La pregunta 7 (Question 7), de Richard Flanagan

 


 ♫♫♫ Bright Horses - Nick Cave  ♫♫♫

 

Reedito esta crónica de un libro que leí a finales de 2024 y que ahora al ser editado por Libros del Asteroide aproovecho para visibilizar actualizando las citas en español: un texto absolutamente prodigioso, y a flor de piel.

 

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No podemos ser lo que no podemos soñar. Y a veces descubrimos que vivimos en los sueños y las pesadillas de otros y soñamos de nuevo. Escribo este libro que ahora está usted leyendo únicamente como una nota de amor a mis padres y a la isla que es mi hogar, a un mundo que se ha desvanecido, porque hace un siglo, otro escritor escribió un libro que décadas después prendió en otro cerebro con tal fuerza que se hizo realidad, y transformó el mundo."


La pregunta 7 para mí funciona como un combo con El mar vivo de los sueños despiertos, o como un complemento, porque ya en su momento cuando a principios de año lo leí, aunque claramente es una novela, sí que tuve la impresión de que había mucho de autoficción en ella, o que de alguna forma Flanagan exorcizaba en ella, quizás la muerte de su madre o de su padre y estaba hablando incluso de sí mismo, es tanta la verdad que translucía ese texto. Es una impresión, que se me ha confirmado con La pregunta 7, que tal como él dice en esta primera cita convierte en una carta de amor a sus padres y a Tasmania, pero su habilidad está quizás no tanto en la historia en sí sino en la forma en que consigue traspasar y conectar: Y fue así como al principio aprendí esta lección: que las palabras de un libro nunca son el libro, que su alma lo es todo.” El mar vivo de los sueños despiertos me tocó porque la sentí muy cercana e igual me he sentido con La pregunta 7: doscientas y pico páginas que son una mezcla de memoria personal y familiar, filosofía personal, biografía, historia novelizada y reflexión sobre la creación artistica. Los textos de Flanagan me parecen siempre muy verdaderos, muy cercanos e íntimos, consiguen conmoverme hasta el punto de que me veo identificada y retratada en muchos momentos: Es en los fragmentos nos nos encontramos a nosotros mismos. En La pregunta 7, por ejemplo, son especialmente conmovedores los momentos en los que Flanagan habla de sus padres, se retrotrae a experiencias familiares del pasado y los enfrenta a la visión que tiene de ellos cuando ya se han hecho mayores, los convierte en momentos tan íntimos como universales. Es de los pocos autores ahora mismo que se ve muy verdadero y personal, y esto es quizás debido a este estilo tan práctico y poético al mismo tiempo.


"Y cuando se marchó, no sé como -no recuerdo cómo-, terminamos sentados dentro de su coche y ella empezó a hablar de lo difícil que era nuestro padre, a contar que, desde que se había jubilado, le pasaba revista a los armarios y los cajones y le decía que no estaban bien ordenados. Sus armarios y sus cajones: los pequeños dominios de mi madre, y de los pocos que le estaban permitidos. Y echó a llorar, en la calle, dentro del coche, mi madre, tan fuerte y ya vieja, a llorar, con las manos grandes aferradas al volante en todo momento, como si aun pudiera tomar algún desvío de la carretera..."


Se puede decir que en La pregunta 7 hay varios hilos conductores, varias lineas argumentales que se entrelazan, confluyen, se alejan y vuelven a conectar en una demostración de ese concepto de que todo está relacionado. Por resumirlo de alguna forma, estos hilos que guían al lector serán tres o cuatro:


"A veces me sorprende por qué nos empeñamos en volver a los comienzos; por qué buscamos el hilo particular del que podríamos tirar para deshacer el tapiz que consideramos nuestra vida, con la esperanza de encontrar, allí escondida la verdad del porqué.

Pero no hay ninguna verdad. Solo un porqué. Y cuando lo examinamos más a fondo, vemos que detrás de ese porqué solo hay otro tapiz.

Y detrás otro, y otro, hasta que llegamos al olvido."


