palabras que sentí que casi podía leerlo con mis dedos, como Braille.” 

(Denis Johnson)


Tenía que rescatar esta cita de Denis Johnson para el prólogo que escribió para Fat City porque no puede describir mejor lo que es la escritura de Gardner. A veces pienso que estas crónicas no funcionan independientemente unas de otras porque la mayoría están entrelazadas con la última lectura, con el libro del que vengo, cada crónica podría ser un capítulo/libro pero vistos con perspectiva formarían un conjunto en el que están todas las lecturas relacionadas. Ya he explicado por aquí que no suelo planear lo que leo a pesar de la pila de libros sino que me dejo llevar por las conexiones mientras voy leyendo. En un principio no tenía pensado leer a Denis Johnson y sin embargo se me coló Sueño de Trenes debido a la adaptación al cine que se ha hecho este año que despertó mi curiosidad por leer la novela original. Y una vez sumergida en Sueño de Trenes esto me ha llevado hasta Leonard Gardner y esa obra total que ha resultado ser Fat City, y llegué hasta esta novela que me ocupa por la la enorme admiración de Denis Johnson por Gardner, a quién prácticamente consideraba un dios en la tierra. Escribió un prólogo para una de las ediciones de Fat City y aquí reconoce que quería escribir como Gardner. Mientras leía Sueño de Trenes me impactó de alguna forma la precisión con la que escribía Denis Johnson y lo comentaba en mi crónica, y ahora cuando me encuentro con Fat City entiendo la enorme influencia que tuvo Gardner en su escritura. Cuenta Johnson en el Prólogo que en la época en que salió publicada Fat City, todos querían escribir como Leonard Gardner:


Mi vecino del otro lado de la calle, también un joven aspirante a escritor, sentía lo mismo. Hablamos de cada párrafo de Fat City, uno por uno, una y otra vez, de la forma en que las parejas a veces recuerdan cada momento de su enamoramiento.

Y como la mayoría de los jóvenes en pleno enamoramiento, asumí que era de los pocos humanos que alguna vez se habían sentido así. Pero durante los años siguientes, mientras estudiaba en el Taller de Escritores de Iowa City, me asombraba cada vez que conocía a un joven escritor capaz de citar con éxtasis línea tras línea de diálogos de las almas desfavorecidas de Fat City, hombres y mujeres que buscaban amor, un poco de consuelo, incluso gloria, pero nunca perdón, en el calor y el polvo del centro de California. Sus admiradores estaban por todas partes.

[...]

Aprendí a escribir al estilo Gardner, aunque no tan bien. Y ahora, muchos años después, sigue siendo cierto: Leonard Gardner tiene algo que decir en cada palabra que escribo.”

(Denis Johnson para el prólogo de Fat city)


De esta forma Denis Johnson me condujo hasta Leonard Gardner y ahora puedo entender esa sed agónica que sintieron sus admiradores después de la publicación de Fat City, una sed por una nueva novela que nunca llegó desde que se publicara en 1969. Es cierto que para valorar debidamente un texto habría que dejar pasar el tiempo y que repose para analizarlo con perspectiva pero en el caso de Fat City no tengo ninguna duda de que es una de las grandes novelas de la literatura americana, quizás incluso la pondría ahora mismo entre las cinco primeras de las que he leído. Y no solo por el estilo de Leonard Gardner, directo, de diálogos secos y descripciones perfectamente medidas sino por lo que significa como metáfora irónica del sueño americano: un lugar imaginario de éxito y prosperidad que se promete, pero que los personajes nunca podrán tocar siquiera. Al darle este titulo (fat city es una expresión asociada al éxito, a las vacas gordas, a la gallina de los huevos de oro), Gardner está enfatizando la distancia entre la ilusión de este sueño y la realidad que para muchos ciudadanos es el estancamiento y la derrota. En este titulo se está destacando que el éxito es una ilusión, y que no todos pueden acceder a la meta. Los dos personajes protagonistas, Billy Tully y Ernie Munger vivirán estancados en una especie de bucle de fracaso y resignación.


"Podría llegar a arrastrar multitudes. Y tal vez sería capaz si escuchase lo que se le dice. Si pudiese meterle en la cabeza todo lo que sé. Pero yo tampoco lo aprendí de un día para otro."