- Por una parte tendremos la linea en torno a la familia Flanagan que vive en Tasmania, sus padres y él mismo profundamente marcado por un padre que fue prisionero de guerra de los japoneses y que participó en la construcción del ferrocarril de la muerte, un tema que Flanagan ya exploraba en su novela “El camino estrecho al norte profundo”. Sin embargo, aquí en La pregunta 7, Flanagan no lo noveliza, sino que se aproxima desde el punto de vista de un niño que siempre detectó la profunda huella que aquella experiencia había dejado en su padre, aunque sin encontrar explicación a un cierto comportamiento de un padre que buscaba siempre la soledad, porque su padre nunca habló de su profundo dolor aunque Flanagan ya como adulto indagó en él. Esta experiencia como prisionero/esclavo de guerra  también marcará al hijo que ya de adulto  recorrerá los mismos lugares e incluso llegará a encontrarse con personas que vivieron la misma experiencia de su padre para llegar a entender ese trauma. Flanagan lo cuenta a flor de piel, pero las mejores páginas de este texto serán aquellos en los nos contará como son ellos, sus padres, ya en su vejez.



"Yo tenía muy claro cuando era muy pequeño que mi padre no era como los demás, que le había pasado algo, pero de ese algo nunca se hablaba. Era un hombre muy callado y reservado que ni me castigaba ni me animaba ni me insultaba ni me elogiaba, esencialmente etéreo, estaba y no estaba, sustancia y no sustancia.

Miraba el mundo de reojo. Lo veía como una gran tragicomedia en la que la comedia cobraba fuerza gracias a la tragedia y la tragedia resultaba soportable gracias a la comedia. Cuando el tema era triste o serio, sonreía muy vagamente, replegaba el rostro hacia dentro como un acordeón de arrugas, comprimía los ojos hasta convertirlos en un par de uvas pasas irónicas y hundidas, y un río inagotable de historias manaba de él."



- Otra de las lineas argumentales ha referencia a la colonización de Tasmania: una colonización europea sobre los aborígenes de Tasmania que marcaron un genoicidio en sí mismo y que Flanagan conectará con su propia familia y con sus posible sangre aborígen.

 

"¿Es porque solo alcanzamos a ver nuestro mundo muy vagamente por lo que nos rodeamos de mentiras a las que llamamos tiempo, historia, realidad, memoria, detalle, hechos?"



- Y en el tercer hilo argumental, que podría haber sido el primero, Flanagan hace surgir a HG Wells a través de su novela The world set free conectándola con la historia de Hiroshima, ya que en esta novela en la que todo estalla, Wells predice la guerra nuclear años antes de que siquiera comenzaran las investigaciones hablando de un arma destructiva que lo arrasaría todo a su paso. ¿Y cómo decide Flanagan conectar la historia de Hiroshima, que le interesa contar porque además estará intimamente relacionada con la experiencia de su padre, con la del escritor HG Wells? Pues usará el encuentro entre HG Wells y Rebecca West, como momento de inflexión,  lo conectados que se sintieron desde el primer momento, pero de quién en un principio Welles huyó: "Mientras el mundo de Welles se llenaba de vida infinita, Rebecca West pensaba lo contrario. No tenerlo a su lado suponía, para ella, un fracaso sentimental tan rotundo que la muerte le parecía preferible." El momento justo, imagino que totalmente novelizado dentro de la historia real, en el que Wells besa a Rebecca West frente al escaparate de una librería, será el momento decisivo que hará surgir la novela que luego escribiría. Tras el beso a Rebecca West, Wells, hombre casado, huye aterrado a refugiarse en los Alpes suizos a escribir la novela The world set free. Igual sin este beso/huida a Suiza escapando del terror que le producía enamorarse de la escritora, nunca se habría escrito este libro que predijo el cataclismo de la bomba atómica. Tal vez la ficción sea una simple fantasía, pero la realidad muchas veces no es más que la entusiasta respuesta que damos a nuestros sueños y nuestras pesadillas. La realidad no deja de ser un espejo surgida de la ficción, de nuestros sueños y pesadillas...


No deberían haberse conocido nunca pero estaban destinados el uno al otro: él iba a construir la vida de ella y a destruirla, y ella iba a construir su vida, a pesar de él; él sería para ella una fuente de inagotable de amor y de amistad a lo largo de treinta y cinco años: la volvería loca, la conquisaría, la perdería y volvería a conquistarla; ella fue la única persona a la que quiso ver hasta el final...

Rebecca West y HG Wells eran completamente incompatibles: eran perfectos el uno para el otro. Ella sabía que él nunca dejaría a su esposa y él, que ella necesitaba a una esposa. Desde el principio se fastidiaban y se molestaban mutuamente y desde el principio sintieron una atracción física irresistible. Él creía que el amor era, simplemente, sentido común; ella, que era un modo de perderlo, él era partidario del sexo sin amor y ella, del sexo en todas sus puñeteras modalidades. Él creía estar reinventando la literatura como una forma de periodismo proselitista, mientras que ella, muchos años después de que su aventura hubiera terminado, como si aun siguiera discutiendo con él, escribió que el arte no era un juguete sino una necesidad, y su esencia, la forma, no es un complemento decorativo sino una copa en la que derramar la vida para llevársela a los labios y saborearla, y el libro al que corresponden estas palabras, Cordero negro y halcón gris, reinventó el periodismo literario y prefiguró buena parte de su literatura posterior.

No tardó en descubrir que su mayor fortaleza literaria radicaba en escribir lo que sentía, mientras que la mayoría d ellos escritores se limitan a escribir lo que otros piensan. “


Richard Flanagan usa técnicas novelescas para vincular a Wells con su amante y futura pareja, Rebecca West, y con Lee Szilard, cuya lectura de la novela de Wells le hizo ser el primero en darse cuenta de que el poder nuclear podía usarse para hacer una bomba de proporciones aterradoras, la reacción nuclear en cadena, y esta idea se convertirá en un concepto recurrente a lo largo de toda esta obra, así que la novela de Wells será el punto inicial que marcará el comienzo de Hiroshima,. Todo está conectado, interrelacionado y una cosa siempre llevará a la otra. De la misma manera que en que está conectado el mundo, así Flanagan conectará Tasmania y el genocidio de los aborígenes, con el internamiento de su padre en los durísimos campos de prisioneros de guerra en el sudeste asiático construyendo una reflexión muy personal, poética y muy lúcida sobre la vida, la memoria, sus ancestros, la huella que la violencia y los traumas dejarán en nosotros: "¿Cura el tiempo? El tiempo no siempre cura. El tiempo cicatriza." Reconozco en Richard Flanagan un escritor único, que no se parece a nadie y el modo en que explora los momentos más duros y devastadores de la humanidad mimetizándolos con los personales igual traumáticos, están exponiendo claramente que cuando algo ocurre, no solo se ha convertido en parte del pasado sino que sigue siendo parte de nuestro futuro, nada desaparece: la necesidad de olvidar es tan fuerte como la necesidad de recordar, incluso más poderosa...


"Como si la necesidad de olvidar fuese tan fuerte como la necesidad de recordar. Puede que más fuerte.

¿Y después de olvido? Volvemos a las narraciones que llamamos nuestros recuerdos, perplejos, ajenos a la invención constante de nuestra vida."


El titulo de esta obra proviene de un cuento de Chéjov, “Pregunta de un matemático loco”, una especie de parodia de un problema de matemáticas escolar. La pregunta 7 es: El miércoles 17 de junio de 1881, un tren tenía que salir de la estación A a las 3 de la mañana para llegar a la estación B a las 11 de la noche; sin embargo, justo cuando el tren estaba a punto de partir, llegó una orden de que el tren debía llegar a la estación B a las 7 de la tarde. ¿Quién ama más, un hombre o una mujer?


¿Quién ama más? Será una pregunta recurrente a lo largo de esta obra. Chéjov/Flanagan nos está enfrentando al hecho de no detenernos en lo superficial y mirar más allá de la lógica y la racionalidad de este mundo porque su lógica siempre va a resultar imprevista y surgirá otro nivel que no sabíamos que existía y que probablemente sea la auténtica realidad aunque no la percibamos a simple vista porque vivimos en un mundo de apariencias y existe esa otra realidad que es la de verdad pero que no vemos. Una pregunta sin respuesta, pero Chéjov creía que el papel de la literatura no era dar respuestas sino plantear preguntas necesarias, solo los tontos creen tener todas las respuestas. Se puede decir que hay otra linea argumental más soterrada y escondida que habla de los ancestros donde Flanagan se detiene en el concepto del tiempo, todo tiempo puede coexistir, los antepasados que estuvieron aquí, seguirán estando aquí: La vida siempre está ocurriendo y ha ocurrido y ocurrirá... En definitiva, un texto absolutamente devastador, lúcido, y conmovedor. Eso sí, yo lo leería como una extensión de El mar vivo de los sueños despiertos”

La traducción es de Catalina Martínez Muñoz.


Tal vez la única respuesta que pueda darse a Hiroshima sea hacer la pregunta 7. Aunque imposible de responder, es la pregunta que tenemos que seguir haciendo, siquiera para comprnder que la vida nunes binaria, ni reductible a palabrería o a código, sino un misterio que, a lo sumo, intuimos. En los relatos de Chéjov los únicos tontos son los que saben las respuestas.”

 

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