Billy Tully se puede decir que es el personaje guía de Fat City, ex-boxeador profesional, se ha quedado estancado tras el fracaso de su matrimonio. De alguna forma esa nostalgia por el pasado es lo que le impide avanzar y al mismo tiempo lo que le hace imposible construir un futuro medianamente decente. Permanentemente autoengañandose a la hora de planear nuevos comienzos en el boxeo, realmente, ya ha tirado la toalla y encarna la derrota silenciosa y recurrente que define el tono de toda la novela. Tully sobrevive haciendo de temporero y trabajando en lo que le sale, mientras planea volver al gimnasio y rehacer su futuro como boxeador, aunque él sea perfectamente consciente de que es un sueño inviable. Está desgastado, medio alcoholizado y emocionalmente zombie cuando se encuentra en su camino con Ernie Munger, el otro personaje casi protagonista de una novela que me parece también muy coral. Ernie Munger tiene apenas dieciocho años y Tully reconoce en él a alguien que podría tener futuro en el mundo del boxeo. A partir de aquí lo introduce en el mundillo. La novela aunque sea lineal en el tiempo se construye sobre 24 capitulos en los que vamos recorriendo momentos en la vida de estos personajes. De alguna forma Tully reconoce en Ernie Munger al mismo hombre que era él con dieciocho años, una posible promesa del boxeo, pero esto también funcionará como un espejo para analizar el futuro porque si Ernie no se mantiene firme, acabará como él. Los avatares de la vida, el amor, el fracaso, la melancolía, el agarrarse a un pasado como huida de un presente insoportable, todo esto está aquí perfectamente reflejado por Gardner a través de sus personajes, no solo las vidas de Tully y de Ernie, sino que prácticamente cada uno de los personajes que asomará la nariz en esta novela estarán perfectamente perfilados y se podría construir otra novela con ellos.


"Esperar no sirve de nada. Lo que sirve de algo es querer. Tienes que querer con tantas  ganas que casi puedes saborearlo ya. Si quieres ganar de verdad, ganas.”


Tully y Ernie serán casi el mismo hombre, la diferencia es que Tully ya es consciente de su fracaso, de la derrota de su vida, y de alguna forma tendrá la esperanza de que Ernie tome otro camino, pero la novela está repleta de momentos de introspección en los que sus personajes reconocen que la vida no ha resultado lo que habían esperado que fuera. A través de estos personajes tan existencialistas, Gardner sugiere que comprender y ser conscientes de su situación de desesperanza no equivale a que estén en situación de transformarla. Resisten a pesar de la derrota del día a día, una resistencia que se convierte en pura resignación. A través de ellos, Gardner muestra cómo el sueño de éxito en el boxeo, y en la vida, se repite sin aprender de sus fracasos.


A medianoche sorteó los escalones hasta llegar a su habitación, las paredes empapeladas de motivos florales desteñidos, de una tonalidad semejante a viejos ramos de novias.
(...)
¿Y aquí era donde iba a envejecer? ¿En una habitación como aquella terminaría todo?
"


Leí en algún momento que cuando Leonard Gardner escribió esta novela tenía 400 páginas, pero que la fue puliendo hasta llegar a lo que acabó siendo, una novela corta de apenas 200 páginas. Entiendo ahora de donde le viene a Denis Johnson ese llevarlo todo a la esencia porque ya estaba aquí, en Fat City. Leonard Gardner evita el sentimentalismo, a pesar de la dureza del entorno de los personajes de su novela, y al evitar el sentimentalismo se queda justo en el límite al reflejar la derrota de sus personajes dotándolos siempre de dignidad. Gardner además no está retratando las grandes ciudades sino la ciudad en la que él mismo nació, Stockton, una ciudad en el centro de California, polvorienta y sin una pizca de glamour, una elección que está definiendo que hay una gran parte de Estados Unidos que vive muy alejada de este sueño americano de luz y color. El boxeo simboliza esa promesa: se vende como una vía de escape de la pobreza, de hacer dinero sin necesidad de formación académica, pero en la práctica reproduce la explotación y el fracaso. En Fat City se ofrece la imagen de un país derrotado en el que la ilusión por alcanzar el éxito y el dinero no deja de ser una trampa que nublará la vista a la hora de poder vivir con un mínimo de dignidad. Quizás este país no proporcione las condiciones para vivir con dignidad, sin embargo Gardner está concediéndoles esta dignidad a sus personajes y el medio será este texto mayúsculo.

La traducción es de Rubén Martín Giráldez.


"El desgaste sin sentido del que era víctima y que ya no estaba en su mano detener había comenzado imperceptiblemente hacia mucho tiempo en nombre de un amor que ya no era capaz de sentir. Cuánto más emocionados estaban sus hijos, más oprimido se sentía, hasta que fue como si estos y su mujer y la ciudad entera con sus porches iluminados bajo un cielo de nubes pasajeras conspirasen contra su vida."



 









Fat City, 1972, John Huston

 

 

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